-Capítulo 36: Deberle un favor a la muerte-

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Abrió sus verdes ojos con pereza.

Lo primero que noto fue un gran pecho cerca de ella.

Su calmada respiración la hizo sentirse algo somnolienta.

Movió su rostro al de el y sonrió para si misma al ver su semblante dormido.

Era bastante adorable dormido.

Se quiso mover pero el agarre en su cintura se hizo aun mas fuerte, después de unos intentos mas pudo liberarse de sus grandes brazos al igual que le costaba incluso sentarse.

- Porque me duele tanto la....oh- Recordó la noche anterior.

Coloco ambas manos en sus mejillas rojas.

Varios recuerdos lascivos pasaron por su mente.

Al igual que se había desmayado y eso hizo que se sonrojara aun mas.

- Que vergüenza- Dijo con su rostro entre sus manos.

¿Qué clase de persona se desmaya en medio acto?

Al parecer ella

Se seguía regañando mentalmente sin darse que era observada por su esposo que se divertía con su rostro totalmente rojo. En realidad el ya estaba despierto antes de que ella despertara ya que siempre se levantaba temprano para empezar todo ese papeleo, pero esta vez quiso quedarse con ella después de todo quería ser el lo primero que ella viese cuando despertara.

[Ugh, que cursi me he vuelto]

Pero bueno ella le sacaba su lado estúpido y romántico.

Escaneo su cuerpo viendo las bonitas marcas rojas por todo este al igual que unas marcas de dedos en sus caderas.

[¿La abre agarrado muy duro? no debí de morderla con estos malditos dientes]

Sus dientes eran normales pero tenia un par de colmillos, claro estos no eran como los finos colmillos de los vampiros, eran gruesos e intimidantes como los de un carnívoro.

Como los colmillos de los demonios.

Arrugo el rostro al pensar si la pudo haber lastimado.

[Eugene eres un animal]

Se regaño así mismo por un momento, después volvió a ver a su pequeño conejito que seguía como un tomate. Se acerco sin hacer nada de ruido a ella y se acerco a su oído.

- Buenos días esposa-

Anastasia se sobresalto y giro su colorado rostro a el.

- ¡Eugene!-

Sintió que su corazón se sobresaltaba ante su cercanía.

- Porque tan nerviosa- Le volvió a susurrar aun mas cerca con voz melosa.

- Eh, b-bueno- Agarro un mechón de su cabello y empezó a juguetear con el.

- Mmm, me gusto como dijiste mi nombre- Coloco su rostro en su hombro sintiendo el calor de su cuerpo- me recuerda a como gritabas ay-

Dejo de hablar al ser su boca tapada por una delicada mano.

- N-no digas eso- Le dijo con su rostro aun rojo.

Eugene sonrió para si mismo y lamio su mano para avergonzarla aun mas.

Ella dejo de tapar su boca al sentir su lengua caliente en su palma y volteo su rostro al de el estando a pocos centímetros.

Amare a mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora