Life is Like a Stranger

Capítulo 1

Notas del autor

Toda esta historia se inspiró en una imagen adorable que encontré mientras me desplazaba por tumblr. ¡Lo he vinculado en mi nota final!

Anoche se me ocurrió esta trama de conejito y lo escribí casi todo esta mañana como una de esas piezas que simplemente fluyeron de mí. ¡Espero que lo disfruten!

Acepté el hecho de que los nombres de cortesía generalmente se dan cuando las personas se vuelven adultas, así que usé todos los nombres de nacimiento de los personajes en esta historia.

¡Muchas gracias a Courtney, que me ayudó a desarrollar la idea y me ofreció la sugerencia de que Lan Zhan golpeara con los puños! Intencionalmente estoy escribiendo Lan Zhan como en el espectro del autismo. No tengo experiencia personal con esto, ¡pero avíseme si encuentra algo horriblemente mal en mi interpretación!

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Lan Zhan respiró hondo y luchó contra el impulso de aferrarse a la túnica de su hermano como un niño. Tenía ocho años, y aunque esta extraña ciudad a la que los había traído el tío era drásticamente diferente de Cloud Recesses — ruidosa, desordenada, colorida y abarrotado — se comportaría como un verdadero Lan.

Mientras los tres atravesaban calles concurridas llenas de gente y animales y tantos olores que se sentía como si le estuvieran tapando la nariz, Lan Zhan se preguntó si esta era otra forma de castigo. El tío dijo que estaban aquí para recolectar ingredientes especiales de un vendedor que solo aparecía en el mercado Hanjian cada seis años, pero tal vez también quería mostrarle a Lan Zhan dónde terminaría si seguía rompiendo las reglas esperando fuera de la habitación de su madre.

Tantos adultos, e incluso su hermano, le habían ordenado a Lan Zhan que dejara de visitar al Jingshi, le habían explicado que Madre se había ido y nunca volvería, pero no quería creerles. No podía creer que ella simplemente desapareciera así. Madre lo amaba, y se lo había dicho una y otra vez mientras le acariciaba el cabello y sonreía a su lado, suave y cálido.

Se negó a creer que la puerta del Jingshi nunca volvería a abrirse para él.

Los puños de Lan Zhan se cerraron y aflojaron a sus costados, y recordó las duras palabras de sus maestros para estar quieto, que un Lan tenía control sobre su cuerpo y no al revés. Pero sus dedos se crisparon y curvaron e hizo lo único que pudo: se los metió dentro de las mangas para que nadie supiera lo que estaba pasando.

Lan Huan lanzó una mirada detrás de él. Siempre parecía sentir cuando Lan Zhan estaba abrumado.

"Sigue, hermanito", dijo. "Cuanto más rápido completemos este recado, más rápido llegaremos a casa".

Era difícil recordar la tranquilidad de su hogar en medio de este caos, pero Lan Zhan asintió. Estaba a punto de tomar una respiración profunda para calmarse cuando hubo gritos y un chillido animal. Un caballo y una carreta fugitivos corrieron por la calle, lo que provocó que la gente gritara y se apartara del camino. Los ojos del caballo se pusieron en blanco y sus fosas nasales se ensancharon cuando se movió en su arnés, golpeando el carro contra otros carros y esparciendo mercancías en todas direcciones. El aire se llenó con los sonidos de llantos y gritos y rebuznos y maldiciones y Lan Zhan ya no podía respirar.

Necesitaba ... necesitaba ...

Cubriéndose los oídos con las manos, se metió en un callejón y corrió, cegado por las lágrimas. Siguió el camino serpenteante alrededor de los edificios, alejándose de cualquiera que lo llamara. Finalmente, llegó a un conjunto de cajas de madera apiladas contra la pared. En la parte inferior, había un espacio lo suficientemente ancho para atravesarlo. Se dejó caer al suelo, y aunque una parte de él sabía que sería castigado por huir y ensuciarse la túnica, eso no podía importarle en este momento.