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Quédate ahí por un momento, solo escúchame.
Sé por lo que estás pasando, se que estás ahí, se que no te sienta bien estar en el lugar en el que estás.
No huyas ni te alejes, lo que vengo a decirte viene más allá de un “No estás solo/a” se lo cansado que es escuchar siempre lo mismo, y que al final del día mires a los lados y te des cuenta que no hay nadie a tu alrededor.
Créeme cuando te digo que te comprendo, hemos pasado por lo mismo.
No te desanimes.
No te rindas.
No caigas en el abismo.
No vengo a mentirte, porque si lo estás, tu y yo lo sabemos, estamos solxs. Hace ya algún tiempo que lo has notado ¿No es así? Aquellos a quienes llamabas amigxs, a quienes llamas famila, aquellos a quienes recién comienzas a conocer; cada uno te va a decir la misma mentira.
“No estás solo/a”
No los culpes, que no sepan darte la compañía que anhelas no quiere decir que no te quieran o que en algún momento de su vida no llegaron a hacerlo, tampoco intentes comprenderlos, pues el intentar comprender el problema de los demás solo te hundirá mucho más en los tuyos propios...
¿Que dices?
Que entonces ¿Que es lo que se supone que debes hacer?
Es complicado, pues la habitación desolada en la que estás no parece tener alguna salida de emergencia.
¿Que entonces como entré?
Sencillo, siempre he estado aquí, solo que había estado dormidx por mucho tiempo y no me habías notado hasta ahora. Pero no estamos hablando de mi, estamos hablando de ti, si, se que es extraño que puedas responderme al mismo tiempo que escribo esta carta para ti.
No prestemos atención a los detalles.
Pero ahora que tengo tu atención permíteme confesarte algo, te mentí. Vengo a decirte aquello que desprecias tanto, que estás tan cansadx de escuchar.
Así, es. No estás solx.
Antes de que te molestes y me des la espalda, solo párate ahí, frente al espejo que he traído para ti. Mírate bien, ve ese rostro tan hermoso, y no, no vengas a decir que no lo es. El espejo es lo suficientemente grande para que puedas ver tu cuerpo por completo, quédate ahí, mírate, analiza cada rasgo que proviene de ti, de tu ser, aquella persona que no ha sido capaz de verse al espejo desde hace mucho tiempo.
