❝Verás, tenemos una pequeña apuesta entre nosotros, los profesores. Las reglas son bastante simples y directas; Quién puede cogerte mejor.❞
────── 『••✎••』──────
En el que surge un juego peligroso entre los profesores, haciendo todo lo posible para g...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
────── 『••✎••』──────
"¿VIENES O ...?"
Nishinoya se calló, levantando una ceja ante la forma sentada de (T / N) mientras el resto de la clase ya estaba empacando y saliendo de la habitación. Ella negó con la cabeza, permaneciendo donde estaba a pesar de que la campana sonó para su primer descanso.
"Necesito hablar con él" dijo en voz baja, observando atentamente al hombre de cabello azabache organizar su mesa mientras se despedía de los estudiantes. Nishinoya miró a Kuroo sensei y luego a ella un par de veces con curiosidad. Pero luego hizo clic en su cabeza y comenzó a vibrar en su lugar de la emoción.
"Oh, entonces te vas a venir, no a venir."
Se atragantó con el aire, farfullando levemente ante la implicación. "¡Shh!" siseó en voz baja, un leve rubor coloreando sus mejillas. "Y no digas eso."
Avergonzada, la chica se movió nerviosamente en su asiento, sin saber qué hacer o dónde mirar. "Solo vamos a hablar".
Nishinoya tarareó pensativamente. "¿Es esa una forma elegante de decir que tendrás su lengua en tu garganta?"
"Pero de todos modos" ladró en voz alta, enviándole un guiño mientras caminaba hacia la puerta. "Cuéntame todo cuando hayas terminado de correrte."
Tosió en su mano desagradablemente, sorprendiendo a algunos de sus compañeros de clase. "Me refiero a cuando puedes venir."
La pobre muchacha escondía su rostro entre sus manos, maldiciendo el día en que Nishinoya fue traído a este mundo. Solo tomó unos minutos para que el resto de la clase se dispersara, dejándola sola con el hombre de ojos cobrizos.
Kuroo sensei estaba mezclando su trabajo en una pila, dejándolo a un lado mientras se reía profundamente. "¿Puedes acercarte, sabes? No tienes que sentarte hasta allá atrás. No muerdo", reflexionó, con una sonrisa burlona adornando sus labios.
"Al menos no yo, pero no puedo decir lo mismo de Tendou o Terushima".
(T / N) se levantó de su asiento en la parte de atrás, caminando lentamente hacia la primera fila mientras miraba con cautela a su alrededor. "Quiero saber qué está pasando".
Las comisuras de sus labios se arquearon hacia arriba. El pelinegro se arremangó, dejando al descubierto sus fuertes antebrazos que tenían venas que corrían elegantemente bajo la piel dorada. "Sakusa y Akaashi definitivamente disfrutarán su tiempo contigo, directa al punto, ¿no es así?"
Más nombres y preguntas se arremolinaron en su mente, un tornado frenético que estaba causando estragos. "No le veo ningún sentido a andarse con rodeos. Han sido unos días extraños para mí y quiero saber por qué".
Kuroo sonrió diabólicamente ante esto, caminando alrededor de su escritorio hacia el frente, casualmente se inclinó hacia atrás. Cruzó los brazos y las piernas, mirando a (T / N). "Verás, tenemos una pequeña apuesta entre nosotros, los profesores. Es bastante simple y directa; quién puede cogerte mejor".
Se le cortó el aliento de los pulmones, especialmente porque no había ni rastro de broma en la expresión o postura del hombre. Como si acabara de proponer espontáneamente un viaje de vacaciones a las Bahamas.
(T / N) tragó, dejando caer su mirada hacia la mesa. Aun tratando de llegar a los términos de lo que acababa de escuchar, su voz temblaba mientras hablaba. "¿No es eso muy inapropiado? ¿Y por qué yo?"
Los hombros de Kuroo se sacudieron con una risa silenciosa, pasando su lengua por sus dientes, se acercó suavemente a la mesa, colocando sus palmas sobre la superficie sólida e inclinándose sobre el cuerpo sentado de la chica. "Desafortunadamente, eso es algo que no puedo responder, sin embargo, si realmente quieres saber, tendrás que preguntarle a Tsukishima sobre eso".
Con los ojos muy abiertos, su respiración se volvió un poco más pesada ya que su cuerpo estaba lo suficientemente cerca para que ella pudiera oler su colonia. "¿Por qué harían una apuesta así?"
Encogiendo sus anchos hombros, negó con la cabeza. "No se me ocurrió a mí, pero ..." hizo una pausa, usando dos de sus dedos para levantar su barbilla mientras bajaba la cabeza lentamente. El aliento de Kuroo bañó su rostro, acariciando sus mejillas y haciendo que sus pestañas revolotearan. "... No voy a perder, gatita."
La voz de (T / N) era bajita, incapaz de apartar sus ojos de aquellos color bronce que miraban ardientemente los suyos. "¿Qué ganas con esto?"
La voz de Kuroo bajó roncamente, el pulgar recorrió suavemente su mandíbula. "Dinero. Un montón de dinero."
Ella tragó saliva.
"Pero también poder divertirme contigo".
Su sonrisa parecía más depredadora, un jaguar hambriento mirándola como si fuera su presa. Uno de sus dedos enganchó el labio inferior de (T / N), tirando suavemente hacia abajo para separar sus labios mientras ella se sentaba congelada. "¿Y sabes cuál es la mejor parte?" él susurró.
La chica negó con la cabeza, demasiado hipnotizada por la intoxicación que era su profesor de química. "¿Qué?" murmuró, el corazón latiendo con fuerza en sus oídos.
"La mejor parte es que todos sabemos que si fuera necesario, no nos rechazarías".
Sus palabras la hicieron inhalar bruscamente, el calor inundó su sistema mientras su mente se dividía en dos, surgiendo un conflicto que se hizo evidente por la forma en que cambió su expresión facial. "Estás equivocado sensei. Esto está mal."
Kuroo sonrió con frialdad. "Deberías dejar de mentirte a ti misma".
"¿Por qué si no te subirías la falda y te aprietas la camisa? Podía ver tus bragas desde atrás" ronroneó en voz baja, tragándose el jadeo que salió de su boca. "No tolero las mentiras".
Kuroo se apartó, dejando caer su mano mientras miraba detrás de él para mirar el reloj. "El descanso termina en 15 minutos. Veamos si puedo hacerte cambiar de opinión".
(T / N) no pudo formar una sola oración coherente, demasiado estupefacta por las palabras que simplemente se derramaron de los labios regordetes del hombre. "Debería irme" balbuceó, agarrando su bolso y poniéndose de pie - con toda la intención de salir de la sofocante habitación que estaba haciendo que sus emociones corrieran desenfrenadas.
Pero él no la iba a dejar ir tan fácilmente.
La mano de Kuroo se extendió para envolver su brazo cuando pasó junto a él, tirando de su cuerpo hasta que chocó contra el suyo. "¿Te vas tan pronto? Estoy bastante seguro de que hay algo que necesito enseñarte en el tiempo limitado que tenemos".
Una mirada al reloj de la pared y una mirada lasciva se deslizaba por su boca. "Que sean 14 minutos".
"Ahora siéntate en mi silla y sé una buena gatita" ordenó con brusquedad, empujando a la muchacha en dirección a su silla. Sus dedos recorrieron sus trenzas desordenadas, el labio inferior atrapado entre sus dientes.
