Oculto en tu memoria [PAUSADA]

8: Adiós Hyungwon.

[…]

—No.

—Si.

—No.

—Si accedes, te cantaré en las noches, para que logres conciliar el sueño.

—No necesito oír tu odiosa voz para poder dormir— menciono Hyungwon harto de lidiar con Jooheon, el soldado al que le habían asignado cuidar hasta que ya no fuese necesario, en resumen, hasta fusilarlo; lo dramático ,es que llevaba tan solo dos meses tratándolo y ya no lo soportaba.

—Pues yo creo que necesitas  dormir y algo te lo impide—el rubio se quedó en silencio un momento, analizando cierto detalle—..ahhhhh espera ya lo tengo ¿Cómo se llama?— Honey incluso con las esposas recargo el mentón en sus palmas.

—¿Cómo se llama quien?—pregunto el más alto con deseos de evadir la conversación.

—Ella, o….—Honey alzó las cejas —¿Oh debo decir él?

—Ah, no se de que hablas, ni si quiera se por que siempre termino hablando contigo, debo estar desesperado.

—Oh vamos, quiero oír la historia, nadie que no esté enamorado, preocupado o en depresión tiene problemas para dormir.

Hyungwon rodo los ojos —Pues entonces no soy el único ¿Cierto?

El rubio sonrió mostrando sus característicos hoyuelos encantadores —No, no lo eres, yo también estoy enamorado, al menos yo lo admito, anda cuéntame.

Hyungwon dejo de pulir su arma para mirar al rubio —¿No dejaras de joder?

—Nop.

—¿Por qué?

Jooheon alzó los hombros y los volvió a bajar en un solo movimiento —No tengo nada más que hacer.

El más alto rio en lo bajo antes de mirar al otro —Hoseok, ese maldito bastardo, se llama Lee Hoseok.

[…]

Wonho estaba acostado a un lado de Changkyun, después de haber ido al arroyo, ambos salieron con el cuerpo ardiendo de deseo, por muy poco terminaban en medio del monte haciendo lo que solo dios sabe.

En realidad si lo terminaron haciendo

Pero no en medio del monte.

Fue en la habitación de Changkyun, no había nadie en casa, más que un sol a punto de ocultarse y un joven que jamás había tocado el cuerpo desnudo de otro.

Hoseok no solo se despidió de su castidad, si no que también pensó haberse despedido de Hyungwon, ni si quiera se acordó que lo estaba olvidando, simplemente entre las piernas de Im había un universo donde las estrellas se reunían en un solo punto para iluminar su alma, donde en aquellos labios se sentía el sabor dulce de todos los postres costosos y en unos ojos que daban más calma que el mar de mañana.

Después de haberse querido por horas, al anocher y con la luz de las velas Hoho acariciaba la espalda de Kyun delicadamente con los dedos, el otro sonreía encantado por su romanticismo.

—No quiero que alguien más te toque—comento el rubio refiriéndose al empleo poco convencional del otro, este lo miro para después levantarse y dirigirse a un pequeño escritorio con la intención de tomar una  pluma y libreta.

“No es posible”

Escribió el castaño mostrándole a Hoseok la caligrafía.

—¿Por qué? Chang déjalo, ven conmigo, vayamos lejos , te prometo por mi vida, que te voy a proteger—Lee tomo las manos del menor con sumó cariño