Parte 1: Simple coincidencia del destino.

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Estoy nervioso, realmente nervioso, siento mi cuerpo arder por dentro, como si el infierno se hubiese manifestado dentro de mi, pero mis manos y pies están fríos, realmente fríos, me siento agobiado, no puedo ni siquiera comer.

De lo nervioso que me encontraba no me di cuenta en que momento sonó la típica alarma de la UA que daba inicio al examen de admisión, solo reaccione cuando la gente a mi alrededor comenzaba a correr sin preguntarle a nadie, sin dudar, sin titubear en ningún paso que daban, cuando sentí que estaban centrados en ganar, volví en mi, siendo dominado por una emoción efervescente.

Eso es lo que recuerdo del inicio del examen, esa escena se repite en mi mente en este momento en el cual me encuentro frente a aquella gran entrada de la que siempre fue la academia de mis sueños, es grandioso, es tan prestigiosa que dentro de mi, comienza a nacer un sentimiento nuevo, un sentimiento diferente al que tenia cuando di el examen, quiero ser un héroe, no quiero simplemente dejar de ser alguien común y corriente, quiero ir más allá de lo que el resto del mundo ha ido, en estos momentos, quiero aspirar a la gloria, ser el héroe mas grande de la historia. 

Con una sonrisa en mi rostro, empiezo a adentrarme en la academia, con paso firme, espalda recta, mientras en mi mente se vuelven a repetir momentos pasados.

Me encuentro rodeada de un grupo de chicos y chicas, todos dieron el examen junto a mi, entre toda las personas logro distinguir a las dos chicas de cabellos pelirrojos que he ayudado para que lograsen pasar su examen, aunque no conozco sus nombres, me siento totalmente a gusto cuando veo la sonrisa que me dedican.

Todos estamos realmente nerviosos mientras fijamos nuestra vista en aquella pantalla que nos muestra los resultados que hemos obtenido y si hemos logrado entrar a la academia, pero por un segundo, me he distraído, he apartado mi vista de aquella pantalla que logra poner mis vellos de punta con su sola presencia y es allí cuando he visto a otras dos personas que se han robado mi atención: la primera de ellas es una chica peliblanca, con unos ojos azules, se ve con un semblante serio, mientras que a su lado se encuentra un chico de cabellos negros con unas alas realmente hermosas, comienzan con un color blanco nieve, un blanco que se tan puro como la esencia misma de la vida, mientras que si sigo bajando mi vista, llego a aquellas puntas que se tiñen de un color rojo profundo, tan romántico, tan tranquilo y a su vez, tan seductor para mi vista.


En aquel momento que se vuelve a repetir aquella escena en mi mente, no soy capaz de esconder, de evitar, de ocultar, aquel notorio sonrojo que se apodera de mi rostro sin compasión alguna y como si a mi mente le encantase jugar con mi pobre existencia, a este juego, se le ha sumado un corazón traicionero que empieza a latir de manera acelerada con solo volver a revivir esa imagen mental de aquel chico alado.



Enamorado de tus alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora