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Sábado 19 de julio, 2016

-Más toallas a la habitación 112.-Hablo por el intercomunicador indicándole a las otras chicas del servicio lo requerido en las habitaciones.- Y en la 28 se le tapo la cañería necesito al conserje ¡ya!.

Las labores se acumulan y me llegan tres quejas de mi superior.

¿Sabían que hay tres tipos de clientes en un hotel?. Están los que lanzan indirectas cuando les estas limpiando el cuarto haciendo como si hablaran "bajito" y lanzan comentarios despectivos sobre nuestro trabajo o alardeando de tener dinero, los segundo son un poco más amables con el servicio pero a la primera falta se quejan con el gerente del hotel, y la tercera a mi parecer los peores, los que te denigran a tal nivel que quieren que les limpies el baño que acaban de usar con un cepillo de dientes (por si se lo preguntan si, si me pasó). Son los seres más despreciables, a veces pienso que la gente equivocada se volvió rica; o mi otra teoría es que el dinero los volvió así, en fin jamás lo sabré. 

Yo trabajo para tener lo justo y necesario, a mi hija no le falta nada de prioridad y eso me hace feliz, tal vez no tengamos una casota gigante pero tenemos un apartamento de dos cuartos y dos baños y la despensa llena, como dije todo lo necesario esta en nuestro hogar.

Termino de acomodar la almohada y pongo un chocolate pequeño en medio, salgo de la ultima habitación que me toca y me dirijo al ascensor para empleados donde me encuentro a Mike, uno de los guardias de seguridad del hotel el cual me saluda amablemente mientras bajamos a recepción.

Salgo y voy directo al cuarto de servicio para cambiarme rápido, tengo algunas horas libres antes de ir por Zoe a la casa de su amiga, abro mi locker y saco mi camisa celeste y un pantalón negro y mis zapatos deportivos, me quito el vestido quedando en sostén y pantis negras, y me quitos las incomodas zapatillas negras, ya vestida doy media vuelta para salir mientras me coloco una chaqueta marrón, hoy hace bastante frio a decir verdad.

Camino a la salida despidiéndome de Flor en el camino y una que otra compañera, saco mi teléfono del bolsillo para ver la hora pero termino siendo golpeada por alguien, termino en el suelo y con la pantalla de mi celular muy dañada.

Y tanto que me costó comprarlo.

-Disculpa, no vi por don... Se nos está haciendo costumbre chocar ¿no cree señorita?.- Levanto el rostro para ver a ese rostro familiar.

-Eso creo, pero esta vez la que salió perjudicada fui yo.- Digo mostrándole la pantalla de mi teléfono ahora nada funcional.

-Perdone usted, yo pagare para que tengo uno nuevo.

-No se preocupe señor.- Digo levantándome con la ayuda que me ofrece.- Ya ahorrare y comprare otro.

-Ni hablar, mañana mismo tendrás un nuevo teléfono, adiós señorita.- Se va sin dejarme refutar, me quedo parada como idiota sin saber que acaba de pasar.


****************


Salgo del mercado con seis bolsas llenas de comida y una que otra golosina para la merienda de Zoe, hago malabares con las bolsas hasta llegar a la parada del metro que me llevaría cerca de donde vivo, camino rápidamente hasta el lugar pero la avalancha de gente que también iban a tomar el metro haciendo que una de mis bolsas cayera haciendo que el contenido se regara en el suelo.

Inhala y exhala 

Me agacho a recoger todo y escucho como el metro se va, resoplo frustrada y termino de guardar las cosas, veo como me extienden un paquete de toallas sanitarias, enrojezco de inmediato y más al ver quien me las está extendiendo, es el mismo hombre con el que Zoe hablaba en el hotel.

¡Dios que vergüenza!

-¿Está bien?.- Logro asentir mientras tomo las toallas aun en sus manos sin levantar la cabeza.

-Si, gracias.-Me levanto rápidamente y trato de irme pero el me toma del codo con delicadeza haciendo que me detenga.

-¿Te ayudo? parece pesado y muchas bolsas.

-No es necesario, yo puedo sola.- Digo firme, el niega con una sonrisa ladeada.

-Te voy a llevar, ven.- Me encojo de hombros y lo sigo, sinceramente no quiero esperar media hora para que vuelva a llegar el metro.

Llegamos a un auto negro no sé que marca, pero es muy lindo y por lo que se ve...caro, me abre la puerta de atrás y toma las bolsas de mis mano y las pone ahí, luego la cierra y abre la del copiloto. Cuando ambos estamos sentados el pone la llave en el contacto pero no lo enciende.

-¿Pasa algo?.-Pregunto un tanto nerviosa a lo que el sonríe y se inclina hasta donde yo me encuentro, está cerca, muy cerca tanto como para hacerme aguantar la respiración involuntariamente, siento su cuerpo casi rozando el mío, siento mis mejillas enrojecer.

-El cinturón es muy importante.-Escucho el clic que hace al abrocharlo y luego se aleja haciendo que expulse todo el aire contenido.

El resto del camino lo hacemos en silencio exceptuando las veces que hablo para decirle donde cruzar, al llegar se ofrece a ayudarme con las bolsas a lo que acepto sin rechistar, cuando entramos al edificio veo el letrero de fuera de servicio que se encuentra pegado a las puertas de este.

-A hacer ejercicio.- Digo divertida a lo que el me ve confundido hasta que le señalo el aviso, el asiente comprendiendo mis palabras.

-Siga hermosa dama por las escaleras hasta vuestros aposentos.- Lanzo una carcajada haciendo que aparezca una gran sonrisa en su rostro.

-Sera un placer, noble caballero.- Respondo aguantando otra carcajada que amenaza con brotar de mi.

Llegamos a mi apartamento y dejamos las bolsas sobre la encimera, veo la hora en mi reloj dándome cuenta que en veinte minutos Zoe sale de la escuela, guardo las cosas en su lugar bajo la atenta mirada de... ¿Cómo se llamaba?.

Soy tan estúpida, traje un señor que no recuerdo ni su nombre a mi casa.

Al terminar de guardar todo me volteo hacia el y sin saber como sacarlo de aquí me le quedo viendo como idiota.

-Bueno, yo tengo que ir a buscar a Zoe a la escuela. Tomo nuevamente las llaves y me paro en medio de la puerta abierta, al pasar por enfrente de mi lo siento rozarme lo que hace poner rubor en mis mejillas.


Al salir de mi edificio no sé muy bien como despedirme así que le extiendo la mano en forma de despedida pero el la ignora por completo y me da un beso en la mejilla que dura más de lo normal, vuelvo a sentir mis mejillas encenderse cual semáforo y en medio de mi aturdimiento lo veo esbozar una pequeña sonrisa ladeada e irse.

Oookeeyy ?




Un hechizo realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora