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Martes 15 de julio, 2017

Acomodo el nudo de mi delantal antes de salir del cuarto en dónde todas las empleadas nos cambiamos, coloco mi ficha mostrando que me presenté hoy a trabajar y camino hasta la recepción donde me espera Florida, mi jefa la cual es un amor de mujer, ella es una de esas mujeres entradas en edad las cuales tienen un semblante muy serio pero cuando te ganas su confianza es un amor de persona, ella al verme me regala una dulce sonrisa y me da una lista de las habitaciones que tengo que limpiar.

-En la habitación 209 hay un señor un tanto grosero, trata de ir cuando no esté.- Me aconseja entregando me las llaves de las habitaciones que me corresponden.

-Lo tendré en cuanta, gracias Flor.- Sus expresivos ojos cafés me ven con cariño mientras asiente y empieza a dar indicaciones a las demás.

Veo la lista que me tocó habitación 175, habitación 003, habitación 274, habitación 006, habitación 209, habitación 137, habitación 287, habitación 294.

Uff tengo mucho que hacer.

Tomo mi carrito dónde tengo todo lo que necesito para asear cada habitación y cambiar las sábanas, entro a la primera habitación después de tocar y darme cuenta que no hay nadie, empiezo a limpiar y cambiar cada cosa que encuentro sucia, gracias a Dios los que se hospedan aquí no son desordenados lo que hace mi trabajo más sencillo, pero aún no canto victoria ya que me faltan más cuartos.

***

Llegó a la habitación 209 con algo de inquietud, cuando voy a tocar la puerta esta es abierta por un hombre no más de 45 o 50 años, con una mirada oscura cuál carbón al igual que su cabello corto, piel blanquecina y altura intimidante de 1.90, en comparación con mi 1.63 parezco un pitufo la verdad.

-Buenos días señor, vengo a ord...- Soy interrumpida de forma cortante.

-No he pedido que venga nadie, así que largo. Me enderezó y alzó el mentón ante su tono mordaz.

-Lo lamento pero necesito limpiar, mi sustento depende de que cada habitación esté impecable.- Hago mi mayor esfuerzo en sonar segura y creo lograrlo.

-Y a mí me tiene sin cuidado, además yo...- Lo interrumpo de igual manera entrando a la habitación y empezando a realizar mi labor, el señor no dice nada aunque la mira que me lanza no es muy amigable que digamos.

En menos de veinte minutos la habitación está reluciente, aunque no fue muy difícil el señor es muy limpio a decir verdad, al salir no lo veo por ninguna parte a lo que asumo que se fue.

Y ni propina dejó

Volteo los ojos con fastidio y camino hasta mi carrito en dónde sorprendida encuentro un fajo de billetes escondido bajo las toallas que aún no pongo en sus respectivas habitaciones, lo tomo y lo guardo en mi delantal y continuo con mis labores pero con una sonrisa en mi rostro.

Con este dinero podré comprar el regalo de cumpleaños a mi hija, me a estado pidiendo un muy costoso libro, había estado ahorrando pero con esto lo podré comprar sin problemas y aún me queda para pagar el alquiler de mi casa.

***

Al terminar mi jornada me voy al cuarto donde guardamos nuestras pertenencias, me cambio el uniforme rosa con mi ropa diaria que consiste en un pantalón negro, una camisa de tirantes azúl y una chaqueta blanca. Salgo en busca de Flor para devolver las llaves, la veo con su cabello negro el cual contiene algunas canas recogido en un moño desordenado sacando una cuentas en el mostrador.

-¡Hey! Ya me voy, tengo que buscar a Zoe al colegio.- Alza su mirada para verme a los ojos, le extiendo las llaves las cuales toma y guarda en su lugar.

-Luce muy sexy, pareces una de esas empresarias con poder.- Muerdo mi labio para aguantar la risa.- Hablo muy enserio niña, busca un hombre y sé feliz, no te puedes quedar sola para siempre.

-¿Quien dice que estoy sola?.

-Sabes que Zoe crecerá y tendrá su propia familia, su esposo e hijos.- Sus palabras me duele ya que es verdad, pero para mí no es tan sencillo.- y tú te quedarás sola con quince gatos que cuando mueras te van a comer.

-No tendré quince serán veinte y no me van a comer... O eso espero.- Me lanza una mirada no grata y yo suelto a reír.- Bueno haré un intento más no prometo nada.- Le doy un beso en la mejilla y me despido con la mano a lo que ella me devuelve el gesto.

En Londres nadie sabe mi historia ni porqué estoy aquí, nadie sabe que aún después de casi un año sigo en proceso de divorcio, mi hija de cinco años aún pregunta por su papá y no creo que sea conveniente que me vea con un hombre. Claro que a veces añoro dormir junto a alguien que me despierte con mimos y me acompañe en las buenas pero sobre todo en las malas, alguien a quien amar y me haga sentir amada, Florida tocó un punto muy importante, mi bebé no será una niña siempre, crecerá y hará su vida mientras yo... Yo ¿Qué?.

Pasó más tiempo de que creí estando sumergida en mis pensamientos, estoy a unos pasos del kinder de Zoe, al llegar a la puerta ella me vé y corre a mi encuentro luego de que le abrieran está, me fundo a un exagerado a brazo con su pequeño cuerpo y la lleno de besos por toda la cara haciendo que ella ría.

-¿Cómo le fue a mi princesa?.- Le agarro la mano y empezamos a caminar hasta nuestra casa que queda a pocas cuadras.

-Muy bien mami, canté para mí clase de música y mi profesora dijo que sería una exce... Excel...

- Excelente cariño.- Aún hay palabras que le cuesta pronuncia.

-¿Excelente mami?.- Asiento logrando que sonría cuál ángel.- Una excelente cantante ¿Seré una buena cantante mami?

-Claro que si mi amor, todo lo que te propongas lo vas a lograr.

-¿Y porqué no logro que papi venga a visitarnos? ¿Ya no nos quiere? -Su pregunta hace que se me encoja el corazón y verla con sus hermoso ojitos grises llenarse de lágrimas hace que mi corazón se llene de grietas.

-Tu papi te ama mucho mi cielo, es solo que el trabaja mucho ya te lo he dicho.

-Las niñas de la escuela me dicen que el no me ama y que se fue porque soy fea.- Pequeños sollozos escapan de sus labios haciendo que mis ojos se empañen.

-Primero que nada tú eres hermosa.- Afirmó sin ningún tipo de duda.

-¿Igual a Blanca Nieves?.- Pregunta ilusionada a lo que me rio, ella le encantan las princesas.

-Más que Blanca Nieves.- En su rostro se extiende una hermosa sonrisa que me devuelve la mía.- Y en segundo lugar tu papá te adora solo que no puede estar contigo en este momento ¿Lo entiendes?.- Ell asiente desilusionada pero sin la tristeza de hace un momento.

Seguimos caminando hasta que llegamos a la puerta de la casa, al abrirla ella corre directo a su habitación a jugar y yo me voy a la cocina a preparar el almuerzo. Con veintiun años tengo más responsabilidades que muchos a mi edad, no me quejo, amo a mi hija a pesar de tenerla a muy temprana edad es la luz y la fuerza de mi vida, mi motor para seguir y ser mejor cada día, cuando me sonríe se que puedo lograr lo que sea.

Termino el platillo que preparé y lo llevo al lavavajillas junto al plato de Zoe, ella si levanta me da un beso en la punta de mi nariz como agradecimiento y se va a jugar un rato al patio trasero.

Siento mi teléfono vibra en mi bolsillo trasero, lo agarro y veo en el identificador el nombre de Regan mi abogado, junto a su foto donde sale serio con su cabello marrón peinado hacia un lado, sus ojos igual de marrones viendo a la cámara y su perfecto traje negro, admito que le insistí bastante para obtenerla, se negó varias veces hasta que se cansó y me dejó tomarle la foto, en este tiempo se a vuelto mi amigo.

-Hola de este lado.- Contesto con optimismo

-Se negó a firmar nuevamente.- cierro los ojos al escuchar algo tan decepcionante.

-¿Qué excusa puso ésta vez?.

-Dijo que no firmaría nada sin antes verte.

-No.- Luego de decir eso colgué.

No lo pienso ver ni ahora, ni nunca.

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Un hechizo realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora