III. Quiero hablar contigo.

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—¿Emma?— Escuchó una voz familiar llamar su nombre, al abrir sus ojos lentamente se encontró con el albino hincado a la orilla de su cama. Miró a su alrededor para orientarse, y recordó que la noche anterior se habían instalado en el hotel. —¿Norman?— Bostezó y poco a poco se sentó, estirándose para desperezarse. —No quería despertarte porque todavía es temprano pero, conociéndote no te dará tiempo de desayunar ni arreglarte si queremos hablar con tranquilidad.— Ella asintió, pero su cara todavía se veía apachurrada como si quisiera dormir más. 

—Ray ya está preparando el desayuno, así que te veo allá, para que te cambies.— Se levantó de rodillas y salió por la puerta, cerrándola detrás suyo.

Sacudió su cabeza, quitándose el cansancio de encima. Se levantó de la cama y caminó a la grande ventana de cristal para abrir las cortinas. Se quedó boquiabierta al  ver lo enorme que se veía la ciudad de día. Se quedó unos minutos para admirar la vista, pero cerró la boca y sonrío, ¡era todo un mundo nuevo por conocer!

Terminó de tender su cama y por último se vistió con la ropa que ya tenía, probablemente podría ir a conseguir ropa nueva con Gilda durante la semana, ella le había mencionado algo llamado 'ir de compras' que significaba adquirir ropa como cuando compraban cosas en el pueblo demonio después del búnker. La diferencia era que había mucho de que escoger, y podría encontrar su estilo.

Se encaminó al pasillo para encontrarse en el comedor a Norman y Ray conversando, en la mesa había tres platos de udon casero y con unos vasos de agua natural. —¡¡Ray!! ¡Se ve delicioso! ¡No entiendo como puedes preparar esto tan fácilmente!—Sus ojos se abrieron y sonrío entusiasmada, su antenita se estiró en expresión de asombro. 

Ray cerró los ojos sonriendo. —Simplemente se me da.— Emma tomó su asiento y comenzó a comer, no mucho después los chicos siguieron sus pasos.

—Entonces, ¿tienen algún concepto de lo que quieren hacer?— Norman habló, mirando a Emma y luego a Ray.

Emma asintió, terminando de tragar. —Bioética.— Continuó comiendo, iba a explicarles pero se dio cuenta que ya habían descifrado la palabra.

—¿Derecho?... No. ¿Respeto a la vida... naturaleza?— Ray preguntó, mas como una afirmación. —Respeto a la vida.— Norman coincidió, —No me sorprende, es algo muy tú.— Ella sonrió, —Mhm, no dejaré de ayudar a los demás, defender en lo que creo.— Los dos chicos se miraron y sonrieron, no iba a cambiar eso de ella, aunque la obligaran.

—¿Y ustedes?— La sonrisa de Norman se borró, cambiando su expresión a una seria. — Me gustaría hacer algo relacionado con programación, la quiero comprender hasta la raíz.— Pausó para tomar un trago de agua. —Ingeniería en Sistemas Computacionales.— Emma lo miró perpleja. —¿Computacionales?— El asintió. —Tecnología.— 

Ok, de eso hablaba. Emma entendió a que se refería, así que tomó otro sorbo del udon.

—¿Y tu Ray?—  Ray se quedó pensando por un momento, no sabía exactamente que quería hacer, pues él había estudiado sólo para complacer y derrumbar a su madre, no tenía como tal una materia favorita en Grace Field ni algo que disfrutara. 

— Quizás pueda entrar al ejército, la paga es buena.— El albino y la pelirroja lo miraron insólitos. Emma puso su plato en la mesa  —No. No te dejaré hacer eso.— Ray se sorprendió por su reacción. —Es muy peligroso, y ya te sacrificaste lo suficiente por nosotros, además, se supone que ya puedes elegir algo que te gusta, algo que te inspira.— Su voz fue demandante y su expresión reflejaba su preocupación.

—...— Apretó la boca, no había pensado exactamente en el riesgo que implicaba, o tal vez sí lo había hecho pero estaba dispuesto a hacerlo. —¿Y si te vuelves cocinero?— sugirió la chica al frente suyo. El lo analizó... —Puede ser.— volvió su cabeza para ver a Emma a los ojos, que parecía aliviada.

複雑な感情 // Sentimientos Encontrados // rayemmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora