La metáfora misma

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Era su primer día de trabajo, en un Lunes de los que todos odian y de una manera en que jamás habría aceptado si no fuera porque necesitase el dinero. Hoy era el primer día de clases y no tuvo mayor desgracia en que su trabajo queda a 20 metros de la entrada del colegio de su ex novia. Durante todo el día, las compañeras de ella que habían ingresado al local (una especie de polirubro con dulcería, articulos para el colegio, etc) lo miraban de arriba a abajo con repudio, cosa que a el no le importaba en lo mas mínimo y las saludaba como todo buen comerciante. 

Ya eran como las 5 de la tarde. Ingresaron 3 personas mayores al local. Los reconoció, sabía a que venían. Las malas noticias corren rápido en estos días. Era personas que entraban a robar, seguramente habían averiguado que era su primero día. Ni siquiera le iba a sorprender si alguna de las amigas de su ex hubiesen revelado la información. Pero a el mucho no le importaba, así que le pidió a su amigo que le haga el favor de atenderles, mientras el contaba el dinero a propósito delante de sus ojos. Los ojos del hombre brillaban en la presencia del botín: ¿que clase de niño idiota era que mostraba todo el dinero que poseía el negocio en ese momento, como si nada? No importa, al menos así sabían que valía la pena.

Una vez que terminó de contar el dinero, lo guardo en la registradora y le dijo a su amigo que se iba a ir a buscar lo que la señora estaba pidiendo. En realidad quería ir a buscar algo con que defenderse, pero al no encontrar nada, decidió usar la alarma, la cual mandaba una pequeña señal al cuartel de gendarmería, aunque sabía que era de poca ayuda, pues esos infelices solo hacían casos a delitos graves en la escuela de su ex. Pensó en ella y soltó una carcajada al pensar lo que el destino le tenía preparado. Podría morir de un disparo en unos minutos y todo el mundo pensaría que era su castigo por tentar a Dios de la vida, y decidir trabajar tan cerca de donde ella estudia. Pero, el dinero que le faltaba era tan poco, que en 3 meses lo iba a obtener y se iba a largar a cumplir su sueño, así que por lo tanto, valía la pena que lo traten de un obsesivo.

Regresó a la parte pública del local y encontró a Kevin, su amigo, charlando con la mujer, que le amenazaba con una pequeña navaja mientras el hombre tomaba el dinero. No habían perdido tiempo, pero de poco importaba pues el había encontrado un pequeño martillo el cual lo estrelló sin pensar en el cráneo del hombre, el cual cae desparramado al piso. Sin embargo, el hombre era fuerte y apto en reflejos, por lo cual apenas instantes luego del contacto con el piso, sacó su arma, pero ya Kevin captó su atención, pues se encargó de desarmar (¿cuando lo hizo?) a la mujer y tenía la navaja a punto de ingresar en el cuello de ella.

El hombre retrocedió, sangrando producto del golpe, como intentando huir, pero ya los gendarmes habían llegado y lo atraparon. Luego de varios minutos de explicar la situación, Kevin se las arregló para que a la mujer no la lleven presa y está, aprovechando la ayuda del joven, se desligó totalmente del malhechor. Los gendarmes entregaron el arma del criminal en manos del ahora conocido héroe de Villegas, quien dijo que no quería premio o recuerdo de su valentía (pues no lo era, simplemente se trataba de defender su sueños) y que cuando terminase de trabajar en el día, lo llevaría a la comisaria. Desde ese momento no se sabe como pero entro en una especie de dimensión paralela cuando cerró el local. Se dirigía hacia la comisaría, la cual quedaba a una cuadra y media, acompañado de la mujer cómplice y de Kevin, cuando, a unos 10 metros de su local, un sujeto, vestido con la misma ropa del criminal, pero un rostro totalmente desfigurado, disparó contra el desde unos 50 metros. El terror se apoderó de los 3 miembros del grupo y comenzaron a correr, en dirección hacia la comisaría. Como aún portaba el arma, cada tanto se daba vuelta a responder los disparos, los cuales rozaban su objetivo, y le hacían maldecir el día de mierda que estaba viviendo. Lo peor era que, parecía que nadie se percataba de la situación. Kevin se divertía, la mujer lloraba y el a duras penas corría, lento, como en una pesadilla. A mitad de cuadra notó a un hombre, muy parecido a su ex suegro, al cual sabía que podía acudir por ayuda ya que este trabajaba en la comisaría, pero no, no era el. Era cualquier desconocido, de los que no se percataban que habían 3 sujetos siendo perseguidos. No le quedaba otra que seguir corriendo y al llegar a la esquina, al doblar, un proyectil producido de la boca del arma del sujeto desfigurado, dio en su espalda, provocando un dolor inmenso en el pero sin caerse, cosa que lo sorprendió. Siguió corriendo y al llegar a la comisaría, todas las puertas estaban cerradas excepto por una, a la cual ingreso y al hacerlo, una especie de torrente de liquido rojo cayó sobre el, que quedó tirado en el suelo, perdido entre esa marea roja y una gran cantidad de ropa, de todo tipo. Kevin estaba subido a un estante y a lo lejos se escucha los gritos de la mujer, que fue atrapado por el sujeto desfigurado.

Kevin grita con todas tus fuerzas "Haber si cuando entras logras encontrarme" y simplemente se esfuma, mientras que el lo observa a su amigo desaparecer. Cuando el sujeto desfigurado entra, lo hace trayendo del cabello al cadáver de su ex novia, arrojándolo sobre la marea roja y saliendo por la puerta, cerrándola para siempre.

Días después, el despierta en una habitación blanca y acolchada, con un chaleco de fuerzas cubriéndolo.

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