Cap 8.

1.3K 17 2
                                    

Desperté con la poca luz del sol que entraba de una diminuta ventana, me dolía todo el cuerpo, no quería despertarme, sentía una gran desesperación, no se donde estoy, ni qué hora es, quiero irme a mi casa, ver a mis padres, a mis hermanos, ellos de seguro me están buscando y ruego a Dios que me encuentren rápido, no aguantaría quedarme más tiempo aquí. Me envolví en las cobijas, seguía sin una prenda de ropa, pero estaba tan cansada que no quería ni abrir los ojos.

Siento que empujan la puerta, es él, Patrick, me hice la dormida no quiero ni mirar su cara, estaba temblando de miedo, no exagero pero pase una noche muy mala y no quiero que se repita.

-Levántate ya es muy tarde tienes que conocer tu nuevo hogar.- dijo mientras dejaba una bandeja de comida en el velador.

-Ya haz dormido mucho, quiero que despiertes.

Abrí los ojos, pero no le dije nada voltee para no verlo.

-Mira no me hagas enojar, quiero que te levantes y te vayas a duchar, en el closet hay ropa que compré para ti, te traje el desayuno y no quiero que se enfríe, así que apresúrate.

No hice ni dije nada, me mantuve acostada mirando a la pared.

-Eres una chica muy desobediente.- alzó de las cobijas muy enojado, yo me asusté pero el tiró de mis muñecas hasta ponerme de pie.

-No toleraré tu comportamiento, qué acaso no te quedo claro con lo de ayer ¡dime! ahora me obedecerás y harás todo lo que diga, o quieres que te enseñe a obedecerme QUIERO QUE ME RESPONDAS.

-N...no me lastimes.- él soltó mis manos y yo caminé hacia el baño tratando de cubrirme con una sábana pero empecé a llorar porque me dolía mi parte íntima, sentí como punzadas y solo paré y me apoye en la pared.

-¿Qué te sucede?, noto que se te dificulta caminar.

-No es nada, solo no me hagas daño por favor.

-Jaja, de seguro te duele por lo de anoche pero que puedo hacer yo, te quiero lista en una hora y no me hagas esperar.- dijo con una gran sonrisa en su rostro, mientras salía de la habitación.

Sentí un gran alivio al escuchar que el se fue, fui al baño y encontré varios productos de limpieza, lo curioso era que estaban los que yo acostumbraba a usar, me metí a la ducha y revise mi parte porque pensaba que estaría muy lastimada, afortunadamente no, salí y vi la ropa que me compró, estaban vestidos muy hermosos y zapatos de tacones de mi gusto, tomé un vestido amarillo y unos zapatos blancos, personalmente prefiero zapatillas pero no habían, cepillé mi cabello y desayune.

Patrick abrió la puerta y me dijo que salga, lo hice para que no me lastimara.

-Que hermosa estas mi amor, okay bajaremos y te presentaré como mi novia con todo el personal de servicio, quiero que te comportes.

Y así fue eran muchas personas, todos me miraban con respeto yo no dije nada, el dijo que yo iba a vivir en esta casa, que no podía salir por ningún motivo, mientras el hablaba vi la oportunidad de escapar no lo pensé más y decidí quitarme los zapatos y correr hasta la ventana, la abrí y salí por allí, ni siquiera regresé a ver, empecé a correr lo más rápido, incluso pise algo que lastimó mi pie, no preste atención, todo era árboles y plantas no sabía a donde ir solo corría sin rumbo alguno hasta que dos señores con trajes me tomaron de la espalda y los brazos, yo gritaba y les suplicaba que me ayudaran a escapar. Me llevaron de regreso. Patrick estaba furioso y ordenó a todos que se fueran.

-Nos conocemos hace mucho pero no imaginé que fueras tan estúpida.- Me empujo y me acorraló contra la pared.

-Si, me conoces, yo creía hacerlo pero ahora no, deberías saber lo desesperada y lastimada que estoy, deberías entenderme y dejarme ir, YA NO QUIERO ESTAR AQUÍ, me haces daño, tu sabes bien que esto es un error muy grande NO TE SOPORTO, NO TE AMO, Y NO TE QUIERO VOLVER A VER NUNCA MÁS.

-YA CALLATE DE UNA BUENA VEZ.- golpeó su mano contra mi rostro.

-ME LASTIMAS.

-Hiciste muy mal en tratar de alejarte de mi y sabes, las acciones malas tienen consecuencias, te castigaré y aprenderás, no tendré piedad0 contigo.- dijo mientras me cargo en sus hombros y me metía a la casa.

Yo no hacía más que llorar, golpeaba su espalda, gritaba y pedía ayuda, a él no le importaba, no sabía lo que me haría, el miedo que tenía era frustrante.

De Tu Propiedad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora