—¡Rainbow Dash!—Le llamó a lo lejos una pálida chica de cabello morado mientras levantaba los brazos intentando llamar su atención. —¡Por aquí!
La chica de cabello arcoíris se giró hacia la voz que la llamaba, y como un acto reflejo, pateó el balón de fútbol que había mantenido para sí misma, evitando que el equipo contrario se lo lograra quitar.
—¡Ah!— Gritó la pálida chica cubriéndose el rostro al ver que el balón venía hacia ella con fuerza y a gran velocidad.
—¡Rarity!— Le reclamó una chica de cabello y piel rosa, al ver que el equipo contrario habría logrado quitarles el balón.
Rápidamente, Rainbow Dash corrió detrás del balón tan veloz como sus piernas le permitieron.
La chica rubia que ahora tenía el balón en su poder, se dirigía hasta la portería del equipo contrario. Frente a ésta, una delgada chica de piel amarilla y cabellos rosas se encontraba temblando sobre sí misma, esperando el impacto del balón en alguna parte de su cuerpo.
Sin saber cómo, la chica de cabello arcoíris había conseguido alcanzar a la rubia. Intentaba patear el balón entre las piernas de la contraria pero ésta no se dejaría tan fácilmente.
Ambas chicas comenzaron a perder el equilibrio por lo que, por instinto, la chica rubia apoyó una de sus manos en el brazo de la contraria.
De alguna manera, al sentir el agarre de la otra chica, se esfumó toda la concentración de la peliarcoíris, dejándose a si misma caer al suelo y con ella, la rubia.
El codo de la rubia había caído con todo su peso en el estómago de Rainbow Dash, sacándole todo el aire y causando que su expresión fuese algo vergonzosa.
La rubia miró su rostro por unos segundos, pues la otra chica tenía los ojos cerrados haciendo esa mueca de dolor. De pronto, el arbitró sopló su silbato y rápidamente, la rubia reaccionó.
—¡Santos corrales!— Exclamó la chica con acento de campesina. —¿Estás bien?— Le preguntó mientras se hacía a un lado permitiendo que Rainbow pudiera sentarse en el cesped. Rainbow Dash asintió, apoyandose en su brazo izquierdo mientras ponía el derecho en su estómago. —¡Lo siento tanto!— Se disculpó mientras se levantaba y le tendía una mano.
Dash tomó la mano de la rubia y se levantó apoyandose en ella, aún con algo de dolor en su espalda y abdomen. Una vez de pie, el entrenador se acercó a ellas seguido de dos practicantes de enfermería, quienes venían a socorrer a Rainbow Dash.
—Estoy bien.— Dijo entre quejidos, negándose al ver que intentaban llevarla a la enfermería entre dos personas.
—Lo siento RD, pero no voy a arriesgarme a que la mejor jugadora de Canterlot High tenga siquiera un moretón.— Dijo el entrenador colocando su mano en la espalda de Dash por unos segundos en señal de apoyo. —Llévensela.— Le pidió a los estudiantes, aunque Rainbow se negó a ser cargada por ellos.
El partido terminó antes de tiempo, pues todos en Canterlot High se negaban a ver un sólo partido escolar sin Rainbow Dash participando -aunque fuese una simple práctica-. Todos los estudiantes abandonaron el campo y tuvieron tiempo libre durante el resto de la clase.
La mayoría de las chicas fueron camino a las duchas, a excepción de dos o tres de ellas quienes iban camino a casa para almorzar antes de volver a clases.
La chica rubia no vivía tan cerca de la escuela que digamos, asi que usaría los baños y duchas del gimnasio para asearse.
Al entrar se encontró con la sorpresa de que no había nadie adentro, aunque podía escuchar una ducha abierta y el tararear de una canción. Sin hacer caso, se acercó a los lavabos y se enjuagó la cara, cuello y brazos con abundante agua, haciendo que el cabello más cercano a su frente estuviese algo mojado tambien.
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Como si fueramos amigas; [Appledash] EQUESTRIA GIRLS
FanfictionHistoria de amor cliché (o no) ambientada en la Escuela Canterlot antes de la llegada de Sunset Shimmer. Hay muchos shipps, pero el principal es y será siempre el Appledash así que no se preocupen, trataré que sea disfrutable para todos ^^.