Antes de que por mi boca pudiese salir otra tontería de la que más tarde me arrepentiría, fui hasta donde estaban mis amigas.
—¿Qué quería el rubiales a parte de meterte la lengua hasta la campanilla?–me pregunta Marisa.
—No lo sé y tampoco sé porque he dejado que me bese, joder.
—Ana tranquila, relájate. Sólo a sido un beso y a parte, menudo beso... ¿Hoy hemos venido a pasarlo bien no? Pues tú has empezado la mañana con las pilas puestas. Disfruta tonta y no te preocupes, pero recuerda usar protección.–dijo entre risas.
Antes de poder pegarle una paliza por su comentario subido de tono los chicos nos alcanzaron. Nos sentamos todos juntos bajo nuestra sombrilla. Melanie y Marisa se sentaron juntas y justo cuando iba a ponerme en medio, un brazo me agarro por la cintura e hizo que me pusiera a su lado.
—¿Sabes qué eso que acabas de hacer se llama violación del espacio personal?
—¿Ah si? Yo lo llamo sentarse al lado de la tía que me a robado la jodida cabeza en solo segundos.–me dijo Ashton comiéndome con los ojos. ¿Quién podría resistirse a algo así?
—Bueno tortolitos que no nos hemos presentado. Yo soy Alex, este es Santi y aquí el acosador de Ana es Ash.
Alex era algo más bajito que los otros tres. Su piel era muy clara a pesar de estar casi en agosto. Sus ojos eran de un bonito tono castaño y su pelo muy liso y oscuro.
Alex no era tan alto como Ashton pero tampoco se le quedaba corto. Estaba muy bronceado, pareciese que su tono de piel era en un tono "café con leche". Sus ojos eran verdes y penetrantes. Su cabello era en un precioso tono miel con destellos dorados que producía envidia.
—Bueno bueno, ¿es que aquí no se come hoy o qué?–pregunté con las tripas sonando de fondo.
—¿Os apetece ir al mini bar que hay ahí al lado?
—Joder Ash, por primera vez has tenido una idea razonable...
—¿Y tú que sabes cuando tengo o no buenas ideas?
—Porque se te nota a la legua que piensas más con la cabeza pequeña que con la que tienes sobre los hombros.
—Oh nena te vas a arrepentir de haber dicho eso.–dijo mientras intentaba agarrarme.
—Eso será si me pillas antes.–dije corriendo a toda velocidad. No tenía tiempo para pensar sobre lo que estaba haciendo, mi vida en ese instante se basaba en correr para que no me atrapase. ¿O tal vez si quería que lo hiciese?
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Más de ti que de mi
Teen FictionAna pensaba que eso del amor era un cuento que solo ocurría en las novelas románticas, que en la vida real jamás llegaría alguien que te pusiera el mundo del revés, o al menos eso pensaba ella. Pero no tenía ni idea de que toda su forma de ser y de...