Capítulo 3 "LA CITA"

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Tocaron a mi puerta después de unas horas, era la hora de ir con el chico guapo que me recibió. Me llevaron hasta un cuarto pintado de muchos colores, como si un unicornio hubiera vomitado en aquel cuarto, y sobre todo con olor a manzana canela, así que aquel cuarto o sala lo decidí llamar “sala del unicornio enfermo”.

Se abrió una puerta y ahí estaba el, con sus dientes luminosos y una sonrisa curvada ampliamente y por si fuera poco, hermosa, casi no podía pasar al otro lado de la sala, puesto que me había quedado literalmente como una estatua, ya que aquel chico guapo, me parecía cada vez más atractivo y no me quería enamorar, además, ¿qué tipo de chico guapo quisiera estar con una horrorosa  freak? Él me tuvo que jalar de la manga y empezó a reír.

-Vaya estatua que tengo ahora en este cuarto, era la pieza que me faltaba para que se viera mejor este cuarto, ¿Por qué no se me había ocurrido antes?-dijo mientras me echaba uno de mis tantos mechones alocados detrás de mi oreja.

Inmediatamente reaccione ante su tacto, puesto que mi piel se había erizado y me puse más rígida, ya que al rozar su piel cálida contra mi piel fría de lagarto, me hizo sentir viva, y eso me asustaba, y mucho.

-Anda, pasa, no te vayas a congelar allí a intermedias de la puerta.- volvió a hablarme pero ahora sarcásticamente.

-Perdón, es que...-<<rápido, tienes que pensar en algo>> le decía a mi mente que analizaba y pensaba como tortuga, o aun peor, como caracol.- el cuarto llamo mi atención y pues parece vomito de unicornio, como si estuviera enfermo, no digo que tenga algo contra los unicornios, ellos me encantan y todo, pero… enserio… parece que estuviera muy enfermo.- no era mentira, era verdad, hasta pronuncie las “u” muy largas, como una vaca.

-Solo espera a ver las otra salas y no te sorprenderás de esta.- echamos a reír.- Bien Fran, iniciemos…

-No, aún no, tengo una duda, ¿Cómo sabes mi nombre?- pregunte algo nerviosa.

-Simple y sencillamente está en la hoja de formularios que llevamos controlada con la entrada y salida de los pacientes…

-Pero yo no he llenado mi formulario…

-Pero tus padres si.-dudo en decir.- desde hace unos meses.

¿Cómo podría ser eso cierto? ¿Acaso mis padres  pensaban llevarme desde antes? ¿Por qué no lo hicieron?...En ese momento mi cabeza quería estallar de tantas preguntas.

-Tierra llamando a Fran, repito, Tierra llamando a Fran, ¿me escuchas?... Hey, ¿Estas bien?, ¿Necesitas algo?

-No gracias, estoy bien, es solo que…

-No te esperabas que tus padres llenaran el formulario hace meses sin decirte que vendrías hasta ayer.

Me quede perpleja, ¿Cómo supo eso?-¿Cómo supiste eso?- pregunte tímidamente.

-Pues simplemente así es con los demás pacientes, Fran.

La forma en que dijo mi nombre me pareció tan linda que me olvide del tema, pero aún me quedaba una duda, y no tarde ni un segundo en dudar al preguntar.

.- ¿Cuál es tu nombre?, tu sabes todo de mí, pero yo no sé nada de ti, más que eres mi psicólogo o psiquiatra, o yo que se…

-Pues bien, soy tu psicólogo, tengo una hermana llamada Valentina, entré aquí porque me gusta ayudar a la gente, me gusta el color azul de tus ojos y de tu pelo.- me dijo señalando con la cabeza hacia mi pelo y yo me sonroje, o eso creo.- y… ¿por qué te pintaste el pelo azul?

-No cambies el tema.- le espete.

-Okay, tranquila…pero enserio, me gusta… bien, seguiré.- se aclaró la garganta.- y mi nombre es…

Tocaron fuertemente la puerta, y nos volteamos a ver la puerta casi asustados. El abrió la puerta, y afuera había un “doctor” o “enfermero” o yo que sé de traje típico blanco, (menos mal que no era de vomito unicorniano) y llevaba un celular en su mano.  Entre el chico de afuera y mi psicólogo empezaron a tener una charla larga, pero por lo visto muy importante, me quise acercar a ver que decían, pero decidieron salirse y cerrar la puerta, y justamente cerraron la puerta, mi oído y la puerta se encontraron, yo solo estaba “espiando un poco”. De repente alcance a escuchar algo sobre un accidente de unas personas apellidadas T..er, me puse recta, y luego luego mi cerebro de caracol se alarmo, algo malo había pasado con mis padres, los señores Tigner Shada.

lagrimas toxicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora