Me baje con cuidado del carro, mi corazón daba una orquesta mientras nos acercábamos lentamente hacia la puerta, las puertas se abrieron, dándonos paso para poder entrar, y dando pequeños tumbos como si fuera aquello una trampa, inicie a sentirme insegura… insegura de lo que los doctores me podrían llegar a decir como “lo lamentamos señorita Tigner, sus padres han muerto al impacto…” o… “sus padres están vivos, lamentablemente tienen un derrame cerebral, a causa de…” y así, mi vida se me iba consumiendo más de lo que esperaba, y mi corazón junto con mis sentimientos, iban siendo polvo, sobre todo mis esperanzas, pues no sabía nada sobre ellos, y ningún doctor se nos acercaba, tal vez nos hallamos equivocado de hospital….
-¿tienes hambre?- dijo Mike haciendo como si le rugiera el estómago, y por suerte interrumpiendo mis pensamientos negativos.
-No gracias, estoy muy preocupada por lo que digan de mis papás que ahora no tengo apetito.- aunque realmente tenía muy poquito apetito.
-Ok, yo iré por un café y unos cuernitos de la cafetería, ¿está bien si te dejo sola o necesitas de mi presencia? Porque yo sé que me necesitas.- y empezó a torcer su boca, haciendo una sonrisa sarcástica.
-No, no te necesito.- aunque si lo necesitaba.- solo ve a la cafetería.
-Ok, pero no te enojes.- y dando media vuelta, se fue más rápido de lo que canta un gallo directo a la cafetería, como si alguien lo esperara ahí, o como si estuviera a punto de vomitar.
-¿señorita Tigner?-dijo una voz muy grave después de que Mike se hubiera ido y cada vez que se acercaba, se escuchaba más y más grave que antes.
-Sí, soy yo… - bien, estaba lista para enfrentarme a mis miedos de que mis padres se hubieran muerto, y lo peor, si así era, tendría que quedarme de por vida en el maldito internado, o hasta que cumpliera 18 años.
El doctor de complexión fuerte y morenito canela, empezó a revisar una carpeta, tal vez donde tenía el nombre de mis papás y que les había ocurrido, causa de muerte y… debería de dejar de pensar que mis padres están muertos.- Sus padres…-empezó a decir y yo demasiado nerviosa, me mordí los labios.- se encuentran bien, llegaron aquí justo a tiempo, estaban perdiendo mucha sangre, por suerte aquí hay muchos donadores de sangre que ayudan a personas que como tus padres, pierden demasiada sangre por diferentes motivos.
-Gracias doctor…amm… ¿Erick?...- el asintió a mi pregunta, era fácil saber su nombre, lo llevaba en un gafete, y sin pensarlo dos veces, lo abrace muy fuerte, el respondió a mi abrazo y dijo con su voz grave:- puedes pasar a verlos, se pondrán felices de verte, desde que están conscientes están preocupados por ti.- yo asentí y seguí al doctor hasta llegar al cuarto donde se encontraban mis padres.
Llegamos al cuarto 325, donde se encontraban mis papás, el doctor me abrió la puerta y me despedí de él, me metí a la habitación y cerró la puerta después de que yo entrara.
-¿Mamá, papá?...- parecía como si estuvieran dormidos, así que me acerque lentamente, pero resulta que se estaban viendo, como tratando de ponerse de acuerdo en quien me diría primero hola.
-Hola Fran.- por fin mi mamá era la que había hablado, se incorporó un poco, y se puso contra la almohada.- nos alegra de que estés aquí, pensábamos que no vendrías…
ESTÁS LEYENDO
lagrimas toxicas
De Todo"De entre tantos pensamientos suicidas, este es el mejor; lanzarme desde la punta de un edificio, o intoxicarme, igual, nadie notaria mi falta de presencia" lamentablemente, estaba mal, me intoxique, y no fue precisamente de algo que tuviera que ver...