Impacto

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Arcane

—¿Papá?

—Sabes que no soy él, sueno como él, me verás como él, pero es para que no te espantes...—dice aquella voz desde algún lugar de la habitación.

Me tenso inmediatamente, siempre le tuve recelo a mi padre que, por cierto, nos dejó, y pensar que alguien peor luce y suena como él, es una mala noticia.

—Tienes que buscarla y rápido, ese te acaba el tiempo.—dice el hombre supongo.

—¿A quién tengo que encontrar?

—A ella, te dará más fuerzas y te volverás más poderoso.

—¿Por qué debo hacerlo? ¿Te crees que le voy a creer a un desconocido? —le digo con desdén intentando mostrarme fuerte, como si no tuviese miedo.

Rápidamente una sombra negra se cierne sobre mi y siento que me cuesta respirar, con cada pestañeo que doy vuelta viendo una imagen borrosa cada vez más clara.

Un vals, mucha gente con copa en mano riendo y otros bailando al compás de la música. Veo una gran escalera que me indica que estamos en el castillo de Silas, ahí de pie, veo a la princesa y al príncipe, al Rey y a la Reina hablando quizás de qué.

De repente todo está oscuro, cuando logro distinguir algo, veo cuerpos sin vida caer. Puedo observar cuchillos volar de un lado a otro.

El cuerpo de los príncipes enamorados caen, no logro verles el rostro borroso, pero alcanzo a ver cómo las coronas golpean el piso y hacen eco en mi cabeza.

El asesino gira su rostro y me observa, es delgado y pálido, sus manos ensangrentadas y firmes en sus cuchillos, es como si me estuviese viendo de verdad.

Elevo la mirada y veo un cartel:

Siempre juntos, hermanos mestizos.

Luego de eso, no siento nada.

...

Eira

Tic toc

Tic toc

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que estoy contemplando el reloj, solo sé de qué algo no cuadra claramente.

¿Qué tengo que recordar?
¿A quién olvidé?
¿Quién dice amarme?
¿Cuantos años llevo dormida?

Decido hacer un hechizo, solo necesito mi libro en donde anoto todo. Subo a mi habitación y me acerco a mi estante a tomar el libro, pero antes de que lo alcance, llaman a la puerta.

Observo desde mi ventana la puerta, y veo que son dos "policías". Supongo que traen información porque no podrían exponerse así como así en las calles.

Abro la puerta y Hunter da un paso adelante.

—¿Hallaron algo? —pregunto temerosa.

Hunter no se have de rogar para hablar.

—No, al contrario, uno de nosotros ha desaparecido durante la búsqueda, nos gustaría saber si usted sabe algo. —El hombre de por sí serio, se coloca aún más serio de lo que un humano podría. su quijada se aprieta y sabe con exactitud qué estoy pensando, sabe que no sé nada.

—Sabes que no sé nada.

No, pero algo ocultas mestiza...

Ten claro que no encontrarás nada, guapo.

Ah, por cierto, no he tenido novios, formales...

No me obligues a entrar y buscar por todas partes...

No será necesario...aunque creo que tengo algo que le puede servir.—digo en mis pensamientos con voz lujuriosa.

Hunter mira a su acompañante que es un aprendiz, aún no sabe leer mentes ni controlarlas, así que no se enteró de nada.

Don guapo le hace un seña de que se puede retirar y cuando está lejos de nuestro alcance, lo tomo por la camisa y lo atraigo para cerrar la puerta.

Él es alto, tiene un cuerpo muy entrenado al igual que todos los de su especie, su mandíbula es marcada y sus ojos claros me atraen a caer rápidamente.

Sus manos se aprietan en mi cintura y rápidamente con un movimiento de dedos cierro las cortinas. Intento acercarme a su boca, pero se contiene y aleja el rostro en modo de jugueteo, apega mi cuerpo al suyo y siento su erección contra mi. En un movimiento rápido, raja mi corsé con facilidad y me quita el vestido de una sola vez, quedando en lencería para él.

Le quito la camisa por sobre sus hombros y tocó sus músculos mientras defiendo lentamente hasta llegar a su pantalón. Jugueteo con su pretina hasta que en un movimiento aprieto su miento por sobre la ropa y lo escucho gruñir.

Fue lo último que hice por mi misma, en un pestañeo estábamos sobre mi cama y tenía mis manos sujetadas por sobre mi cabeza si pantalón estaba al otro lado de la habitación y no tardó en romper mi ropa interior.

suelto un gemido fuerte al sentir la primera embestida, ya lo que sigue es otra cosa...

...

Arcane

Mi cabeza zumba aún por el ruido de las coronas caer, alguien asesinó a mucha gente ese día, por alguna razón este ser me lo mostró.

¿Por qué?

Me doy cuenta que estoy de nuevo en el bosque, en el lugar en donde estuve por última vez, me siento agotado, como si hubiese consumido toda mi energía de la semana. Tendré que caminar hasta el Capitan Hunter, comienzo siguiendo su olor y sus pisadas.

¿A qué se habrá referido?
¿Qué demonios era esa ensoñación borrosa?
¿Por qué los príncipes y el asesino eran más borrosos?
¿Qué tengo que hacer?

El aroma me guía hasta la casa de Eira la florista afectada. No escucho nada, ni mucho menos siento algo, debe haber hechizado su casa, lo cual es normal en los hechiceros.

Toco la puerta y de nuevo el sonido de las coronas cayendo me causan un dolor horrible en el cuerpo, término apoyado en el umbral de la puerta, siento una gota de sudor caer por mi rostro y alguien abre la puerta.

—¡Oh dioses! ¿Qué te ocurrió? —Esa voz, esa dulce voz la conozco.

¿Y ese olor?

Distingo dos; uno es a ¿sexo? y el otro es a flores y tierra húmeda. El último es maravilloso, pero es lo último que puedo ver.

Luego viene una tragedia.

Un Rey Sin CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora