El miedo tiene olor

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—¿La revisarás tú o quieres que lo haga yo?— preguntó Verónica

—Yo lo haré, salgan— respondió Lauren

El resto del clan obedeció, salieron de aquella habitación y cerraron la puerta

—¿Revisar qué?— preguntó Camila, confundida

—Quítate la ropa— ordenó

—¿Disculpa?

—Que te quietes la ropa— repitió

—Estás jodiendo ¿cierto?

Lauren soltó un suspiro mientras negaba con la cabeza —niña, estoy a cargo de ti, y soy la que manda, así que obedece a la cuarta norma y haz lo que te digo.

Camila frunció el ceño, pero no tardó en darse la vuelta y empezar a despojarse su prendas. Primero soltó la parte superior de su vestido, seguido de eso, se lo quito, quedando en lencería.
—Ya— comentó dándose la vuelta

—La ropa interior también— dijo Lauren

—No pienso exponerle mi intimidad a una desconocida— espetó con molestia

—Y yo no pienso transportar a una niña malcriada que no sabe acatar órdenes, serás la hija de Sinuhé, pero mientras yo esté aquí, me respondes a mí— decretó firmemente

Camila la miró con enojo, volvió a darse la vuelta y retiró su sostén, seguido de sus bragas, quedando tal y como llegó al mundo. Giró de nuevo hacia Lauren, cubriéndose los pechos con su brazo izquierdo, y con la mano derecha a su intimidad.

La ojiverde pasó sus ojos por todo el cuerpo de Camila, no de una manera lujuriosa sino analítica, se acercó a ella—date la vuelta— ordenó, la chica de ojos caramelo obedeció, Lauren tomó su cabello y lo levantó para revisar su cuello —. Suelta tus senos, también debo verificar.

Camila se giró para verla, y con un poco de asco y vergüenza, se descubrió los pechos.

—Ya puedes vestirte— dijo la ojiverde, la otra chica se giró para tomar su ropa —. Espera. ¿Qué es eso?— preguntó al percatarse de algo

—¿Qué?— cuestionó Camila, cubriéndose con sus ropas

—Tienes una mancha en el brazo

—Es un moretón— respondió lo más rápido posible

—Eso no es un moretón... ¿te mordieron?— preguntó tomando la extremidad, con la mano derecha

—Ya te dije que es un moretón, suéltame— exigió

Pero Lauren hizo caso omiso, con los dedos de su mano izquierda, acarició la zona afectada, al perecer sí era un moretón.

—Dormiré contigo esta noche, nos iremos en la madrugada— decretó y salió de la habitación.

—¿Qué pasó? ¿Está sana?— preguntó Normani

—Sí, está sana. Bajemos para asegurar las entradas y salidas.

Todos asintieron y obedecieron a Lauren. Después de hacer lo que ordenó, se fueron en parejas a cada cuarto de hotel.

—¿No dormiremos juntas esta noche?— preguntó Lucy

—Dormiré con Camila— respondió la ojiverde, con suavidad. 

La castaña sólo asintió y se retiró

Lauren entró con Thunder a la habitación de la hija de Sinuhé, quitó el bozal y le dijo
—Ladra si escuchar algo ¿de acuerdo?

—¿Cómo se llama?—preguntó Camila

El último amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora