Diario del Mono Liso 1

Lunes, 14 de septiembre

Jadeando, finalmente, he conseguido llegar al sitio donde había quedado con Ainhara. Pero ¡sorpresa! Allí también estaba su hermana, Serena.

— ¡Joder! Si que llegas tarde, ¿no? ¡Estaba a punto de irme! — me dijo Ainhara.

— Lo siento, es que mi padre y Marta me han retenido en la puerta, je, je — musité, muerto de vergüenza. ¿¡Por qué cojones había llegado tarde?! Realmente estaba sorprendido conmigo mismo. Bueno, da igual, así que prosigo: — ¿Qué tal las vacas?

— Bien, hemos ido haciendo cosas, ja, ja, ja. ¿Qué tal tú?

— También bien, como siempre... Hemos ido a Andorra y ya te contaré.

De camino al insti, unos 20 minutos de trayecto, nos encontramos a Ana y Elsa, dos amigas del grupo — somos La Banda del Patio, un nombre muuuy original, ¿verdad? — así que saludamos y preguntamos lo mismo. También estaban bien.

A las 9:30, diez minutos antes de entrar, llegamos al insti. Allí estaban Luke e Íngrid, también del grupo. Charlamos un rato y, a las 9:40, entramos al patio. Los y las profes nos decían la clase a la que debíamos ir. Todo estaba cambiado por el tema COVID.

Al llegar a clase, estaba Aya sentada en una silla. Me saludó y, muy amablemente, me preguntó qué tal mis vacaciones. Yo le dije que bien. Acto seguido, entró la profe, Berta, y muy maja, por cierto. Voy a ser sincero: no me cae bien, porque en 1° me caía muy mal, pero ahora es maja. Nos explicó cómo iría el curso y nos deseó suerte.

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