Christopher estaba en la puerta de la casa de Anna aquella mañana. Iba a pedirle explicaciones por su desquiciada aparición en la mansión de Mary. Tenía que pararle los pies antes de que causara más estragos. Se habían conocido en una obra de teatro en la cual Anna participó como estrella principal de la obra. Desde que la vio, se sintió sumamente atraído por ella. Con su cuerpo esbelto, moreno, de cabellera color caramelo y de facciones firmes pero que le daba un toque de hada encantada que cautivaba a todos los hombres. Era una mujer muy bella y sensual, pero no pasaba de ser más que una simple amante para él. "Mary era mucho más atractiva y llamativa que Anna"; pensó para sí. Habían mantenido relaciones desde hacía ya 3 años y ya que estaba con planes de casarse tenía que dejarla por el bien de su futuro y el de Mary. Ya la buscaría después de que pasara el tiempo y todo volviese a la normalidad.
Tocando suavemente a su puerta esperó a que lo invitara a entrar. Anna estaba recostada en su asiento vestida únicamente con un vestido transparente dejando ver su cuerpo desnudo a través de él. Christopher se acomodó frente a ella y la observó por un momento; pero esta vez no con deseo, sino con una molestia incómoda.
"No sabía que tendría que precisar de mis servicios tan temprano milord. De haberlo sabido antes, me hubiese preparado un poco más" le dijo coquetamente.
"Anna; no estoy aquí por tus favores sexuales. Por favor cúbrete para poder tener una conversación decente la miró con seriedad.
Ella se levantó visiblemente enojada por el repentino cambio de los acontecimientos "Entonces no tienes absolutamente nada de qué hablar conmigo sino es para tener tu cuerpo encima del mío" se levantó delante de él con los brazos cruzados.
"Bueno ya que insistes en ir por el camino difícil, te complaceré. ¿Me podrías explicar por qué demonios fuiste a la mansión de la duquesa de Wellington para reclamarle?" le reprochó con una molestia contenida.
"Pues simplemente fui a reclamar lo que es mío y para dejarle bien en claro quién era la dueña de tu corazón" le sostuvo la mirada.
Christopher se levantó para hacerle frente "No tenías ningún derecho de hacer tal cosa. Tu relación conmigo es puramente física; tú sabes muy bien eso. No hay ninguna implicación romántica entre los dos"
"Ella no te va a poder calentar la cama como yo lo hago!! ¡No tiene ni zorra idea de cómo complacerte!" lo agarró de la solapa de su traje "Yo soy la que te regala el placer que ninguna de esas señoritas de la aristocracia te puede dar"
Él le agarro de las manos y las retiró de su traje Me voy a casar dentro de poco y necesito permanecer fiel a mi esposa por un largo tiempo" le dijo con un suspiro "Necesitamos dejar de vernos por un buen tiempo. Cortar todo tipo de relación entre los dos hasta que yo pueda volver a buscarte" la miró duramente No puedes volver a acercarte a Mary, ni a mí, ni a ningún lugar en el cual vayamos a estar los dos. Cuando esté listo para buscarte lo haré; mientras tanto debes alejarte completamente Anna lo miró con desprecio Claro; ¿porque yo soy una vasija al cual puedes desechar cuando se te venga en gana verdad?"
"No hagas esto más difícil de lo que ya es" Ella se zafó de sus manos y empezó a arrojarle cosas Vete de aquí cobarde!!! ¡¡No vuelvas a buscarme nunca más!!" Christopher salió de su casa esquivando cada cosa que Anna le lanzaba. "No quiero volverte a ver jamás!!" y le cerró la puerta en las narices.
Christopher soltó un largo suspiro y le dijo detrás de la puerta No voy a dejarte desamparada, no soy tan mal hombre para hacerte eso. Mi asistente se comunicará contigo en cuanto tenga todo listo. Te seguiré dando tu mensualidad para que puedas sobrevivir y poder poner en marcha la tienda de moda que tanto has añorado" diciendo esto se marchó de allí.
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Irremediablemente
RomanceMary Wellesley, duquesa de Wellington, una mujer de rectas convicciones y conducta, será totalmente trastornada por Christopher Ainsworth, un caballero totalmente distinto a lo que ella esta acostumbrada a ver. La historia está llena de decisiones...