Pov Venus
Les dije mi apellido y se asustaron, ¿cómo reaccionara el resto del colegio cuando lo sepan? ¿Me dejaran sola? ¿trataran de tomar venganza? Mierda no voy a poder usar magia en defensa propia. Todo esto iba pensando mientras caminaba al lado de Hagrid, el gigante era realmente amable, me acompaño a buscar el dinero necesario, se ofreció a llevarme las bolsas del uniforme, los libros y todo lo necesario para las clases, teníamos cierta fascinación por los animales, lo cual hablábamos mucho. Llegamos a Olivanders a buscar mi varita pues nunca tuve una, siempre usaba mis manos o todo verbalmente, al verme el señor me miro sorprendido y confuso
-Señorita... -
-Grindelwald – aclaré cerrando los ojos cansada, estaba atónito – puede ofrecerme una varita por favor – pedí amablemente
- Oh si claro – me dejo ahí parada buscando entre cajas me trajo una – núcleo pelo de unicornio – la agite y exploto un vaso cerca del el – no, esta no es – se fue dejándome de nuevo sola y volvió con otra en mano – núcleo pelo de fénix – la agarre la agite y volaron varios papeles y cajas – no definitivamente no – asi pasamos con otras tres varitas mas hasta que se acordó y fue a buscar otra más acercándose misteriosamente - esta la fabrique yo señorita, es la única en el mundo después de la de su padre, madera de sauco, 30 cm de largo, flexible y con núcleo de pelo de thestral, no pregunte como, solo agárrela – se adelanto viendo mi pregunta, la agarre y sentí un viento frio y un brillo blanco, me sentía cómoda, sonreí era como la de mi padre, pero solo con dos esferas y más delicada, saque una bolsa con el dinero y se la di, no quiso que le pagara de más, pero sabia que esta varita no fue fácil de fabricar y su esfuerzo lo merecía. Sali de la tienda y ahí estaba Hagrid esperándome, vio mi varita sorprendió ya que le dije de que madera era y el núcleo, empezamos a caminar, me distraje viendo un montón de niños reunidos en una esquina jugando en una cabina de vidrio, me acerque a ellos llamando la atención del gigante que iba atrás mio, me sobresalte al escuchar su grito
-¡¿Qué están haciendo?! – expantando a todos – niños malcriados, pobre animal
- un cola-cuerno bebe – dije sorprendida al verlo encerrado en la cabina, estaba respirando muy rápido, agotado de tanto achicharrar los dulces, los niños lo habían hecho trabajar rápido – ¿no se supone que se recuperan rápido? ¿Por qué no se levanta? – pregunte viendo cómo se acostaba
- esta deshidratado, no creo que sobreviva aquí – respondió triste
- hazte a un lado Hagrid – el solo hizo caso, me tape la mano con la manga de mi suéter, me aferre a la maquina con mi otra mano, el primer golpe no lo rompió, el animal veía lo que sucedía, el segundo se fragmento y el tercero ya no había vidrio, la gente veía como el dragoncito se ponía en modo de defensa como podía – no te hare daño - acerque mi mano acariciándolo, primera mordida, la aguante, la segunda y la tercera también, - no te hare nada – dije mirándolo a los ojos, pensé que me iba dar una cuarta mordida pero se quedó solo viéndola, la moví despacio para agarrarlo y lo puse en el suelo, saque un vasito de plástico de la cabina y le ofrecí agua – eres libre dragoncito – le dije parándome para irme al castillo pero un mini rugido me hizo parar, el animal se puso en mis zapatillas tratando de escalar mi pierna – veremos si el director te deja quedarte conmigo – acepte viendo como necesitaba ayuda, lo subí hasta mi hombro, dejándolo ahí empecé a caminar – vamos Hagrid, tengo una charla pendiente con el director – el solo estaba con la boca abierta mirando a todos lados
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-Fue impresionante director, debió ver como... - el semigigante seguía alucinando con lo que había hecho, la verdad que solo tuve suerte de que el dragón sea bebe, si hubiera sido grande también podría hacerlo, pero no con tanta facilidad
- Esta bien Hagrid, gracias – dijo la profesora Mcgonagall – señorita, no creo que sea adecuado tener ese animal aquí, es peligroso – se dirigió a mi
- Es educado y responde a mí, se comportará – hable mirando al animal severamente, este solo agacho la cabeza
- ¿y qué hará cuando crezca y no quepa en el castillo? – me pregunto el director por fin, no había hablado desde que habíamos llegado
- le pondré un encantamiento, se transformará al tamaño de las circunstancias – hable educadamente, si me alteraba no iban a permitirme quedármelo
- Bien, no quiero incidentes con alumnos señorita – me aclaro
- claro que no profesor, ¿puedo hacerle una pregunta? – el solo asiento - ¿Por qué usa siempre pijamas? – Sali corriendo, escuchando el grito de Mcgonagall

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Hogwarts y Tu
Fanfictiontu serias Venus hija de un Dios y un mago, tendras que ir a Hogwarts para salvarte, el resto es historia...