4.🕯Mejor que una canción de cuna

295 42 23
                                    


Me niego a imaginar siquiera en lo que pasará fuera de estos muro desde la fatídica noticia, siendo que antes solo podía soñar con el y compartirlo con aquellos que me rodeaban, mi pequeña mente era incapaz de comprender la triste realidad, aún no conozco a quien me acompañará en un futuro.

Reí, jugué, no lloré ni una vez después de ese día, el día en que mamá ablandó su mano y me dejó tomarla para recostarme en ella.

El dolor jamás disminuyó, pero al menos era consiente de mi alrededor, algo que considero más que favorable.

Pasó esa temporada como la suave brisa de invierno que fue y cuando apenas parpadeé, ya solamente faltaba un día para dejar todo atrás, tener una nueva vida.

Pero que sentimiento tan agridulce me resulta, el cambio es bueno ¿Cierto?

[¿Ahora negamos lo que sucede aquí adentro? Está bien, no hay nada que hacer de todos modos].

Y esas últimas doce hora se volaron como paloma, a la noche siguiente partiría en busca de una nueva familia, según me cuentan.

Pero ésta noche dormiría como tronco sabiendo que soy amada y protegida, rodeada de quienes amo.

- Emma, ¿Puedo dormir aquí esta noche? -

Claro que era Phil.

- Phil, por más que extrañes a Emma no puedes dormir en su misma cama, es muy pequeña y no podrán descansar adecuadamente, regresa a tu cama ¿Si? -

Y por supuesto que esa fue Anna, sus palabras sonaban justo como las de Gilda.

El pequeño infante frunció el seño y miró al suelo con aparente control de si mismo a regañadientes, pero rápido una lágrima se resbaló de su ojo derecho cayendo con fuerza al piso, pero tan ligera que fue apenas perceptible a los sentidos, más y más no se hicieron esperar y cayeron con frenesí hasta formar un pequeño río, como llave que gotea del grifo.

- ¡WAAAAAA! -

La resistencia fue inútil, de pronto ya me encontraba con todo un cuarto inundado en lágrimas, yo solo trataba mantener la compostura con sudor en la frente y enfriar la situación, y así fue como uno detrás de otro se abalanzaron  sobre mi cama en busca de un cálido abrazo grupal lleno de amor que claro consiguieron.

- ¡No, no quiero que te vayas, te vamos a extrañar! -

Eran algunas de las cosas que los pequeñines me decían, luego la misma Anna se unió al abrazo sin decir palabra.

- Yo también los extrañaré mucho, jamás me olvidaré de ustedes, haré lo que sea para que les lleguen mis cartas a diario, se los juro -

Pero eso no calmó a nadie, pero ninguno dijo nada más, los llantos cesaron gradualmente, y lentamente mientras sobaba sus espaldas con delicadeza se fueron alejando de mi cama de a poco, el último en mi cama aferrándose con fuerza a mi torso fue Phil, entonces procedí a palmear su cabeza.

Me miró con esos tiernos ojos azules y tuve una idea

- ¿Qué les parecería oír un cuento? -

Las caras de todos se iluminaron por completo, el niño junto a mí sonrió con entusiasmo y asintió.

- Entonces TODOS vallan a sus camas y yo les contaré -

Dije abriendo mis ojos de forma excesiva para que el pequeño castaño a mi lado se arropara donde correspondía; en cambio, yo me paré  sobre el frío suelo de madera y me posicioné en medio de la habitación a medio del pasillo que conectaba todos los catres.

𝕃𝕒 𝕤𝕠𝕝𝕚𝕥𝕒𝕣𝕚𝕒 𝔼𝕞𝕞𝕒🍁(tpn-fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora