7.🕯Hay que envidiar a los muertos

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Lo hice, aún con todo lo que me quedaba de buen juicio en contra di a luz a un tierno niño, fue un parto natural, fui buena dilatando así que no duró demasiado, eso dijeron los doctores.

Pero eso a nadie le importa...

Estuve con ese niño menos de cinco minutos en mis brazos ¿Saben lo qué me dolió soltarlo? Al tenerlo entre mis brazos sentí que era la cosa más bella en este mundo, que había por fin hecho algo bien, por un instante sentí la calidez que faltaba en mi corazón desde hace años y me fue arrebatado en un chasquido, me puse histérica.

Traté de levantarme e ir por el en cuanto el médico cruzó la puerta pero fui rápidamente sedada, caí inconsciente sin poder hacer nada por esa pobre criatura, por mi culpa, destinada a ser comida de demonios, simplemente no tenía perdón, ahora era una completa cómplice de todo este asunto y se sentía asqueroso, pensar en todo el tema me revolvía el estómago, corría al baño a vomitar, no era a diario pero si se volvió algo recurrente.

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Desperté de nuevo, por desgracia mía, estaba de nuevo en ese sucio y maldito cuarto lúgubre, me quedé ahí un buen rato en los últimos nueve meses, pensaba en como me había encariñado con esa bolita de carne en mi interior que ni siquiera conocía, hablaba con él, le contaba como me sentía y por casi un año no me sentí tan sola, sabía que era un error y aún así incluso lo nombré Ren, si, algo tonto y trillado sabiendo el significado pero... Ahora ya ni siquiera importaba porque jamás lo volvería a ver, ya no quería sentirme así, ya no podía.

Me quedé ahí, en ese oscuro cuarto con la mente en blanco, tratando de recordar los momentos felices que viví para olvidar básicamente todo, no quería pensar en lo que pasaba a mi alrededor, en lo que estaba por venir, en que hubiera pasado si... no, yo solo quería pensar en como fui tan feliz y nada más.

Eso hice hasta que me dieron otra noticia...

Me enviarían a mi propia granja como madre en una semana.

No me importó, ¿Qué importa realmente? No es cómo si pudiera negarme de cualquier manera, el daño ya estaba hecho, si de esos niños no era yo la madre tendrían otra, si ayudaba a esos niños a escapar me matarían a mi probablemente a esos niños también y luego habría simplemente alguien más que los remplazara, si escapaba me matarían, no había de otra más que ser una madre eficaz, así al menos le daría paz mental a eso pobres y limpios niños de alma pura de morir sin culpa... Ojalá y yo hubiera muerto sin culpa cuando tuve la oportunidad, me alegra que Gilda no se haya vuelto mamá, pero el simple hecho de saber que está muerta me quita cada gota de alegría en segundos, no hay salida.

Pero, había algo que había estado revoloteando en mi mente solo un poco, la curiosidad también fue siempre una debilidad mía que por más que ignorara no me dejaba de picar.

- Oye, ¿oíste de las granjas? -

- ¿Qué? -

- Hay rumores de que alguien o algo ha estado atacando las granjas  en masa de la zona norte, dicen que han sido más recurrentes en los últimos meses -

Susurraba uno de los guardias que custodiaba los "cuartos" dónde dormíamos.

- Que tontería, no creas todo lo que dicen por ahí -

Por lo que alcancé a oír no me emocioné demasiado, es más, lo escuché sin querer en una noche de insomnio, no le tomé mucha importancia pero siendo yo misma, que he pisoteado, acuchillado, mutilado, disparado, ahorcado cada pedazo de esperanza en mi, aún sigo sin deshacerme de ella del todo, y es que es algo muy resistente en mi, por más que me digo a mi misma miles de veces que solo debería perder la fe, mi terquedad sigue ahí esperando que mi cerebro baje la guardia para taclear a esos guardias sin pensarlo mucho y salir corriendo.

Pero sigo aquí para bien o para mal...

Los problemas en la plantación comenzaron justo la noche en que me dieron al noticia de mi partida, ese rumor que había escuchado hace meses sobre los atentados contra las granjas se volvía cada vez más y más fuerte, la seguridad se implementaba día con día y mi frustración también, no sabía como sentirme al respecto sobre tal revuelo, ¿Será verdad, algo ataca las granjas? ¿Pero por qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Nadie piensa en los niños? Si todo es verdad ¿Qué pasa con los niños? Todo era tan confuso, y se volvió aún más confuso cuando me dijeron que cambiarían mi fecha de traslado.

¿Qué rayos estaba pasando?

A mitad de la semana hubo un bombardeo en la plantación... Me quedé afónica por el ruido y yo ahí estaba, tirada en el piso en pleno entrenamiento, las alarmas del lugar sonaban como locas.

- Levántate -

Por primera vez, una de mis compañeras me tendía la mano, estaba claramente anonadada pero solo callé y la tomé, algo grande estaba pasando y debíamos descubrir el porque de todo esto.

- Gracias -

Aunque no me gusta ser malagradecida.

- Rápido, todas tomen un arma y vayan a la bodega principal -

Cuando menos pensé ya estaba haciendo exactamente lo que me ordenaron, corrí con una AK-47 en mis manos como si ni vida dependiera de ello, tal vez lo hacía.

La adrenalina corría por mis venas, en los últimos días, la agitación del momento, la excitante acción, la curiosidad, el dolor, no solo me había hecho sentir viva como nunca antes, sentí algo que jamás había sentido y no sabría como describirlo era ten emocionante, quería reírme a carcajadas, jalar de ese gatillo una y otra y otra vez aunque ni siquiera le diera a nada, corrí más rápido con el aliento entrecortado adelantando a muchos otros que corrían con armas, no solo "mamás", también científicos, guardias, mentoras nuestras, todos corriendo a lo desconocido para defender algo que ni siquiera queríamos, estaba ansiosa por llegar y no tenía ni idea del porque, una corazonada tal vez.

Llegué, por fin llegué con una gran sonrisa en mi rostro y no sabía por qué, mi pecho subía y bajaba con fuerza, mi frente brillaba por el sudor, la luz blanca del lugar me encandilaba, me paré en la entrada viendo como ya había algunos demonios armados hasta los dientes en el sitio dispuestos a morir por su egoísta causa, lo veía en sus fríos ojos, los demás detrás mío comenzaron a llegar en masa haciéndome reaccionar de inmediato, avancé con el resto determinada a disparar a lo que se me pusiera en frente.

Parecía que el peligro ya estaba ahí, el ambiente tenso y la voz de dos hombres dialogando de forma pasivo agresiva en voz alta lo indicaban así, entonces las balas y las cuchillas comenzaron a volar.

En menos de cinco minutos ya había cuerpos de humanos y demonios en el piso por igual, algunos de esos cuerpos eran de mis hermanas, obligadas a dar sus vidas por tremenda tontería.

Los vi con pesar más no con tristeza, volteé al frente, la barrera de demonios había caído con una sola orden. Ya podía ver quién o qué era el causante de tantos rumores en persona, mi intriga sería saciada y fue entonces cuando lo vi.

Frente a mí, a solo un para de metros se encontraba el, un hombre joven de cabellera blanca, su figura tan pulcra e iluminada sobresalía entre la laguna de sangre que se formaba bajo sus pies, tenía una capucha sobre su espalda y unos hermosos ojos azules que brillaban con intensidad, pero podía ver oscuridad y el terror de miles en ellos, no brillaban por la razón correcta.

Entonces el también me vio.

- Emma -

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Por favor permíteme saber si ves alguna falta de ortografía de cualquier tipo señalándola en comentarios para corregirla lo más pronto posible, gracias <3

𝕃𝕒 𝕤𝕠𝕝𝕚𝕥𝕒𝕣𝕚𝕒 𝔼𝕞𝕞𝕒🍁(tpn-fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora