En algún lugar del mundo, había una enorme casa, situada en un enorme campo donde todo parecía bastante bonito. La casa estaba rodeada por un jardín vallado de flores preciosas, tenía una estructura bonita y su fachada tenía colores muy bonitos y vivos. La casa por dentro parecía ser eterna, pues tenía mas de cinco salones, más de cuarenta habitaciones, una enorme cocina, varios cuartos de baño y muchísimas más características. La casa tenía sirvientes que la cuidaban, se podía observar que había perros y gatos, en conclusión, se podría decir que era una casa de ensueño, una casa hecha para gente de una muy buena primera clase, la casa en la que cualquier persona querría vivir, pero lo más asombroso de todo, es que en esta casa solo vivían tres personas, un señor, una señora y su hija.
El señor era el dueño de una gran empresa de automóviles, era un hombre alto y con un físico que socialmente se consideraba bueno, de cabello corto y castaño, ojos azules, piel clara y lo que más destacaba era siempre su enorme sonrisa y ese brillo de sus ojos que demostraba que era el hombre más feliz del mundo, pues tenía todo lo que quería y ningún problema en su vida.
La señora no trabajaba ya que su marido ganaba más que suficiente dinero, era una mujer muy linda, era de una estatura media y tenía un cuerpo que socialmente era aceptado, de ojos verdes, cabello largo y oscuro, piel clara y lo que más destacaba en ella era que tenía la misma sonrisa que su marido, y la misma energía en los ojos, era la mujer con la sonrisa más bonita del mundo, pues en su vida ningún problema había y tenía todo lo que había querido en su vida.
La chica también era como sus padres, iba al instituto, tenía muy buenas calificaciones, tenía muy buenos amigos, practicaba voleibol, tenía todo lo que le pidiese a sus padres. Era una chica alta, con un cuerpo aceptado por la sociedad, con los ojos de un azul oscuro, parecía tirando a verdoso, con la piel clara, el cabello corto y castaño como su padre (pero no tan corto) y también destacaba una hermosa sonrisa siempre en su cara, el único problema, es que su sonrisa nunca encajaba a nadie, ya que sus ojos siempre tenían una expresión triste, como si hubiese visto que ha muerto alguien especial para ella delante de sus propios ojos. Desde que cumplió los 10 años se le presentó este problema, siempre que se miraba al espejo tenía esa expresión, como si su sonrisa no tuviese nada que ver con ella.
Con el paso del tiempo, ella notaba que la gente se daba cuenta, que sus amigos se daban cuenta, todos, menos sus padres, y por la sociedad se ganó la etiqueta de "la sonrisa falsa", ya que, por la expresión de su cara, nunca parecía una sonrisa de verdad, y un día, harta de ese mote, se despertó y dejó de sonreír. Al bajar al salón donde les esperaban sus criados y estos vieron que no sonreía, se asustaron bastante y llamaron corriendo al señor y la señora y estos, al enterarse del problema fueron de inmediato donde su hija. Al llegar, llegaron con el mejor médico de la ciudad, estos le contaron lo sucedido, el médico la examinó y vio que esta estaba bien, así que se marchó. Los padres estaban desesperados, la señora se acercó y le dijo a su hija:
- Hija, tienes desde pequeña todo lo que quieres, siempre tendrás todo lo que querrás, vivirás donde tú quieras, pero solo debes de sonreír, es lo único que te pido.
La chica agachó la cabeza, seguía con esos ojos tristes y su sonrisa desaparecida. Escuchó lo que le dijo su madre, levantó la cabeza y le dijo con un tono tembloroso, como si tuviese miedo y esta le dijo:
- Se me ha olvidado por qué sonrío desde hace tiempo, ya nada tiene el mismo significado, es todo muy extraño y monótono. Seguía sonriendo para que todos me quisieran, pero, desde que soy "la chica de los ojos tristes" ya no tiene sentido que siga sonriendo, pues todos se dieron cuenta de que no lo hacía de verdad.
El padre le dijo esperando solucionar eso:
- Pero hija, nosotros te queremos, y si no sonríes, los demás pensarán que tenemos un problema, que no somos plenamente felices, y todos pensarán que nuestra familia no es perfecta. Tu madre y yo queríamos una familia con una hija buena, educada, que jugase voleibol, que sacara buenas calificaciones y sobre todo, que siempre tuviese la misma sonrísa que sus padres.
La hija, sin entenderlo mucho aún, le dijo un poco extrañada:
- Pero papá ¿De que me sirve sonreír si no lo hago de verdad? ¿De que me sirve sonreír si mis ojos no son como los de vosotros? ¿Eso no me haría ser una mentirosa?
La madre le miró, se agachó, le tomó las manos y le dijo.
- Lo más seguro es que ahora no lo entiendas hija, pero fingir que eres feliz, hace que la sociedad te acepte, y si la sociedad no te acepta, nunca serás feliz.
La niña le sonrió y le dijo con una mirada fingida de ilusión
-"Entonces, mamá, voy a estar toda mi vida fingiendo que soy feliz para que la sociedad me acepte, y una vez que la sociedad me acepte, voy a poder morir y ser feliz de verdad"
Los padres no tomaron atención de sus palabras, solo se fijaron en que volvió a sonreír, y se sintieron muy felices y aliviados, pero esa sería la última vez que se sentirían así, pues las palabras de la chica tomaron acto.
Meses después, se olvidaron de todo, en las calificaciones la chica iba muy bien, ya no era la niña de los ojos tristes, era la niña de la sonrisa perfecta. Sus amigos la volvían a querer, los profesores, las compañeras de entrenamiento, su entrenador, toda su entorno social la aceptaba, y una vez que ella vio que todo el mundo la quería, con una verdadera sonrisa de felicidad, se fue a su dormitorio y se quitó la vida, dejando como pedazo suyo en el mundo:
"Si voy a tener que fingir toda mi vida una sonrisa, es mejor tenerla de verdad durante toda mi eternidad mientras descanso eternamente, pues esa sonrisa si será de verdad, ya que al fin me liberan las cadenas que no me dejan ser feliz porque si no, no encajaría en la sociedad que me rodea"
Rewinder Girl / Eri-Chan.
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Pequeños trozos del mundo.
Short Story¿Sabías que todo aquello que dices, escribes y más se queda grabado en el mundo por toda la eternidad? Se quedará en los confines del espacio... en el corazón de alguien... en la misma tierra... o en el mismo silencio, pero se queda. ¿Por qué no per...