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Joaquin.

Mi padre Omega me había mandado a comprar pan para la cena , la panadería no quedaba muy lejos de mi casa, pero, tenía miedo. Miedo en encontrarme con un Alfa en celo. En el vecindario ya se habían perdido tres Omegas en el transcurso del mes: Dos mujeres y un hombre

Los Alfas se creían superiores a nosotros, siempre nos han hachos menos. También porque los Alfas si podían ir a la escuela, los Omegas somos criados par educar a los niños y hacer las labores del hogar. Si le gustabas a algún Alfa rechazarle el cortejo no era opción, muchos de estos robaban Omegas o amenazaban a la familia de estos , la autoridades betas ignoraban y ignoran esto, no les importaba si se perdían cien Omegas al día ellos se la echaban de la vista gorda y no hacían absolutamente nada. Las Omegas mujeres eran las más propensas a ser robadas o entregadas por sus familias.

Mi padre Omega está embarazado tiene seis y el pensamiento de que algo le pasé en el camino me aterraba, entonces decidí ir yo. Sólo eramos mi padre y yo, también el bebé que venia en camino. Una pequeña y bonita familia.

Ahora me encontraba parado frente a la panadería, cuando entre por la puerta se escuchó sonr una pequeña campana colgada avisando que alguien había entrado.

Ya tenia decidido que pan compraría.

- Buenas tardes - saludé, la persona encargada era un hombre, por su olor pude deducir que era un Alfa, su cabello rizado azabache, tenía una sonrisa en el rostro- ¿Me puede vender una bolsa de pan dulce, por favor?

- Hola, ¡Claro que si! - agarró una bolsa y empezó a poner el pan que le pedí en ella, ,no se cuanto tiempo paso desde me quede viendo la vitrina de panes, eran tan deliciosos que pasaba mi lengua por mis labios- ya está, ten tu bolsa. Bonito.

Me sentí incómodo cuando me dijo"Bonito", me rasque una parte de mi cuello tratando de dar entender que me sentí incómodo..

Agarré la bolsa de pan.

- ¿Cuánto es? - mi papá me dio el dinero exacto.

- Tu número, hermoso - me guiño un ojo.

- Ya. Dejé de jugar, ¿cuánto es?

- No estoy jugando, pásame tu número, lindo - agarró mi mano y le dejó un beso

- No, tenga el dinero ya me voy .-Dejé el dinero en la caja y me fui corriendo con la bolsa de pan en mis manos.

Corrí y corrí hasta mi casa. Le conté todo lo que me había pasado a mi papá porque me vio que llegué agitado. Me dijo que debía tener cuidado cuando salga. Que aveces los Alfas pueden ser mi insistentes.

...

Ya había pasado una semana desde lo sucedido, no volví a ver ese Alfa y eso me tranquilizaba un poco más, mi papá hoy fue a su ultrasonido tuvo que ir solo porque él al igual que yo teníamos miedo, en el ultrasonido pasado le dijeron que por falta de marca el cachorrito podía nacer muerto, desde ese momento traté que no haga fuerza y que tampoco se estrese.

Quería respirar aire fresco, salí solo a la puerta.

El aire chocó en mi rostro. Y cerré los ojos unos segundos, o tal vez unos minutos.

- Hola, bonito - mis ojos se abrieron de golpe, era el mismo chico de la panadería.

Yo quise cerrar la puerta pero el puso su mano en la puerta para tratar de evitar que la cerrará.

- No te escondas, hermoso. ¿Cómo te llamas?

- J-Joaquin - mierda, ¿qué hice? Le dije mi nombre a un completo desconocido.

- Hola, Joaquin. Yo me llamó Emilio - abrió la puerta de golpe, empecé a respirar rápido tenia miedo. Mucho miedo, quise ir corriendo a mi cierto y encerrarme ahí pero cuando empecé a caminar el agarro mi brazo - ¿A donde vas hermoso? Hací no se le resive a tu Alfa.

Oh no.

El tipo me pegó a él, sentí su nariz olfateando mi cuello, donde empezó a dejar besos.

- ¿Qué tal si aceptas mi cortejo? Te puedo dar todo lo que desees y también te compraría todos los libros que le habías pedido a tu papá Omega.

¿Él como sabia eso?

Trate de alejarlo con mis dos brazos en su pecho, pero obvio él era más fuerte y más grande que yo.

- A-alejate por favor, no me hagas nada - pedía en mi mente que alguien llegará a me ayudarme.

- Podemos hacerlo por la buenas o por las malas, lindo. Como tú lo decidas - empezó a bajar sus manos hasta llegar a mis nalgas donde les dio un apretón. Estába totalmente asqueado de su tacto. Las lágrimas bajaban por mis mejillas y el no quería parar.

- Y-ya dejame, por f-favor - hipaba.

- ¡Deja a mi hijo, maldito! - escuche la voz de mi papá gritando, en sus manos tenia una jarrón que estaba en la entrada de la casa.

El tipo se agarraba la cabeza, estaba saliendo sangre, mi papá me abrazó y me trataba de revisar para verificar que no me haga hecho nada. Emilio se paró con una de sus manos en su cabeza.

- ¡Me las van a pagar inservibles, Omegas! - gritó - voy a volver y tú - me señaló - no te me vas a escapar.

Él salio de mi casa...

Me sentía totalmente temeroso, mi papá estuvo vigilando la casa.

...

Como no podía salir de mi casa, papá pudo juntar el dinero para comprar el libro que quería.

Pero que gran error fue dejar la ventana abierta.

- Te dije que no te me ibas a escapar. Estúpido Omega.

***
Bueno escribí este
capítulo porque quería que
sepan como fue todo esto
del robo, etc.

Si tiene alguna duda aqui:

Esta fic tendrá menos de 10 caps:)

Voten y comenten, les amo.




La última sonrisa de papá (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora