UNA SEMANA EN BATH

Lentamente hacia Bath

Elanna

El auto se pone en movimiento a una velocidad lenta, aún estamos dentro de las carreteras transitadas así que es normal.
Aunque a esta velocidad en lo único que puedo pensar es la situación en la que estamos, espero no mostrarme tan nerviosa como lo estoy, el hecho de pensar lo que paso en este auto es suficiente para no dejarme tranquila.
Aunque apenas y hayan pasado unas calles desde que nos alejamos de mi casa siento haber pasado una eternidad, y lo peor es que ninguno de nosotros habla.
Tan siquiera si pudiera poner mis palabras en orden lograría hacer este ambiente menos doloroso.
Al pensar en mis bebes me distraigo un poco, aún no estoy en paz al dejarlas de nuevo con Parker, aunque el fue su cuidador por años no me fio de él, o talvez es mi instinto materno.
Y hablando de instinto materno, Venecia me dijo que no me preocupara de ella, que se aseguraría de que sus hijos no nacieran antes de que yo regresara a casa.
Daniel por otra parte al estar totalmente alerta de lo ocurrido me da apoyos cada tanto en mensajes de texto.
Miro disimuladamente a Devin a mi lado, está concentrado conduciendo así que puedo darme la libertad. Su perfil es varonil y bien marcado, solo pienso en lo buen modelo que sería para pintarlo talvez...y solo talvez lo convenza de hacerlo.
Observando más en detalle veo que hace ademanes constantemente, como doblar la boca al lado izquierdo ligeramente cada que dobla en una esquina, o el que repiquetea los dedos en el volante durante los semáforos.

- ¿Tengo algo en la cara? - voltea su mirada un mini segundo- perdón si estoy desaliñado, fue una mañana movida.

- ¡No no, es perfecto, digo, el cabello, es decir, no es nada!

- ¿Está nerviosa? - sonríe ligeramente- siendo sincero también lo estoy, pienso en lo descabellada que fue mi idea y lo ridícula que es, pude simplemente pedirle un café, pero creo que el pánico del momento siempre me juega la contraria.

-Talvez a los dos nos gusta complicarnos la vida, pero de todos modos, esto resulta más divertido.

-Enserio no se quien está más loco, yo por esta idea o usted por seguirla.

-Yo diría cincuenta cincuenta, además, un trato es un trato no puedo retractarme.

-Lo mismo por aquí, pero mejor dígame que de verdad no interrumpo su vida cotidiana. Odiaría hacer que su trabajo sea afectado por mi culpa.

-No hay ningún problema, mi compañera me cubre, me las debía de todos modos, hace unos meses se escapó varios días hasta Hanfleur con su prometido dejándome todo el trabajo, no me podía negar esta vez- en ese momento recibo una llamada- hablando de la reina de Roma ¿le molesta que conteste?

-Adelante- se concentra en la autopista dándome mi espacio.

-Elanna ¿qué tal vas, ya me extrañas?

-Sali hace media de hora de casa creo que eres tú quien me extraña.

-Pff, como crees, solo tenía curiosidad de saber cómo te va con el afamado y misterioso señor Wood- se nota que quiere divertirse de mí.

-A la perfección, nada que te alarme.

-Oh, yo no estoy alarmada, esa es Daniel, anoche se la pasó hablándome acerca de sus planes para un nada conveniente vestido de novia ¿tan alta es la posibilidad?

-Está exagerando, déjala ser feliz.

-Bueno si tú dices, aunque te he decir que apoyo su plan, de todas formas, Elanna, ya enserio como poseedora del título de mejor amiga, estoy rezando porque salga bien.

-No te preocupes por mí, concéntrate mejor en tus hijos y Phoenix, te hablo después.

En el poco tiempo que duró la conversación note que apenas y estábamos saliendo de Chesterfield.
Mirando un poco de reojo la velocidad que llevaba podía confirmar el hecho de que conducía insufriblemente lento.
Incluso empecé a preguntarme si lo habrán multado por conducir tan lento.
En principio no le mencioné nada, podía ser que estuviera esperando a la carretera libre para ir más rápido, pero aún pasados treinta minutos mantenía la misma velocidad tortuosa, muchísimos autos nos rebasaban no sin antes una adorable muestra de su escasa paciencia.