No tienes porque impresionarme

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Elanna.

La vecina de Devin resultaba primera vista ser el tipo de persona que jamás te dejara de hablar aún en un funeral, desde que le cerró la puerta en la cara a Devin no ha dejado de soltar cosas información acompañado de uno que otro chiste un poco ofensivo, pero con cariño hacia su vecino.
Por su imagen no diría que tiene más de treinta, aunque me es difícil saberlo por la mascarilla de crema que tiene en la cara.

-Perdona el desorden y mi imagen, no esperaba a nadie esta noche, en si nunca espero a nadie, y Devin no cuenta como alguien por quien me tenga que ver presentable.

-Son cercanos por lo que veo- le señalo unos cuadros de la pared en los que se ve claramente a ellos dos celebrando navidad vestidos con unos suéteres a juego.

-Podría decirse que sí, casi diez años de ser vecinos no son en vano después de todo...oh y si me preguntas si soy un peligro no te preocupes, no es para nada mi tipo.

-No lo hacía con esa intención... Perdón si me di a mal entender- me hace un gesto con la mano restándole importancia.

-Es normal, me lo han dicho constantemente, pero por el simple hecho que lo obligue cada semana a ver películas románticas del 2000 conmigo no significa nada más, además apoyo totalmente lo que sea que estés teniendo con el- da una aprobación con su puño, no puedo evitar reír incomoda- supongo que quieres cambiarte, si deseas darte un baño adelante, mi casa es tu casa.

Me lleva al segundo piso a un cuarto que supongo es de invitados, se despide tarareando una canción que desaparece del aire al alejarse.
Ya sola me planteo mejor la situación.
La osadía que tuve al decirle a Devin que quería terminar el día por completo con él es algo que no tenía contemplado hacer.
Siento que debería controlar mejor mis impulsos, normalmente me considero bastante buena en mantener mis limites pero cuando se trata a este hombre parece que la línea es borrosa.
Soltando un largo suspiro tomo la energía necesaria para seguir adelante, ahora no me puedo ir hacia atrás con lo que yo misma decidí.

Me decido por darme un baño y luego vestirme.
Revisando mi reflejo en el espejo se nota a simple vista el matorral que tengo por cabello que ha tomado una forma desarreglado gracias a la lluvia y al viento del parque.
mi ligero maquillaje se ha corrido un poco por mis mejillas dando la sensación de que he llorado, solo pensar que he estado viéndome de esta manera frente a Devin y Alice me hace sentir vergüenza.
Aunque, esta vergüenza no se compara a el recuerdo que surge en el momento en el que paso mi mano por mi mejilla donde Devin me besó no hace mucho.
Se siente vergonzoso estar aquí en el baño actuando como una quinceañera que se refugia en el lavabo por la pena.

Intento alejar estos pensamientos, aunque no puedo evitar sentir un poco de esa energía extraña al recordar esa pequeña escena del parque.

***

Cuando salgo del baño, me he cambiado y estoy físicamente presentable bajo a buscar a Alice.
Ella está en el salón jugando con un perico que no deja de decir cosas.

-Elanna ¿ya terminaste? Veamos que tal- hecha un rápido vistazo a mi ropa, veo una ligera desaprobación.

- ¿Esta mal lo que llevo puesto?

-Oh no, es ropa casual, no hay nada de malo, pero talvez y solo talvez sería bueno usar algo más interesante, déjame te explico, Devin es un inútil- hace una pausa para recalcar un "realmente inútil "- que no sabe planear una cita solo porque lleva años sin tener una, así que acudió a mí por ayuda a lo cual según el plan para esta noche sería mejor usar algo diferente.

- ¿Puedes decir algo como qué? Solo traje un vestido para la inauguración del Dandelion.

-Déjame ver, creo que tenemos tallas parecidas, cuida a té dulce mientras regreso- se va rápidamente gradas arriba dejándome con el perico que juega con una bolita de cascabel. Con que a esto se refería Devin con la pregunta de los pájaros.

UNA SEMANA EN BATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora