•El Pecado Que Nos Une• (Yami X Tú) (+18)

Capitulo 21 (+18)

(...)

Sentía algo extraño sobre mi cuerpo, algo que no dejaba que me moviera de dónde estaba, lentamente abrí los ojos, lo primero que vi fueron los primero rayos del sol que estaban a través de una pequeña ventana.

Intenté levantarme, pero algo o más Bien alguien me lo impidió.

-Aún no..- murmuró detrás de mi
-¡¿Yami?!- exclamé girando mi mirada

Estaba desnudo, abrazándome por la espalda con los ojos cerrados (⁄ ⁄•⁄-⁄•⁄ ⁄)⁄, comencé a recordar lo que habíamos hecho la noche anterior, toque suavemente mis labios con la punta de mis dedos.

Parecían estar un poco inchados, el color subió a mis mejillas en seguida, y después..

-¿Qué hora es?- rápidamente me senté en la cama safandome del agarre de Yami, noté la ropa tirada en el suelo y las sábanas revueltas, busque con la vista mi teléfono -¿Donde está?-

(Narradora)

-¿Buscas algo..?- cuestionó Yami sentándose en la cama recargando su cuerpo en el respaldo de esta. Dejando ver los músculos de su cuerpo y algunas marcas rojas que la chica le había hecho la noche anterior
-No juegues, ¿Qué hora es? ¡Demonios! Papá y mamá van a matarnos en cuanto sepan que no llegamos a dormir a ca- él la interrumpió con un beso.

Ella no se lo esperaba, así que tenía su boca abierta. Yami aprovecho esto para introducir su lengua en busca de su compañera.

-Hablas demasiado..- musitó separándose un poco del rostro de la chica
-Yami, si alguien nos descubre- murmuró (T/N)
-Estaremos en problemas, así que podríamos aprovechar que nadie lo sabe aún..~ dijo para comenzar a besar el cuello de la oji-azul

Haciéndola suspirar, ella pronto correspondió a los besos sentándose nuevamente en su regazo, sintiendo como poco a poco el miembro de Yami comenzaba a ponerse duro.

Él paso sus manos por la cintura de (T/N), sentía el deseo ir en aumento nuevamente, le encantaba lo que ella provocaba en él, ¿qué era? ¿Placer? ¿Exitación? ¿Una combinación de ambos?

No, iba mucho más haya de solo sexo, fuera lo que fuera, le fascinaba y deseaba saber si él provocaba lo mismo en ella.

-Yami..¡Ah!- se aferró al cuello del tricolor al sentir la intromisión en su cuerpo, poco a poco comenzó a mover sus caderas en un lento vaivén
-¡Ah!..Mm..mm..- El oji-amatista trataba de no gemir, sin embargo la azabache quería esta vez ser ella quien lo hiciera suplicar por más, así que bajo el ritmo de sus embestidas
-No..- suspiró -(T/N).. Más..- el color aumento en Yami al darse cuenta de lo que había dicho
-pidemelo bien..- respondió la oji-azul con una sonrisa de satisfacción depositando cortos besos sobre su cuello
-(T/N), más..por favor..ah..ah- pidió sonrojado desviando la mirada
-Como desees..~ respondió la azabache aumentando sus estocadas

Gemidos y jadeos salían de ambos, el calor de sus cuerpos era intenso, poco les importo el hecho de que debían regresar su casa cuanto antes o estarían en problemas, sólo querían disfrutar de sus cuerpos y del momento.

-Ah..¡Yami!- (T/N) se aferró al cuerpo del tricolor

Se corrió sintiendo que Yami tocó dentro de ella un punto que le provocó un gran placer, sus embestidas se volvieron lentas, Yami se dio cuenta de esto y la recostó boca abajo en la cama.

Ella se coloco en cuatro y sintió nuevamente a Yami entrar en su cuerpo de una estocada.

-¡Ah!- Yami jadeaba sobre su espalda, eso la hizo estremecer
-Ah.. mía.. solamente mía..ah..- el tricolor embestía a la azabache con fuerza
-Tuya..Ah..¡Más!- respondió la oji-azul jadeando de placer

Yami sabía que Sebastián los interrogaría al llegar a casa, sabía que Yugi le preguntaría acerca de las marcas rojas en su cuello, sabía que alguien podría reconocerlos en algún momento.

-¡Ahí!.. más..ah..¡Ah!- y aún así, todo lo anterior no hacía más que excitarlo, le gustaba el peligro que corrían al estar juntos
-(T/N).. dímelo..Ah.. dímelo- pidió a la azabache -Dime..ah. que soy..mejor..mejor que Joey..¡Ah!- no le importaba si solo era una mentira, o si solo respondía por el placer que sentían, pero quería escucharlo de sus labios
-Yami..Ah..eres el m-mejor..Ah..el mejor de todos..¡Ah!- respondió la azabache con dificultad

Una sonrisa se dibujó en el rostro del amatista, aumento sus embestidas entregándose por completo al frenesí, tocando una y otra vez el mismo punto de placer dentro de (T/N).

-¡Yami..Ah!- volvió a sentir una chispa de deseo recorrer todo su cuerpo..
-¡Ah!- se corrió dentro de ella sintiendo una gran satisfacción

Sin salir de ella, recargo su cuerpo sobre su espalda tocando su pechos con sus manos.

-Yami..se siente..tan caliente- susurro la azabache sintiendo la semilla del Tricolor en lo profundo de su cuerpo
-Eso provocas en mí..- respondió el oji-amatista besando su cuello y masajeando sus pechos

Era un pervertido, pero era su pervertido...
.
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(...)

-¿Y qué le diremos a Sebastián?- cuestioné mientras Yami manejaba el auto camino a casa
-No te preocupes por eso, ayer le dije que teníamos trabajo extra que hacer y que no llegaríamos a casa- respondió con serenidad

Era normal que a veces él y Yugi hicieran trabajo de más en la empresa y que incluso llegarán días después a casa, así que no habría problemas en que nos creyera a nosotros.

Valla, parecemos unos amantes de oficina ocultandonos de nuestras parejas...parejas.

-Termine con Joey- dije al aire, pero él se sorprendió por eso
-¿Qué..?- esta vez me miró de reojo
-El trato era solamente tuya hasta el baile ¿no?, Así que no podía seguir saliendo con Joey- respondí

Él no dijo nada, el resto del camino fue silencioso, era extraño, pero parecía que se sentía culpable por eso, aunque no fue él quién lo decidió si no yo.

Además tenía razón al creer que estaba celoso de Joey, me pidió que le dijera que era mejor que él, y no mentí cuando le afirme que lo era.

Es el mejor en muchos sentidos, pero no tengo que confundirme, el baile es en una semana y después todo terminará, sentí tristeza al recordar eso, ¿Pero porque me sentía así?

El tiempo se agotaba y no volvería a estar con él de ninguna manera, eso queríamos en primer lugar, pero entonces..¿Porqué siento un dolor en mi pecho al pensar en esto?

Debo estar cansada, el dolor de mi cadera seguramente no me dejaba pensar con claridad las cosas, no seré yo quien rompa las reglas de este juego.

×Continuará...