Te Amo [Joerick 2]

OCHO

(人 •͈ᴗ•͈)

Erick se probó el traje y suspiró.

–Deberían hacer trajes para embarazados– gruñó al intentar abrocharse el pantalón.

–¿Porque no pides que te hagan trajes a tu medida, irás creciendo– habló Johann, Erick lo miró mal –Lo digo por la barriga, te convertirás en una gran masa de...– el omega agarró un almohadón y se lo lanzó al alfa.

–No te han dicho que no le digas eso a un embarazado!?– Johann quien por culpa del golpe quedó atontado cayó a la cama.

–Lo siento, pero aún tienes 1 día para que te puedan arreglar el traje y...– Erick caminó hacia la cama y se recostó con Johann.

–Tu solo estarás para presentarme a los inversionistas y después te marcharás– el alfa lo miró y llevó su mano al vientre de Erick.

–Pero volveré cuando tengas 5 meses, date cuenta que ya tienes 3 meses, sólo serán dos meses los que estaré fuera– sonrió, Erick suspiró, se acercó a Johann y lo abrazó, éste lo rodeó con su brazos.

–No entiendo como tu olor tranquiliza mis hormonas del embarazo, y sobre todo me hace sentir bien– Johann sonrió y le comenzó a acariciar la cabeza.

–Quizás sea porque lo estás confundiendo con el olor de Joel, por eso estás bien, realmente deberías estar con él en esta etapa lo digo para que no corras peligro– Erick abrazó más fuerte a Johann

–¿Que peligro puedo correr? Te tengo a ti para enfrentarme a todo–

–¿Y a Joel?– Erick miró a los ojos del alfa.

–Aunque lo ame, él no podrá estar a lado mío, ni el de mi cachorro, Johann, así que...– suspiró –Solo déjame descansar– Erick cerró los ojos e intentó evitar más hablar de Joel con el alfa.

Johann sabía que Erick se aferraba a él porque un omega embarazado necesita un alfa, y sabía bien que su omega confundía su olor con el de Joel, pero no podia negar que se sentía feliz cuando Erick era quien lo buscaba, aunque solo fuera una confusión por su estado..

–Quiero que todo esté listo a la hora de entrada de los Lee en el despacho, así que busqué al mejor florista– dijo Rose comiendo un poco de la carne del plato de Joel.

–¿Le diste la dirección de la oficina?– preguntó Joel alejando su plato de la chica, está quedó pensando después insultó en voz baja.

–¡Ya voy, Dios que insistencia vas a quemar el timbre!– gritó Yoandri corriendo a abrir la puerta y cuando lo hizo se encontró con un chico de gran sonrisa, que cuando vio a Yoandri, elevó la ceja.

–Hola gatito– dijo Richard. Yoandri solo se limitó a querer matarlo internamente.