capitulo 07

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Después de unos segundos Louis aparcó su carro a un lado, fuera de una tienda, no pude vercual, porque él ya había movido su asiento para hacer más espacio y me subió a su regazo,dejando mis piernas encogidas a un lado de su cuerpo, rodeando mi cintura, atrayéndome hacíaél, eso sin contar la forma como mi corazón latió con tal fuerza que consideré se saldría de mipecho, o como su acto solo ayudó a aumentar las lágrimas que no dejaban de escapar de misojos. 

"Harry, Harry, bebé, escúchame."Su voz sonaba tan bien, era música para mis oídos a pesar de aquel tono lleno de tristeza, mismanos apoyadas en su firme pecho y mi cabeza escondida en su cuello, del lado contrario adonde estaba la mancha de lápiz labial, él olía bien de ese lado, no quería ni tocar el otro, sentíaque me quemaría encontrarme con el aroma de Louis combinado con otro de alguna omegabonita, destrozándome el corazón.

 "Harry, ya, deja de llorar."

 Pero no me detuve, no paré incluso aunque mi omega deseaba callarse para obedecer a Louis yhacerlo feliz, yo solo me quedé llorando sobre sus piernas, escondiendo cada vez más mi rostroen su cuello, llenándome de él, deseando que el dueño de aquel tan delicioso aroma sea míopara siempre.





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 Cuando abrí mis ojos, lo primero que observé fue el cristal que me permitía admirar las callesoscuras tan conocidas para mí, estábamos en mi vecindario. Quise apartarme para observarmejor todo, pero unos fuertes brazos me continuaron manteniendo cerca, sin permitirme movermede donde sea que esté. Mi cabeza giró lo suficiente para observar a quien le pertenecían aquellosfuertesbrazos y entonces me sentí morir cuando me encontré con la mirada azul de Louis,observándome atentamente con una pequeña sonrisa. Mi rostro se encendió seguramente, por elcalor que sentí sobre mis mejillas y el leve mareo también, cuando mi olfato despertó lo suficiente,me sentí aún más mareado, las feromonas de Louis llenaban todo el auto, y no era que memolestara, de hecho sentí mi cuerpo excitarse solo de saber lo mucho que debía estar oliendo aél para este segundo. 

"¿Louis, qué...?"

 "¿Estás bien?"Al fin sus brazos me liberaron lo suficiente para apoyar con firmeza mis manos en su pecho yalejarme un poco, admiré todo el panorama, se había hecho de noche y nosotros continuábamosen su auto, él me observaba tan atentamente e incluso pensé que quizás no me había bajado desu regazo en todo el camino hacía mi casa, aunque eso era imposible ¿Cómo manejó conmigoinconsciente sobre sus piernas?Una de sus manos pasó a acariciar mi mejilla y me encogí ante la dulce caricia, mi omegaronroneó e instintivamente luego mi rostro se acercó más a su mano, permitiendo que continuaraacariciándome, moviendo su pulgar sobre mi piel, mientras yo cerraba lentamente los ojos. 

Cuando mi mente hizo clic, me aparté tan rápido que de nuevo sentí aquel ligero mareo, y Louistuvo que sostenerme para que no girara la manija del auto y me lanzara contra el suelo.

 "Louis, espera, es que Dylan, él no sabe nada de mí y Natasha se iba a ir temprano y..."

 Las palabras salían tan atropelladas de mi boca que ni siquiera consideré que yo mismo meentendería, pero antesde decir algo más, Louis atrajo de nuevo mi cabeza hacía su hombro y mi cuerpo entero seestremeció, gustoso me volví a frotar contra él, cerrando mis ojos suavemente, olvidándome deabsolutamente todo. 

"Natasha está adentro con Dylan, ya les avisé que estás aquí. Tranquilo." Su voz relajada metransmitió aquella seguridad y afirmé con la cabeza, rozando mi nariz con la piel de su cuello.

The perfect omega-larry stylinson-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora