Pesadillas- Malec

¡Magnus, no!

Advertencia ⚠
Contenido violento
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Alec estaba muy tranquilo en el loft de Magnus, viendo una película mundana, cuando el brujo llegó.
El nefilim, al escuchar la cerradura, se enderezó en el sofá con toda la intención de levantarse para recibir a su novio, pero Magnus se le adelantó, cruzando a paso rápido el loft.
-Hey Gideon.
Fue lo único que le dijo el brujo antes de abalanzarse sobre él y comenzar a morder su cuello de manera salvaje y agresiva.
Alec estaba seguro que ese no era su Magnus.
Esta versión llegó apestado a alcohol, perfume barato y con el maquillaje corrido.
Además, Magnus nunca se habría dirigido a él como 'Gideon', por más molesto que estuviera; y mucho menos habría llegado a violarlo.
Porque sí, eso estaba haciendo. En sus ojos no había ninguna señal de la lujuria mezclada con diversión que solía estar allí cuando Magnus decía algo para hacer sonrojar a su nefilim.
Tampoco quedaba rastro del amor que el brujo decía sentir por él. Esos ojos estaban vacíos, sin una gota de vida en ellos.

Mientras su ropa era desgarrada y su cuerpo arañado descuidadamente,  Alec pensaba que lo merecía. En su cabeza, la actitud de Magnus era lógica; porque ¿cómo él, siendo el Gran Brujo de Brooklyn, se iba a conformar con un nefilim de quinta, al que prácticamente tuvo que arrancar del armario?
¿En qué momento se le ocurrió a Alec que el brujo iba a aceptar una negativa de su pareja a tener relaciones, cuando siempre había tenido personas a su alrededor para satisfacer sus deseos carnales?
Para Alec estaba muy claro; evidentemente el brujo se había hartado de esperar y había llegado a tomar lo que por derecho le correspondía.
En algún momento, recordó la conversación que un día tuvieron
"-Alec, debemos comunicarnos para saber lo que quieres. Si algún día no quieres hacer algo conmigo, sólo dímelo, y sabes que me detendré completamente."

Mientras Alec pensaba, el brujo ya lo tenía completamente desnudo en el sofá, vulnerable a sus deseos, y se desnudaba él mismo.
Afortunadamente, Alec alcanzó a reaccionar y, con sus habilidades nefilim, golpeó al brujo, mandándolo al otro lado de la sala, y huyó hacia su cuarto, para tomar su estela; pensando que si se ponía la runa Sin Miedo, tal vez tendría el mismo el valor suficiente para entregarse él mismo.
Pero no alcanzó a llegar cuando se vio inmovilizado por una corriente de magia roja.
-Nefilim estúpido- dijo Magnus, pero esta vez sí sonó como un insulto.
Esa fue la última señal que necesitó; ese no era Magnus; y eso le llenó los ojos de lágrimas.
Con sus últimas fuerzas, antes de que ese Magnus profanara su cuerpo, gritó
-¡Magnus, no!

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Martes 30/Marzo/2021
22:00