La historia de Pablo

Ciudad De México

Al despertar estaban llegando a la estación Lechería, en ciudad de México, ubicada a unos 800 kilómetros de la ciudad natal de Pablo, Tapachula, y a unos 1400 kilómetros de Panzos, la ciudad de origen de Mariana y César. Los chicos con ágiles movimientos se bajaron del tren en movimiento, se dispusieron a recoger sus escasas pertenencias y a continuar su travesía. Como jóvenes aventureros y cortos de dinero pensaron que necesitaban recaudar un poco de capital, sino, les sería aún más duro lograr su cometido, pues sin agua o comida es muy difícil conservar las fuerzas necesarias para semejante viaje. 

Comenzaron a caminar rumbo a la urbe, asombrados pues está es una gran ciudad, no se parece a lo que acostumbran ver, Mariana tuvo la idea de comenzar a limpiar parabrisas por unas monedas, tal vez así podrían juntar un poco de dinero. Pues los jóvenes comenzaron a hacer eso, ofreciendo sus servicios es un semáforo, muchos los ignoraban, otros de buen corazón solo les daban las monedas y seguían en lo suyo, algunos aceptaban el servicio, quedando contentos con él. Al final del día lograron reunir unos 300 pesos, luego de toparse con una cantidad enorme de transeúntes y automovilistas. Estaban felices, si seguían así tal vez podrían irse en un camión a la frontera con Texas. Caminaron un poco, llegaron a un puesto ambulante de comida donde compraron unos tacos, finalmente comían algo, luego de eso buscaron refugio en un parque, decidieron que tomarían turnos para vigilar que nadie tratase de hacerles daño, el primero le tocó a César. Mariana y Pablo se acomodaron en unas bancas y pronto cayeron rendidos de cansancio. En medio de la noche sintieron gritos y el chillido de las llantas de un carro, despertaron asustados, a unos metros de ellos vieron a César forcejear con un hombre, era grande, detrás suyo había una camioneta color blanca. Salieron corriendo para defenderlo, pero el hombre era más fuerte y lo arrastró rápidamente al interior del vehículo, arrancaron, los chicos trataron de perseguirlos, pero fue en vano. Desaparecieron entre las obscuras calles. 

Desesperados trataron de buscar ayuda, a los 5 minutos de andar deambulando encontraron una patrulla, Mariana se asustó, ella no estaba legalmente en México, tenía miedo de ser deportada, pero Pablo le dijo que se calmara, el hablaría con la policía, mientras ella estaba escondida a una distancia segura.