ºSéptimoº Inyección ºCapítuloº

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La morena se quejaba desde la cama, con un trapo húmedo en su frente y una delgada sábana de seda cubriendo su cuerpo hirviendo.

– Ay, Jennie, tranquila. Pronto mejorarás.– Cuando se acerca a ella para darle un beso, inmediatamente Jennie la aparta.

– Sal de aquí.– Dice casi en una orden, retorciendo su cuerpo en la cama al sentir dolores.

– Pero-

– Lisa, hazlo por los bebés.– La mira profundamente, aunque mostrándose cansada y en un mal estado.

Un poco decepcionada, sale de la habitación. Cuando cierra la puerta a su espalda, se dirige a la sala, en donde se encontraba su vecina Im Nayeon.

– ¿Cómo sigue?.– Pregunta preocupada la mujer, dejando su taza de café sobre la pequeña mesa frente a ella.

– Sigue igual. No ha mejorado mucho, sólo dejó de temblar tanto.– Dice preocupada, sentándose a un lado de Nayeon.– Fue mi culpa. La he estado abrumando mucho con mi embarazo y los cuidados extremos que hace por mí.– Se toma el rostro en las manos, reprimiendo las ganas de llorar en ese momento.– No he hecho nada por ayudardarla.–

– Basta, Lisa.– Suspira la mayor, acercándose, abrazándola delicadamente por los hombros.– Tus hormonas están actuando. Lo digo por experiencia, y no miento cuando te digo que fui la mujer más dramática de la historia.– Le sonríe a la menor, haciendo que asome sus ojos húmedos para mirarla.– Jennie quiere cuidarte, y también a sus bebés. Es mejor que te alejes un poco de ella por hoy y dejarla descansar, así ya no estaría preocupada por ti.– La mira una última vez, porque cuando se levanta, se dirige a la salida del departamento.– Ahora vuelvo, iré por una inyección para que se recupere pronto.– Y sale.

Sin embargo, Lisa capturando sus palabras, se queda estática por un momento.

Jennie le tenía pavor a las inyecciones. Un ejemplo muy claro fue cuando en el comedor había dejado una jeringa y cuando Jennie lo miró, su sangre heló, mostrando un rostro pálido.

Pero ahí venía Nayeon, con todo preparado para perforar y meter un líquido en el trasero sensible de una Jennie con mentalidad débil.

– Nayeon, no creo que sea lo mejor inyectar a Jennie.– La frena secándose un poco los ojos.

– ¿Por qué no, cariño? Así se recuperará pronto.– Muestra sus dientes al sonreír, y con mucha confianza en sí misma, continúa a la habitación que la pareja compartía.

– Lo sé lo sé, pero a Jennie-

– Cariño, tranquila. Trabajaba en un hospital, sé hacer esto.– Dice antes de ingresar a la habitación, en donde se encontraba Jennie delirando.

Lisa, desde fuera rezaba por que aquella morena no hiciera uno de sus berrinches.

– ¡AHHH, LISA-YAH!.– Ahí estaba.

Inmediatamente se asoma a la habitación y mira a Jennie incluso más pálida que hace un momento, con el corazón agitado y el temor reflejándose en sus ojos.

– Vamos, gatita. No dolerá, lo prometo.– Le dice Nayeon dejando su equipo en la mesita de noche, colocándose unos guantes.– Déjame hacer esto.– Camina hacia ella pero Jennie rápidamente brinca hacia la cama para quedar al otro costado.

– Señora Im, por favor, váyase.– Su voz sonaba fatal y no entendía cómo había logrado gritar.

– Tranquila, te prometo que será rápido.– Dice la mayor, acercándose a ella, pero la morena rápidamente esquivaba sus pasos para huir.– Ven acá, Kim Jennie. No dejaré que contagies a tu esposa y a tus niños.– Dice, corriendo detrás de ella.

– ¡Déjeme en paz!.–

– ¿Qué pasa aquí?.–

De milagro, había aparecido Jisoo y Lisa la mira con ojos brillantes. Era su última esperanza.

– Jisoonnie, Jennie está enferma y no se quiere dejar inyectar.– Responde, a lo que la azabache mira dentro de la habitación mientras Jennie saltaba y corría y la señora Im la seguía por detrás.

– ¡Aléjese, señora Im!.–

– ¡No quiero que enfermes a tu familia, Kim!.–

Jisoo mira nuevamente a su hermana y la nota preocupada.

– Eonnie, haz algo, por favor.– Pide la tailandesa, sujetando su brazo.

La mayor suspira y asiente, sonriendo ligeramente.

Le da un beso en la mejilla para luego alejarse de ella y caminar hasta en donde estaba Jennie corriendo.

Por suerte, cuando Jennie se distraía al mirar detrás suyo a Nayeon, chocó con el cuerpo de Jisoo.

– Llegó tu hora, Jennie.– Comenta la azabache, antes de tomarla fuertemente entre sus brazos.

– ¡NOOO, LISAAA!.– Grita mientras pataleaba al aire al momento en el que Jisoo la cargó para acostarla en la cama.

– ¡No seas dramática!.– Exclama la azabache inmovilizado a la morena debajo suyo.– Señora, haga lo que tenga que hacer.– Nayeon asiente entonces saca el medicamento.

– ¡Nonononononono!.– Grita cuando mira a la mayor acercarse con la jeringa cargada, un algodón y alcohol.

– Sujétala bien.– Dice Nayeon y Jisoo asiente.

– ¡Lisa, Lisa ayúdame!.– Grita la morena, mirando a su pareja.

Lisa trata de evitar la lástima pero viendo a Jennie agitada y alterada, le daban ganas de ir a consolarla.

– Jennie, no te muevas.– Dice la mujer mayor.

– ¿Escuchaste, insecto?.– Dice Jisoo.

– ¡Nonononononono, AYÚDENME!.– Grita entre lágrimas.

Y al final, cuando sienta la aguja perforarla, ya se encontraba sollozando con el rostro pegado a una almohada, temblando ligeramente.

– Listo.– Comenta con calma la mayor, sacando la aguja.

En cuanto Jisoo se quitó de encima y Nayeon le subió nuevamente los pantalones, Jennie se había quedado en la misma posición, llorando en la almohada, asustada y con mucho miedo.

– Nini...– Murmura la tailandesa, tratando se acercarse a su novia, pero Jisoo no se lo permitió.

– No te acerques hasta que se recupere.– Aquel tono de frialdad que usaba Jisoo cada que se refería a Jennie, la hacía molestar.

Ella quería estar cerca de su Nini.

– Además, necesita descansar. Después de correr, brincar y tener a Jisoo encima, tiene que descamsar bien para recuperarse.– Esta vez habla Nayeon, tirando sus guantes, el algodón y la jeringa que habían utilizado.– Mejor pidamos algo para que comer, Jennie también necesita comer.– Comenta y toma de los hombros a la menor de ahí, la cual aún miraba con pena a la morena.

– Bueno, ¿quieres Jajangmyeon? Es tu favorito, ¿no?.– Dice Jisoo tras cerrar la puerta de la habitación, caminando con Lisa y la señora Im detrás hacia el sillón.

La tailandesa sólo se encoge entre hombros. Daría todo para ir a abrazar a Jennie y llenarla de besos. Pero por más que lo intente, sabía que no se lo permitirían.

– Vamos, Lisa. Jennie se recuperará enseguida. No te preocupes más por ella, que también tus bebés pueden sentirlo y será mejor que no los hagas sentir así.– Dice la mayor y toma el atrevimiento de acariciar la barriga de Lisa.

Ella inevitablemente sonrió.
Al menos, el saber que esperaba unos bebés hermosos, la ponía un poco más contenta.

– Dales a probar a mis sobrinos el Jajangmyeon. Seguro les encantará.– Dice la azabache mientras sacaba el teléfono y Lisa sonreía cada vez más mientras asentía.

Lo que daría para que Jennie se recupere pronto...
























perdónenme por favor! unu
sé que he abandonado la historia, pero comprendan un poco que no todxs las personas que escribimos tenemos todo el tiempo del mundo :'(
y sé que ha pasado un año, perdónenme, de verdad me disculpo por eso! :'(((

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2022 ⏰

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¡Fueron dos accidentes!   - JenLisaG!P -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora