El Corazón Sabe lo que Quiere |l.h (Book #2)

Capítulo VIII

— ¡¿Qué?! —Beatriz alzó la voz, escéptica a lo que acababa de oír— ¿Estás diciendo que ese muchachito ha venido desde Australia sin hospedaje y tiempo indeterminado?—juntó las cejas, provocando que la frente se le frunciera aún más de lo usual

—No hay necesidad de gritar, mamá, estoy justo al lado tuyo—serenó Caroline. No debía perder los estribos

— ¡Bueno, pero que conciencia de los padres, Jesús! —prosiguió

— ¿Te calmarías, por favor? Que esté durmiendo no quiere decir que no podría llegar a oír tus chillidos hasta el segundo piso—contorneó los ojos, cabreada— ¿Entonces? ¿Puedo tomar tu actitud como un no?

—Caroline, bien sabes que no tengo inconveniente alguno con que tu amiguito se quede en casa, sólo que me desconcierta el hecho en sí.

—Vale, pero no es necesario armar todo un espectáculo por ello.

—Se quedará en el cuarto de huéspedes, no quiero verlos encerrados en la misma recamara, si van a tu habitación que sea con la puerta abierta.

— ¡Mamá! ¿Qué te piensas que haremos? —clamó, estupefacta

—No lo sé y tampoco pretendo descubrirlo.

—Eres increíble—niega, desencorvándose del umbral—Tomaré una ducha

La chica cogió una toalla del anaquel y ascendió escalera arriba. Antes de dirigirse al cuarto de baño, Caroline echó un vistazo a su dormitorio, debía asegurarse de que Luke no oyó tan escandalosa plática con Beatriz, pues de lo contrario se sentiría realmente avergonzada. Por fortuna, el muchacho aún yacía sobre el catre con ojos cerrados y respiración profunda. Difundía placidez. Ratificada toda suposición, recogió un par de prendas de ropa, se encaminó a la regadera y lo siguiente que hizo fue permitir que el agua se desplomara encima de ella. Se alivió al instante, ya que le desagradaba dejar pasar tan siquiera un día sin asearse. Repulsivo. Luego de vestirse y secar sus cabellos, retornó a la habitación en donde el rubio la sorprendió situado a los pies de la cama y ya despabilado. Él le obsequió una bonita sonrisa, de esas que tanto deslumbraban a Caroline. Se avecinó hasta Luke y le besó los labios brevemente, ubicándose al margen de éste.

—He subido tu equipaje al cuarto de huéspedes…te quedarás aquí—habló ella

— ¿Estás segura? Pensaba en hospedarme en algún hotel. No quiero molestar.

—En lo absoluto—Caroline se arrojó sobre él, quedando ambos recostados en el acolchonado— ¿Y bien?...Cuéntame, ¿qué ha ocurrido con los chicos?

—Bueno…—la apresó a través del talle—Danielle y Ashton van de viento en popa. La relación de Clara y Calum no se consolidó, por lo que Clara ha estado viendo a otro chico, no recuerdo su nombre…creo que era relacionado con la etiqueta de un whisky—la castaña rió—Michael, él está saliendo con una chica bastante agradable, ambos se parecen en muchos aspectos

— ¿Y tú? —tragó amargo. Había leído en tantas novelas románticas como el muchacho se amparaba en relaciones transitorias con tal de olvidar a la joven. Ni siquiera quiso estimar el evento, la enfermaba— ¿Has intentado salir con otras?

Fue cautiva del miedo. Se amonestó en seguida y deseó no obtener respuesta a la interrogante. Luke liberó una carcajada.

—Supongo que ha quedado bastante clara mi postura. Aunque sí lo consideré, jamás lo hice…me era imposible—la castaña exhaló serena, como si la hubiesen despojado de tan tormentoso sentir— ¿Lo has hecho tú? —esta vez preguntó Luke, con el alma pendiendo de un hilo— ¿Saliste con algún chico?

—Me era imposible—contestó de igual manera. Empinó el bordillo de los labios, efectuando una pulcra sonrisa

Nuevamente Luke creyó aquellos labios apetitosos, y ahora menos que nunca se contendría de degustarlos. Le encantaba, le fascinaba toda ella.

—Me gustas muchísimo—certificó él, y no mentía. Redujo el trecho existente y la observó a pocos centímetros de distancia

— ¡Caroline, Max está aquí! —clamó su madre desde la planta baja

Y antes de actuar, un muchacho de tez blanquecía se manifestó de por medio el umbral; Max.
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Lamento el horrible capítulo, la verdad es que estoy intentando subir lo más que puedo antes de salir de viaje.

¡Las quiero!