Tea&Toast //ziam//

Capitulo cuatro. "Sinceramente, no me lo esperaba..."

Después de un largo y tedioso día, Liam salió de la escuela respirando profundamente, su cabeza estaba palpitando y solo sentía ganas de llegar a su casa, y arrojarse sobre su cómoda cama.  

Tomó un cigarro de su bolsillo e introduciéndolo entre sus labios, lo encendió. Tomó una calada, lo retuvo un poco el humo en su boca y luego lentamente lo sopló mientras una sensación de tranquilidad lo recorría de pies a cabeza. Una mano se posiciono tímidamente sobre su hombro, al girar su cabeza encontró unos grandes ojos mieles observándolo atentamente.   

Su corazón comenzó a golpear contra su pecho, y comenzó a respirar entre cortadamente, Zayn batió sus pestañas y arqueó una ceja. Llevaba consigo una mochila, y la sudadera azul que llevaba le llegaba un poco más debajo de su cadera.  

Se veía de puta madre... 

–No me vengas con que es una metáfora porque no te lo perdonare jamás...  

Liam soltó una carcajada un poco nervioso y arrojo el cigarrillo al suelo, a pesar de no haberlo terminado aún. –Solo fumo cuando estoy ansioso o preocupado -se subió de hombros restándole importancia.   

El moreno frunció su ceño, bajando su mirada por un par de segundos, cuando la volvió a subir Liam pudo ver que se veía molesto. –Liam, eso es terrible. Los cigarros te matan lentamente, y créeme que en el momento que tengas cáncer y no puedas hacer nada para evitarlo, será de lo peor... -termino respirando con dificultad, su pecho subía y bajaba rápidamente.  

Liam lo miro confundido. –te preocupas demasiado por alguien a quien apenas conoces... ¿No crees? -frotó su mano desde la nuca del moreno hasta la mitad de su espalda.  

–Eres un buen chico, Liam. -respondió, su ceño seguía fruncido y él castaño pensó que se veía adorable. –No puedes arrojar tu vida por la borda. -se subió de hombros y metió las manos en los bolsillos de sus jeans.  

–Esta bien -respondió. Rascó su nuca y sonrió sin mostrar sus dientes.  

–No.  

–¿No? -pregunto, arqueó sus cejas y lo miró confundido.  

–Promételo. -dijo sus grandes ojos mieles lo miraban preocupado.  

–¿Prometer que cosa? -preguntó.  

–Promete que no volverás a fumar nunca más, si estas ansioso o preocupado piensa en cosas que te hagan feliz. -respondió sonriendo.  

Liam volvió a pensar que se veía adorable y le dieron unas increíbles ganas de abrazarlo.  

Pero no lo hizo...  

–Esta bien... -miró el cielo con sus nubes grises y luego volvió a bajar su mirada. –Lo prometo.  

–Bien. -respondió sonriendo satisfecho. –¿Te gustaría ir por un café? -se removió un poco avergonzado, miraba el suelo esperando una respuesta.  

–Seguro -le respondió y paso un brazo por sus hombros, logrando que el rostro del oji-miel se tiñera de carmesí.  

Liam lo observó mientras caminaban, la noche anterior no había sido posible por la falta de luz, pero sin embargo se dio cuenta que era demasiado delgado. Incluso llegaba a preocuparle un poco, a pesar de su piel morena, estaba un poco pálido y si ni se equivocaba había visto ojeras bajo sus ojos.  

Parecía estar enfermo, pero ¿Enfermo de que?  

–¿Zayn? -preguntó el castaño.  

–¿Que sucede? -pregunto, volteando a mirarlo.  

–¿Te sientes bien? -preguntó preocupado.