El Bosque de los Secretos

No confíes en nadie, tu peor enemigo puede estar al frente de ti.

El Bosque de los Secretos

Capítulo 1

(Hannah)

Las montañas grandes e imponentes de cerca, pero tan pequeñas y pacificas de lejos, pasan por el vidrio transparente del auto, el fresco viento con olor a bosque, sopla en mi rostro llenando mi pecho con una cálida sensación.

¡Al fin!

Después de casi 8 años regresaremos al pueblo en dónde nací y crecí, no era el pueblo más grande de la región, pero si que tenía muchos habitantes... Bueno, al menos en mis recuerdos Pero lo mejor de todo... ¡Volveré a ver a mi amigos! ¡Oh por Dios!

-- ¿No puedes evitar emocionarte, cierto? - Exclamó mi hermano a un lado de mi con una gran sonrisa pintada en su rostro y los brazos cruzados

-- Noup - Agité varias veces mi cabeza en negación hasta marearme un poco 

Miré a mi padre por el retrovisor, él no parecía emocionado por volver, pero bueno, tal vez sea porque se había acostumbrado a la ciudad

Después de media hora de viaje, que me parecieron una eternidad. Llegamos a nuestro destino, mi vieja casa se veía un poco deteriorada por fuera, tal vez sea porque la persona que se quedó para cuidarla fue mi abuela 

Ella casualmente salió de la casa con una taza humeante en la mano a punto de sentarse en su vieja silla mecedora. Se percató de nuestra llegada y cubrió su boca con su mano libre

Bajé rápidamente del auto para ir a abrazarla, casi tropiezo con ella, pero eso no fue suficiente para separarnos

-- Mi niña, No sabes cuanta falta me hiciste - Acarició mi mejilla y plantó un dulce beso en mi frente, vaya que cambió, su cabello que antes era negro con bastes canas, ahora es completamente blanco y corto, estaba atado en una cebolla, Las arrugas de su cara eran muy difíciles de esconder ahora, y más con esa dulce sonrisa que traía.

-- Tú también abuela, también me hiciste falta - La volví a abrazar sintiendo mis ojos arder un poco Mi abuela y yo siempre hemos sido muy cercanas, cuando el contrato de mi padre terminó aquí, le ofrecieron uno nuevo, pero este sería en la ciudad de Rio de Janeiro, Quedando a 7 horas de aquí. lloré mucho ese día, yo no quería alejarme de ella, y ella no quería irse con nosotros ya que eso significaría vender la casa que junto a mi abuelo habían construido décadas atrás.

Nos separamos y Alexis en ese momento llegó hasta nosotras, abrazó a la abuela y la levantó unos pocos centímetros del suelo, todos empezamos a reír ante esa acción.

-- Abuela, ¿cómo ha estado? no sabe cuánto la extrañé - Dijo Alexis pasando su brazo alrededor de los hombros de mi abuela, ella al igual que yo, quedamos mirando hacia arriba para poder verlo, mi hermano era demasiado alto para mi gusto.

-- Hola mamá - Llegó mi papá abrazándola también

-- Hola hijo, bueno mis tesoros ¿qué hacemos aquí afuera? pasen, pasen - Mi abuela nos empujó dentro de la casa y todos nos sentamos en los sofás de la sala de estar

-- Llegaron en buen momento, hice café - Agitó la taza que momentos atrás había notado desde el auto, Okay, definitivamente no soy amante del café.

-- Yo voy a ir a reacomodar mi habitación - Me excusé y salí corriendo escaleras arriba

Al llegar al pasillo, La nostalgia me pegó, ver ese pasillo de nuevo creaba una montaña rusa de emociones en mi interior.

Caminé a paso lento viendo todo sin que escapase ningún detalle, Las puertas de las habitaciones Seguían un patrón de Zig Zag, siendo la mía la última de todas. Me paré frente a dicha puerta y la abrí lentamente