07

1.2K 176 42
                                    




Guardé silencio mientras los tres caminábamos detrás del rector. Él caminaba en el medio de ambos, pero se encontraba más cerca de mí, como sabiendo que estaba protegido. Levanté mi mano y toqué mi labio, había un pequeño corte justo en la comisura derecha. Pero él no estaba para nada limpio. Su nariz sangraba, y cuando mañana despierte tendrá un lindo moretón en el ojo. Mal nacido, se merece mucho más que eso.

Llegamos a la oficina, nos hizo sentarnos y se sentó frente a nosotros.

— ¿Y bien? ¿Quién va comenzar? —habló el rector.

Wonwoo estaba por hablar.

—Yo —dijo el Pequeño. Sólo me limité a mirarlo de costado.

—Lo escucho.

—Resulta que el señor Wonwoo se puso un poco violento. Y Soobin sólo... quiso defenderme.

— ¿Violento? —preguntó el rector.

— ¡No seas cínico! —lo atacó Wonwoo.

— ¡Cállate! —le advertí.

— ¡Señores, señores! ¡Tranquilos! —Dijo elevando un poco su grave voz —A pesar de como hayan sido las cosas, saben bien que no hay que utilizar la violencia.

—Eso dígaselo a él —le dije.

—No voy a suspenderlos, no creo que esto sea tan... necesario. Pero otro problema, Choi, y será el último.

—Pierda el cuidado —dije despreocupado.

Se puso de pie y nos despachó de la oficina. Miré con furia a Wonwoo, y este también lo hizo.

—Yeonjun, necesito que hablemos —le dijo él.

Él rio sarcásticamente.

—Vete al demonio —le dijo y comenzó a caminar.

Sonreí y le hice un gesto con los hombros al pelele y fui tras él. Lo alcancé y se giró a verme.

—Vamos a la enfermería —sentenció.

—No, ¿para qué? No hace falta, esto se cura solo.

—No seas terco y vamos.

Revoleé los ojos e hice lo que él quería. Se sentó frente a mí, cuando llegamos al lugar, y tomó el botiquín que se encontraba a un lado. Sacó un poco de algodón y lo mojó con alcohol. Con cuidado se acercó más a mí y apoyó el mismo cerca de la comisura derecha de mi labio. Busqué su mirada con los ojos, pero él estaba demasiado concentrado en la pequeña herida.

Tomé su mentón e hice que me mirara.

—No tenías que hacer eso —me habló apenas coloqué mi mirada sobre la suya.

—No tolero a los 'gallinas' que utilizan su fuerza sobre alguien más delicado —le contesté.

—No soy delicado. Igual, no debiste. ¿Qué pasaba si te suspendían?

—No te preocupes, cariño —dije y sonreí —Sé que quieres verme todos los días, pero... ¡Auch!

Apoyó con un poco más de fuerza el algodón en mi herida.

—Mejor cierra la boca —afirmó y siguió curándome.

Dirigí mi mirada a uno de sus brazos, y la marca del agarre de esa bestia estaba sobre su sensible piel.

PELIGROSA OBSESIÓN ✤ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora