Calma

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-Mmmmm... – Fue el somnoliento sonido que salió de la boca de Ronnie Anne, de poco a poco empezó a despertarse. La sensación del piso, así como la punta del sofá encajada en su costilla le era muy incómodo.

Se movió con pesadez y dolor, se había dormido en una muy mala posición a noche. Ya era bastante tarde y no ayudo que Sid pusiera esa comedia romántica sosa.

La chica gruñó llevándose la mano a su adolorida espalda mientras que con su otra mano se tallaba sus ojos, abriéndolos lentamente, ajustándose poco a poco a la luz.

Miró a su alrededor a donde habían estado sus amigos anoche, pero no se encontró con nadie, aparentemente era la última en despertar.

Miró a su alrededor en busca de alguien, pero no encontró a nadie, todo estaba callado. Dirigió su mirada a la ventana de la sala. Parecía ser que iba a llover, le parecía bien, ya se empezaba a sentir el calor de la primavera. Y era una buena forma de empezar el sábado.

Dio un bostezo y se levantó, se rascó el trasero aprovechando que no había nadie cerca.

-¿Hay alguien? – Preguntó al aíre, pese a estar medio dormida aún, su tono fue lo suficiente para que la escucharan dentro del departamento de los Chang.

Pero no obtuvo respuesta.

Extrañada, camino directo al baño y lo abrió sin tocar.

Lo primero que vio al entrar fue a la pequeña Adelaide haciendo sus necesidades mientras miraba su celular con sus auriculares puestos.

Ambas se miraron por unos segundos, Ronnie no proceso lo que estaba mirando mientras que progresivamente la cara de la niña se volvía roja de la vergüenza y el enojo.

-¡CIERRA LA PUERTA, ESTÚPIDA! – La niña le exigió mientras tomo un peine que tenía cerca y lo lanzo con una puntería exacta a la frente de la Santiago.

Tanto el grito como el golpe hicieron reaccionar a la adolescente que cerró la puerta, donde se escuchó que más objetos fueron lanzados en su contra.

-¡LO LAMENTO MUCHO! – Tanto el golpe que le dieron como el grito finalmente la hicieron despertarse al 100%.

-¡¿Qué no te enseñaron a tocar la puerta del baño en tu casa?! – Le reclamo la niña y con todo su derecho.

-¡Lo siento, lo siento, lo siento, es solo que me desperté y pregunté si había alguien, pero nadie me contestó y...! – Fue cortada cuando más cosas fueron lanzadas contra ella.

Afortunadamente para ella, la puerta se mantenía cerrada.

-¡Ten un poco de consciencia en casa ajena! – La niña se seguía escuchando muy molesta.

-(Mierda, si la cagué) – Pensó Ronnie. Esto le pasaba por no tocar antes, y también porque la niña no la escuchó, pero si le decía eso, las cosas podrían acabar peor.

-¿Oye, y los demás? – Pregunto tratando que eso la distrajera.

No escuchó respuesta alguna, pero luego escuchó movimiento detrás de la puerta.

-¡Déjame salir, tonta! – Ronnie no se fijó que había estado haciendo fuerza para que la niña no saliera.

-¡P-Perdón! – Se disculpó al darse cuenta.

La Santiago dejo de hacer fuerza dejando que la niña abriera la puerta. Adelaide seguía con un marcado ceño fruncido, Ronnie le sonrió apenada, y en respuesta Adelaide le dio una patada en su pierna.

Ronnie saltó por el golpe, tomándose la pierna y balanceándose en la otra. Aunque no se viera a simple vista, la niña si tenía fuerza en las piernas.

It's Hard Life [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora