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Subí a mi cuarto tratando de hacer silencio, sin que nadie se diera cuenta de que salí, pero la risa me mataba, y quizás eso hizo que en eso, alguien se levantara mientras yo subía las escaleras.

- ¡Laura! -susurro mi primo. - ¿dónde estabas?

- Parker! Yo estaba en...-y recordé lo que paso recientemente y la risa volvió a aparecer.

- ¿Es...estas bien? -susurro.

- Sí, sí, estoy...-y reía y reía.

- Shhh, Laura... ¿Estas, estas borracha?

- ¿Qué? -y pare de reír.

- Estás borracha no es cierto, Kate te invito a una fiesta...

- Claro que no, tu sabes que nunca he llegado borracha a casa, solo es que me ha pasado algo muy gracioso. -interrumpí.

- ¿Y porque llegas tan tarde? Tuve que decirles a tus padres que te quedaste en casa de una amiga.

- Creí que llegarían más tarde...

- No es así, mira qué hora es, mejor ve a dormir.

- Esta bien, buenas noches.

Y entre a mi cuarto.

Parker es mi primo, estaba quedándose en casa porque está en la universidad, y sus padres se fueron lejos a trabajar, solo espera encontrar trabajo pronto para mudarse a un departamento, cosa que yo no quiero que haga, Parker es como un hermano para mí, un hermano mayor, Vanessa no vive conmigo, pero siempre hablo con ella.

Me acosté en la cama, y me dormí, fue una noche larga y graciosa para mí y debía descansar.

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A la mañana siguiente, desperté a lo que la alarma sonó, mis padres se van temprano al trabajo, así que por lo tanto no se darían cuenta de mi presencia.

Me di una ducha. Después cepille mi cabello, tome de mi armario una remera roja, unos jeans y un sweater gris.

Baje a la cocina, ahí estaba Parker también, desayunando.

- Buenos días. -le salude mientras abría el refrigerador.

- Buenos días. -dijo tomando un sorbo de su café.

- ¿Mis padres ya se fueron, verdad?

- Claro, me preguntaron por ti, sobre todo tu padre, quería llamar a tu amiga, pero le dije que tú después le llamarías.

- Gracias.

- Hey, tu teléfono esta sonando. -dijo parándose para ir a buscarlo.

- ¿Quién es? -dije masticando una tostada.

- Un tal Ross. -me miro extraño.

Lo miré sonriendo e inmediatamente le quite el teléfono y salí de la cocina.

- ¿Qué quieres ahora? -le conteste susurrando.

- ¿Cómo estás nena?

- Dije que ya no quiero saber más de ti, así que no vuelvas a llamarme, ¿quieres?

- Pensaba en que podía pasar por ti, para llevarte a la escuela.

- No gracias, puedo ir sola.

- Vamos, no me hagas insistirte como ayer.

- Ayer fue diferente.

- ¿Por qué?

- Me llevaste obligadamente, perfectamente podía caminar a tomar un taxi, sabía que lo único que querías era que te besara, pero termine esparciéndote el labial en la cara. -dije con un poco de gracia.

cherry lips » rauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora