El dios mortal

Cap 1. Un mundo nuevo

No soy dueño de Naruto o Percy Jackson

(Iniciar escena)

La tierra de los elementos era un mundo completamente diferente al que conocemos; de hecho, ni siquiera es parte de nuestro mundo. Y los dioses lo saben bien. Este mundo se encuentra en una dimensión paralela. Los dioses olímpicos conocen este mundo porque lo visitan con frecuencia.

Fueron unas vacaciones para ellos, donde no tienen que preocuparse por su dominio y responsabilidad, ya que aquí no tienen nada de eso. Otra razón es que el tiempo fluyó de forma diferente en cada mundo. Un año hay tres años aquí o, a veces, cambia. Este mundo era diferente al que están acostumbrados y creados. Lo que sea que hagan aquí o lo que hagan para relajarse es diferente, pero para ellos era lo mismo.

Una diosa simplemente estaba disfrutando de un paseo por el bosque cerca del lugar por el que entró. Habiendo llegado aquí, pensó que podía disfrutar de la belleza del mundo antes de que sucediera algo. Si bien este mundo no era como el suyo, las tierras eran el hogar de los ninjas. La última vez que la vio fue que pasó tres años con un pueblo de ellos y llegó a conocer a uno de ellos. Para su sorpresa, él también era un mestizo, aunque nunca abandonó este mundo. Sabía quién era su padre inmortal e incluso los vio algunas veces.

En esos tres años llegó a conocer a este mestizo e incluso se enamoró de él. Incluso tuvo descendencia a un niño para que se levantara. Se sintió desconsolada al dejarlo aquí solo con su padre. Si fuera su mundo, al menos lo vería más a menudo, lo haría ir al campamento mestizo donde entrenaría y ella lo reclamaría como suyo. Lamentablemente, esto no estaba destinado a ser, ya que esa noche se produjo una terrible tragedia.

Un monstruo atacó esa aldea cuando estaba dando a luz a su hijo. Aunque no podía hacer nada, entonces deseaba poder hacerlo. Este monstruo, como el pueblo lo llamaba el zorro de nueve colas, era una bestia gigante que podía aplastar montañas y causar tsunamis con un solo movimiento de su cola. Sintió como si esa cosa pudiera ser compatible con el Typhon un monstruo de su mundo. Después de que nació su hijo, ella todavía estaba débil y  cuando su amante se acercó a ella. Él le dijo que la única forma de salvar la aldea era sellar al monstruo en su hijo. Con su sangre inmortal en él, podrá retener a la criatura para siempre y nunca volverá a ser liberada.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos cuando le dijeron al día siguiente que hacer esto le costó el alma. Sabía que cuando murió en este mundo fue enviado al mundo puro, el inframundo de este mundo después de la muerte; y no al inframundo del suyo. Incluso si lo hiciera, ella no podría hacer nada al respecto. Se vio obligada a dejar a su hijo poco después de eso, ya que tuvo que regresar a casa antes de que los dioses enviaran a alguien a buscarla y fuera castigada por saltarse su deber. Una vez les sucedió a Ares y Apolo. Una vez asegurándose de que su hijo estaba en buenas manos le dio una última canción de cuna y luego se marchó.

Esta fue la primera vez que regresó a este mundo, pero con suerte podría ver a su pequeño. El sonido de una cascada le llamó la atención y pensó que le vendría bien un poco de agua fría en la cara para calmarla antes de dirigirse al pueblo escondido entre las hojas. La cascada apareció a la vista y la diosa miró para ver una escena extraña.

La cascada estaba entre dos estatuas gigantes del mismo tamño de algunos de sus templos que ella y el otro dios tenían en su día. A sus pies estaban dos chicos. Bueno, uno no parecía un niño. Tenía la piel gris y tenía grandes alas de cuero con forma de manos. En sus manos estaba lo que parecía una iluminación negra. El sonido de muchos pájaros se podía escuchar por todo el valle.