capítulo diecisiete (2 de 3)

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Taehyung admiró la escritura de Jungkook sobre su mano derecha, la mano con la que tocaba las cuerdas de su guitarra... cosa que iba a hacer como en 30 minutos cuando era el turno de BLACKPINK presentarse en los premios MMA que se estaban llevando a cabo esa noche, ambos podían escuchar como los presentadores estaban hablando mientras ellos estaban los dos juntos, fugados de sus respectivos lugares.

"jk's". 

El peliazul sonrió de medio lado cuando sus ojos alcanzaron a leer lo que el pelinegro había escrito con un plumón negro que se había encontrado por ahí en el camarín. Estaban los dos solos, y es que cuando Taehyung invitó a Jungkook a que lo acompañara, de manera silenciosa y con gestos mímicos, le pidió a Jimin que se fuera y el rubio, tan inteligente que es, se llevó a Minjae arrastrándolo de ahí para poder dejarlos pasar tiempo a solas. 

El pelinegro lo miró, dejando el plumón de lado y le sonrió, tan coqueto como estaba siendo desde que se vieron por primera vez. 

—Eso es muy posesivo de tu parte, ¿No crees? —Preguntó, relamiéndose los labios. 

La verdad no le importaba. Sí, sabía que aún eran nada, simplemente se coqueteaban mutuamente, hablando por mensajes todos los días y algunas noches se llamaban porque no aguantaban las ganas de escuchar la voz del otro. No era mentira que Taehyung comenzó a interesarse en la música de BTS, viéndose sus vídeos por youtube y buscando presentaciones en vivo para poder ver al menor disfrutar al estar en un escenario, escuchar su linda voz y embobarse con sus movimientos al momento de bailar. Como tampoco era mentira que Jungkook también ha buscado fancams de Taehyung, para poder ver a su bonito peliazul guitarrista, agradeciendo a cualquier entidad por haber encontrado un canal en la plataforma de logo rojo dedicado exclusivamente para subir contenido del mayor. 

Ambos sabían que aún eran nada, que iban lento. Lento pero seguro. Conociéndose y disfrutando esta parte de su relación en donde se dedicaban a coquetearse, a hablarse bonito y a imaginar como sería todo cuando finalmente estuvieran juntos.

—Eres libre de acción —Respondió, sonriéndole de una manera tan descarada que Taehyung quería quitársela a besos—, Eres libre de dejártelo o de fácilmente borrártelo, nene. Es tu decisión. 

El pelinegro se apoyó más en su asiento, en el respaldar de la silla y abriendo un poco más sus piernas. Era un movimiento bastante natural, a decir verdad. Algo que casi siempre hacía el menor al momento de estar sentado. Pero era una pose segura, confiada y que le hacía agua la boca al mayor que no entendía como es que había tanta belleza y sensualidad en una sola persona. 

—Niñato insolente —Le recriminó el peliazul, tratando de que no sea tan notorio el sonrojo de sus mejillas. 

Falló, pues Jungkook suavemente le pinchó una y le sonrió mostrando sus dientecitos de conejo.

—Qué te encanta, hyung. Que no se te olvide esa parte. 

Taehyung solamente le sonrió, y ambos se movieron al sillón que había en la habitación, el mayor acurrucándose contra el menor, sintiendo como el pelinegro lo abrazaba cálidamente. Haciéndole burumburum el corazón de tanto amor que estaba comenzando a sentir.

El guitarrista de BLACKPINK se presentó en el escenario con el "jk's" escrito en su mano, bien marcado y de un color negro, luciéndolo orgulloso.

El guitarristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora