Los golpes ruidosos e incesantes, aparte del timbre sonando de manera desesperada y los aullidos de Yeontan hicieron que Jungkook se despertara de golpe, asustado y sentándose rápidamente en la cama, con el cabello revuelto, los ojos hinchados y el corazón latiendo de manera desenfrenada.
Le costó unos momentos ubicarse, despabilarse, y a paso rápido se levantó para poder ir a la entrada del departamento de su novio y ver quién estaba detrás de la puerta, llamando de manera desesperada. Taehyung seguía durmiendo, pero se removía de manera inquieto y fruncía el ceño, molesto.
Jungkook bostezó y frotándose los ojos con la mano se acercó a la puerta, abriéndola y encontrando a una Jennie con mascarilla, el cabello desordenado y con ropa de andar en casa. A pesar de que su rostro no estaba del todo visible, se podía ver la preocupación en sus ojos, con el ceño fruncido y las manos hechas en puño, inquieta.
—¿Jungkook? —Musitó, sacándose la mascarilla y mirando detrás de él.
—¿Sucedió algo? —Preguntó, el sueño ya fuera de su cuerpo y ahora preocupado.
—¿Dónde está Taehyung?, ¿Han visto algo en las redes sociales? —Preguntó, inquieta.
No aguantando más, se adentró al departamento del guitarrista de su banda. Estaba preocupada, incluso asustada.
A pesar de que Jungkook también era parte de la polémica y también debía de darle sus disculpas por involucrarlo desde el comienzo solamente por la presión que sintió cuando le preguntaron su opinión acerca del idol, a Jennie le preocupaba más Taehyung que Jungkook.
Le preocupaba el bienestar mental de su mejor amigo, pedirle disculpas y explicarse. A lo mejor esto no era necesario, pero Jennie sentía que debía de hacerlo. Taehyung siempre estuvo para ella, sabía que el peliazul perfectamente podría irse de solista porque era un artista innato. Tocaba varios instrumentos, componía y cantaba de maravilla. Su presencia escénica era de locos, lo cual estaba ya demostrado porque un integrante de la banda del momento le tomó más atención al guitarrista de BLACKPINK que a la misma banda. Pero si Taehyung no lo hacía, es porque no le gustaba mucho estar en el foco. Jennie lo sabía, entonces, ¡tenía que explicarle!
Jungkook podría esperar, Taehyung no.
—Estoy aquí, Nini. ¿Pasó algo? —El peliazul con los cabellos en distintas direcciones entró a la estancia, viendo a la chica demasiado inquieta.
—¡Tae! —Exclamó, y no pudiendo más con la presión que había sentido desde que entró a twitter, lloró.
La pelinegra se acercó corriendo, a punto de derrumbarlo si no es que Taehyung tuviera buenos reflejos. Jennie lo abrazó, desesperada y comenzando a sollozar. Rodeó el cuello ajeno con sus brazos delgados, sintiendo como el peliazul la apretaba contra su cuerpo, acariciando su cabello en la búsqueda de calmarla.
Jungkook viendo la situación, se alejó y los dejó solos. Dándole la privacidad e intimidad que los dos amigos necesitaban.
Jennie no entendía como desde estar flotando en las nubes sin miedo a que nada malo le pasase, cayó tan fuerte al suelo. Estaba tan bien, tan feliz, con su proyecto en solitario pero estando acompañada de su equipo. El recibimiento a la canción al principio era positivo, enfocándose en el trabajo que había hecho. Pero después... todo se fue a la mismísima mierda.
La audiencia comenzó a especular, a hablar de más, a crear rumores, a esparcir estos mismos a tal punto que empezaron a afirmar, AFIRMAR, que la canción iba dirigida a Jungkook, por lo que había dicho hace ya varios meses atrás en una entrevista, y de paso, metieron a Taehyung. Comenzaron a insultarlo, a denigrarlo, inventaron este falso triángulo amoroso que nunca existió. Que nunca iba a existir, porque no estaba interesada de manera amorosa en Jungkook, menos sabiendo que éste estaba con su mejor amigo, con el pilar de su vida.
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El guitarrista
General FictionREDES SOCIALES; Jennie es bonita, sí, pero Jungkook no podía quitar sus ojos del guitarrista peliazul que también estaba arriba del escenario.