La hija del Alpha | Paul Lahote

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<< Cambio extraordinariamente lindo >>

Narrador omnisciente:

Había pasado solo una semana y el crecimiento de Amaris no era normal, pero de igual manera Sam y Emily aprovechaban cada momento con ella en lo que Carlisle investigaba su crecimiento, la niña parecía tener ya un año, sus rasgos finos junto con su piel rojiza y sus pequeños chinos la hacían ver hermosa, cosa que cada vez más cautivaba a Paul, quien no sabía cómo terminar con Rachel.

La manada entera estaba sentada en la mesa comiendo, Sam a su lado derecho tenía en una silla de bebé a Amaris quien amaba jugar con sus padre mientras comía, los chicos miraban fascinados a el entendimiento de la bebé, captaba las cosas rápido, eso hacia que Emily y Sam se sintieran orgullosos.

Bien Ama aquí está tus papás..–dijo Emily poniendo un plato pequeño con papas fritas, las cuales ella adoraba, la niña sonrió mostrando su único diente que tenía al ver su comida–

Comparte...–dijo Embry agarrando una papa de su plato, cosa que no le gustó para nada a Amaris, quien con su puño golpeó al lado de su plato mirando fijamente a Embry quien se asustó al verla asi–

Tranquila pequeñ....–no termino de decir Sam ya que al tocar la mejilla de su pequeña, está estaba ardiendo–...está caliente..

Amaris no dejaba de ver a Embry quien se había alejado un poco de ella, la pequeña comenzó a temblar, ignorando el dolor en su cuerpo al sentir sus huesos acomodarse, Ama soltó un gruñido que logro espantar a todo y después de eso en un salgo Amaris ya están en el suelo, convertida en un pequeño lobo negro.

Todos estaban boquiabiertos mirando al pequeño lobo al cual se le pasó el enojo al darse cuenta de lo que había sucedido, Sam se agachó para poder estar atento a lo que haría su hija, todos pensaban que atacaría o se pondría nerviosa, pero al contrario comenzó a mover su colita feliz al mismo tiempo que soltaba un aullido de felicidad, simplemente tierno.

Eso.....no me lo esperaba...–dijo Jared después de salir de su shok, sin pensarlo más Amaris salió corriendo de la casa, a lo que toda la manada salió tras ella transformándose–

Porque no me pasó eso a mí, así hubiera evitado ir a la escuela...–dijo Seth mientras corría junto a todos persiguiendo a la pequeña quien se detuvo al oír la voz de Seth, los volteo a ver y de inmediato se acercó a su papá frotando su lomo en su pata–

Hola pequeña...–dijo dando un lengüetaso a su cabeza cosa que hizo que Ama se separara y los sorprendiera aún mas–

Papá!!!..–exclamo la pequeña tras haberse separado, cosa que hasta a ella le sorprendió–

¿Acaba de hablar?.–dijo Jacob con asombro–

Se podría decir que si.–dijo Quil igual de asombrado–

Bueno técnicamente lo pensó o algo así.–dijo Leah, aunque sonaba normal sus pensamientos de orgullo hacia la pequeña la delataban–

Me dijo papá....–fue lo único que pudo decir Sam quien tenía una inmensas ganas de llorar al oír a su hija, se acostó para estar a la altura de su pequeña quien empezó a jugar con el, los demás imitaron a Sam, morían de hambre pero nada era mejor que ver a la pequeña jugar con su padre, quien la hizo subí a su lomo para luego pararse–Vamonos o Emily se preocupará..

Mami...–solto derrepente Amaris al oír el nombre de su madre, dejando más asombrados a la manada–

Esa es una niña muy especial.–pensó Paul, aunque todos lo escucharon–

Todos empezaron a avanzar hacia la casa donde Emily los esperaba un poco preocupada en el porche, Ama no lo dudo y salto del lomo de su padre para correr hasta su madre quien ya tenía preparada una manta para cubrirla, la niña ya cubierta se empezó a visualizar como humana, cosa que logró muy fácil, Emily le sonrió con ternura y orgullo mientras la cargaba.

Mami soy un lobo negro como papá...–Emily se quedó como estatua al oirla, la niña después de destransformarse había crecido un poco, Emily soltó una lágrima al oirla mientras que los chicos ya destransformados veían con los ojos bien abiertos a la niña quien acababa de decir una oración completa, Sam abrazo a su prometida por la cintura y sonría orgulloso de su hija, todos se metieron a la casa, comenzaron a comer como, literalmente, animales al igual que la pequeña, ya no tan pequeña, Amaris aunque ella comía un poco más descente,  aunque cierto lobo gris no dejaba de ver a la niña preguntándose si de verdad quería a Rachel, quien aún no se enteraba de lo sucedido en la fogata, la imprimación.

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