John llegaba a casa luego de una larga jornada laboral, había tomado unas cuantas horas extra y era en momento como aquel en los que se daba cuenta lo grande que ya estaba. Todo parecía cansarlo más rápido y lo que más deseaba en ese momento era llegar y tirarse al sofá, comer lo que sea Stiles preparase e ir a dormir, de verdad lo necesitaba. Metió la llave en la rendija y una vez que la abrió fue recibido por un cálido abrazo de su único hijo. Algo confundido, John entro a su casa con Stiles entre sus brazos.
—¿Cómo te fue en el trabajo Papi?
—Bien... —contesto John mientras veía como un olorcillo a buena comida le inundaba el paladar—. ¿Hiciste de cenar?
—No Papi, hoy no hice de cenar... Pedí hamburguesas y pollo frito... Lo que te gusta Papi.
Y si no conociera bien a su hijo, John habría pensado que aqueo gesto era muy considerado, pero como ya se ha dicho, John conocía a su hijo mejor que nadie, y que el chico decidiera dejar de lado su dieta estricta por todo eso que le prohibieron se debía a una sola cosa, Stiles quería algo.
Suspiro, pero antes de que Stiles siguiera su falso alago, John cogió una de las hamburguesas y le dio una buena mordida.
—¿Qué quieres Stiles? —pregunto tras tragar.
—¿Lo descubriste? —contestó su hijo con un rostro que denotaba pena. John asintió—. Pues, verás... Hay un videojuego que me encanta y quiero saber, si me puedes adelantar mi regalo de cumpleaños.
—Ya hablamos de eso Stiles, no habrá adelantos de nada hasta que recuperes química.
—Pero papá...
—¿Ya no soy tu Papi?
—P...Papi —gimió Stiles—. De verdad lo quiero…
—Ya te dije Stiles, nada de peros, es mi decisión final.
John fue directamente a su sofá individual para ver algo de televisión. Pero Stiles no se daría por vencido con un simple no, John lo sabía, por eso no se sorprendió cuando Stiles se acercó por detrás y comenzó a masajear sus hombros.
—Vamos Papi... Si me lo compras haré todo lo que me pidas.
—Confórmate con que te lo compre el verdadero día de tu cumpleaños ¿Jo puedes esperar? —murmuro mientras que cambiaba de canal y dejaba la hamburguesa en la mesita de noche que estaba a un lado.
—No, la que está de venta ahorita es de edición especial y es limitada.
John no quería seguir participando en esa discusión, así que subió algo el volumen y se dedicó a relajarse en su amado sofá. Pero las manos de Stiles eran una constante distracción.
Su hijo acaricio la espalda del padre y luego se paró enfrente de él, impidiendo que este viera su programa. Antes de ganarse un reclamo, Stiles poso sus rodillas en ambos costados de su papá y se sentó en sus piernas, quedando frente a frente con el hombre mayor y lo rodeo con sus brazos, creando una distracción aún más convincente.
—Vamos Papi... —suspiro Stiles con ese tono en la voz con la que ningún hijo debía dirigirse a su padre.
—No estoy de humor hoy bebé, estoy cansado —contesto John dejándose llevar momentáneamente por las acciones impuras del adolescente.
—Yo haré todo Papi, solo déjame consentirte.
Stiles beso el cuello de su padre lentamente, recorriendo con verdadero entusiasmo. John no pudo mantener abiertos los ojos mucho tiempo, sentir el cuerpo de adolescente sobre el suyo, moviéndose con esa energía y fulgor le llenaba de éxtasis de una manera intensa y de lo más vil.