Llego cansada, estoy harta, no puedo más, solo quiero quedarme quieta, mirando el techo de mi habitación y como único sonido mi respiración.
A veces pienso que nada tiene sentido, en fin, quizás pueda dormir un rato, solo quizás...
-¡SHIRO, ARRIBA!-¿Qué? Mierda, me quedé profundamente dormida. No tengo nada listo, mi madre me va a matar, llegaré tarde y tan solo es el primer día.
Bajo las escaleras a toda prisa mientras termino de ponerme el uniforme, me tropiezo pero no me llego a caer, bien, bajar a la cocina, conseguido.
-Ohayo mamá.
-Llegas tarde, desayuna rápido y vete.
-Lo sé, lo sé, relájate,¿vale? Llegaré a tiempo.
Llegué tarde.
Fui corriendo todo el camino, menos mal que no llevaba libros por ser el primer día.
De repente, no me dio tiempo a reaccionar, otro estudiante(supongo) corría sin parar en dirección contraria a mí y, en el preciso momento que me paré a coger aire para entrar...Se chocó de lleno contra mí.
-GOMEN, GOMEN, LO SIENTO, PERDÓNAME. Llegaba, bueno, llego tarde-Sonrió.
-No...no importa pe...pero...¿puedes levantarte?
-Ay, sí, sí, perdona, que idiota-Dijo sonriendo mientras se levantaba y sacudía de tierra sus pantalones.
Acto seguido me tendió la mano para ayudarme a levantarme, la cogí e instantaneamente empezó a sacudirla a modo de saludo.
-Hola, soy Reik, Reik Matsuoka, encantado-Dijo con una sonrisa en la cara y entre carcajadas.-Se puede decir que me ha chocado mucho verte- Empezó a reír él solo de su propia gracia.
No pude evitar sonreír. -Soy Shiro, Shiro Evans.-Creo que se extrañó de mi apellido, en Japón no debe ser muy común.
-Deberíamos ir a clase-Dijo mientras ya empezaba a caminar-¿Que cursas?
-Pues...Es que no sé como se dice aquí exactamente...Primero de preparatoria, creo.
-Yo este año empiezo segundo, hubiese sido genial estar juntos en clase...Eres nueva, ¿verdad?
-Sí, vine hace unas semanas y hasta ayer mismo estuvimos de mudanza...
-Bueno, yo te presentaré gente para que no empieces con mal pié o malas compañías, fíate de mí -Volvió a reír. Que chico tan activo, pensé.
Sin despedirse entró en la clase que le correspondía y yo fui a la mía, a ver que me deparaba aquello, todo era nuevo para mí, tenía miedo.