~12~

192 13 34
                                    

Mediados de Julio y faltaba apenas semana y algo para el esperado partido.

Todo iba relativamente bien. Cada día sonreía más, cada día estaba más cerca del rizado, cada día me gustaba más salir y cada día disfrutaba más con mis amigos.

Era una mañana cualquiera, y yo me encontraba durmiendo como un bebé hasta que un golpe seco y retumbante llegó a mis oídos.

Fue en ese momento que me levanté lo más rápido posible y me dirigí hacia el piso de abajo. Era muy temprano ya que el sol todavía estaba muy bajo.

Busqué en el salón y en el baño, el único lugar que me faltaba era la cocina y bingo.

-MAMA- grité y fuí corriendo hasta donde se hallaba mi madre, tirada en el suelo, desmayada.

Me arrodillé frente a ella y la sostuve de la cabeza con el mayor cuidado posible.

-Mami, mami despierta- no sabía cuándo ni como, pero estaba llorando.

-¿Que coño está pasando aquí?- una voz ronca, adormilada y preocupada retumbó en la cocina. Se trataba de Mark, mi padre.

-P-papi- mi voz temblaba más que nunca- m-mama está...ella estaba..se cayó y- intentaba hablar pero lo único que salía de mi boca eran sollozos y tartamudeos.

Sin dudarlo, se acercó a nosotros lo más rápido posible.

-Jay, Jay, cariño- mi padre le hablaba con el mismo cariño que siempre, solo que añadiéndole preocupación- Louis, sostenla bien-

Y eso hice, la sostuve mientras que mi padre se mojaba las manos para acto seguido, esparcir agua por el bello rostro de mi madre.

-Johanna, mierda, venga- mi padre seguía echando algo de agua por sus mejillas, frente y nuca.

-Mami, venga, despierta- yo insistía con la voz quebrada. No me imaginaba un mundo sin ella.

Segundos después, sus orbes azules verdosos se abrieron lenta y pausadamente mientras mi padre y yo esperábamos que terminase de reaccionar.

-Q-que..¿que ha pasado? Donde..¿que hago en el suelo?- su voz, suave, tranquila y desubicada hizo que se me alegrase el corazón de oírla otra vez.

-Jay..te desmayaste y no sabemos como, pero mi vida, ya estás aquí, estamos aquí- si había algo que definiera a mí padre, sería el amor que tenía hacía mi madre- ven, te subiré a nuestra habitación y descansarás-

Entre mi padre y yo, ayudamos a levantarla y antes que se fueran, le dí un suave beso a mi madre en su mejilla.

Me quedé observando a la ventana, pensando un poco en todo lo que acababa de pasar. Mi madre siempre fue una mujer con mucha salud y siempre se estaba cuidando. No debería ser algo demasiado grave, igualmente la llevaríamos al médico.

-Lou- la voz de Lottie se hizo presente- ¿que ha ocurrido? He oído un golpe y murmullos-

-Oh, Lotts- me acerqué a ella y la abracé con fuerza, sin saber cuándo lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas- no te alteres, mamá se ha desmayado- fue entonces cuando cuando el agarre de mi hermana fue un poco más fuerte- papá y yo la hemos reanimado, tranquila, será un bajón de azúcar o algo, luego la llevaremos al médico-

-Deberias de habernos avisado Lou- la voz de mi hermana temblaba un poco.

-Hey, tranquila hermanita- dejé un suave beso en su pelo- venga vamos arriba a descansar, esto nos está afectando a los dos, si se despiertan Phoebe y Daisy diles que no atosiguen a mamá y dile lo mismo a Fizzy-

El chico de ojos verdes | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora