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Luego de unos dos meses de espera, la familia Choi al fin se muda a la ciudad de Seúl por sus nuevas oportunidades.
Choi Soobin siempre quiso mudarse allí, sin embargo no podría volver a ver a sus amigos y eso le dolía pero tenía que hacerlo, era el mayor de los dos hijos y debía entender que era por el bien de la familia.
Choi Sehun, es el menor. Al recibir la noticia de que se mudarían a Seúl reaccionó muy diferente a su hermano, este se emocionó agradeciendo a sus padres y recordándolo a sus familiares todo el tiempo.
Sehun, a diferencia de Soobin no iría a disfrutar de la ciudad, ni de la compañía de sus padres y mucho menos por los estudios sino porque estaría por fin aún más cerca de su idol favorito, que muy rápido dejó al pequeño Sehun a sus pies sin que él lo sepa.
Soobin tenía en mente tener la pared de su habitación completamente plana y sin ningún poster en ella. Pero cuando tuvo que compartir cuarto con su hermano su plan se fue cuesta abajo, pues el adolescente tiene mas de 30 posters del idol.
Realmente le gustaba aquel chico, el celular de Sehun está llena de sus fotos, probablemente tenga más fotos del idol en su celular que el mismo idol.
Al menos en Seúl cada quien tiene su respectiva habitación. A excepción de sus padres por supuesto.
Soobin entra a su habitación y se encarga de unas últimas cosas que debe empacar. Los carteles de su hermano. Se acerca a ellos y se queda viendo uno que es casi tan grande como la ventana.
Nunca las había visto tan detalladamente, el chico sí era agraciado, pero nada que a Soobin le llame tanto la atención como para comportarse como su hermano.
— Lo tienes tan idiota.— habla solo mientras quita todos los posters.
Ya solo quedaban unos cuantos más-
— ¡Soobin, ¿Qué haces?!— un Soobin asustado voltea encontrando a su hermano con la expresión en su rostro que parecía que alguien había muerto.
— Sehun, me asustas ¿Qué carajo te pasa?
— ¿Cómo vas a arrancarlos así?— habla su hermano acercándose para arrebatarlos.
— Son solo posters. — dice el mayor restándole importancia.
— Posters que costaron mucho, salieron de mis malditos ahorros, no de los tuyos.— Sehun se fija atentamente si Soobin había dañado uno.
— Que maldito exagerado. — Soobin ríe saliendo de la habitación.
— ¿Ya están listos?— pregunta la madre de ambos, sonriente.
— Yo si, falta Sehun. — avisó el mayor
— ¿Y donde esta él? — preguntó la mujer colocando sus palmas en sus caderas.
