Timba: La verdad es que nunca conocí a tu madre -Eso fue un baldazo de agua fría para Sparta. No sabía si era mejor que oír que murió en un accidente o teniéndolo a él, solo entendía que no era la respuesta que esperaba-
Sparta: ¿Cómo así? ¿Acaso no sabes con quién me tuviste? -Estaba estupefacto. Lo veía con confusión en el rostro y algo de temor. Nunca se le cruzó por la cabeza un pequeño detalle, el cual era la realidad en la que vivía-
Timba: Hijo, no te tuve con nadie. He tenido novias, si, pero nunca fui descuidado -Entendía al menor, era algo shockeante que el padre tenga 31, el hijo 15 y que al parecer no haya sido un accidente de un adolescente de 16- Realmente te encontré muy pequeño y llorando en la puerta de la casa un día y decidí cuidar de vos. No llegué a ver quien te dejó, solo vi que ahí estabas.
Sparta: ¿Por qué? -La realidad en la que vivió toda su vida se cayó en unos segundos. Él era adoptado y nunca lo sospechó siquiera. Fue un golpe algo rudo para él- ¿Por qué te quedaste conmigo? Pudiste dejarme en un orfanato o algo -Se le acumulaban las lágrimas en los ojos, toda su vida fue una mentira. La sensación que tenía era muy difícil de describir y sin querer le alzó la voz un poco a Timba-
Timba: Mi madre me pidió hacerlo -Sparta quedó sin palabras. ¿Su abuela no lo quería en un inicio?- Ella decía que no podía pagar por otro niño y que lo mejor era dejarte en un orfanato, con la policía o algo. Pero yo me negué
Sparta: ¿¡Por qué!? ¿Por qué te quedaste conmigo? ¿Por qué no oíste a la abuela? -Se estaba alterando mucho, era mucho que digerir para el joven-
Timba: Al inicio lo pensé, pensé en hacerle caso, pero al momento de cargarte... -Timba sonrió con una alegría melancólica que Sparta nunca había visto antes, haciendo que se distraiga un poco- La primera vez que te cargué, apenas te sostuve en mis brazos dejaste de llorar. Ahí sentí que debía quedarme con vos, ahí me encariñé demasiado, en ese instante fue donde sentí que había encontrado el mayor tesoro y orgullo de mi vida... -La voz del mayor era con un cariño, alegría y suavidad tales, que lograron calmar a Sparta- Cada vez que recuerdo ese momento, siento que puedo pasar cualquier adversidad que la vida me ponga en frente, con tal de que vos estés sano y salvo -Al mayor se le cristalizaron los ojos al contar todo aquello, sin embargo, la sonrisa amable y amorosa que era única y exclusivamente para su hijo era inigualable-
Sparta: P-papá... -Hecho un embrollo emocionalmente hablando, el adolescente abrazó fuertemente al mayor. Sentía como el mayor le daba caricias en la espalda, buscando que se calmara-
Al rato el joven se calmó, de despidió de su padre y fue a su cuarto a hacer su tarea. Aún debía procesar el hecho de que no es familia de sangre, pero Timba fue aquel que lo crío, que le dio techo y comida, el que se encargó de darle la mejor educación y vida que se le hizo posible, el que siempre veló por su bien. Para eso era más que suficiente para saber que la sangre no era necesaria para llamar a Timba VK su padre.
El mayor solo esperó a que el joven se fuera a su cuarto. Sabía que era mucho para procesar y le iba a dar un respiro para ello. En lo que se fue el menor, Timba se recostaba en el sofá, un poco más relajado de haberle contado la verdad... Parcialmente.Abuela: Le dijiste, ¿verdad? -La mujer mayor salió de su cuarto, hablando lo más bajo que su voz le permitía. Se sentó al lado del adulto joven, viendo como este se sentaba bien para hablar y verla más fácilmente- Te saltaste detalles, ¿o me equivoco?
Timba: No está listo y jamás lo estará para esa parte de la verdad -Vio como la anciana suspiraba algo decepcionada- Sé que crees que es mejor que le diga toda la verdad, pero si viste como reaccionó al saber que no compartíamos sangre, imagínate cómo se pondría al saber lo que realmente pasó ese día -El adulto joven estaba en lo correcto y la mujer mayor lo sabía-
Abuela: Si, tenés razón. Por suerte nadie más sabe -Hubo un pequeño silencio entre ambos unos instantes- Si sabes lo que piensa lo demás y como lo afectaba a mi nieto, ¿verdad? -Vio como el hombre a su lado y su descendiente solo movía su cabeza de arriba hacia abajo- Bueno, al menos no debe vivir sin saber parte de la verdad.
Timba: Si, y es mejor dejarlo así -Se acercó a la mujer, dándole un beso en la mejilla a modo de despedida. Iba a "esforzarse" más tarde tenía trabajo que hacer- Descansa Abue. Nos vemos más tarde.
Hace años:
Timba salía de su escuela secundaria. Era apenas un joven de 16 años, con solo dos años más por delante antes de ir a la universidad. Nada genuinamente relevante. Había tenido novias, sí, pero la última lo había dejado hace un par de semanas. Volviendo al tema, el joven Timba iba por el camino de siempre, por las calles que conocía de memoria, bajo el mismo cielo que vio absolutamente toda su vida. Él creía que iba a ser otro día más, nada relevante, mucho menos interesante por ser un martes por la tarde en plena temporada de clases. Se encontraba cruzando al lado de un basurero, justo en un callejón que ocupaba como atajo para ir a su casa. No esperaba nada fuera de lo normal, gatos callejeros, basura o un ocasional trabajador saliendo de cualquiera de los negocios que había en ambos lados. Sin embargo, oyó algo fuera de lo común.
Un llanto de bebé.
Ese llanto se escuchaba muy aduras penas. No lo hubiera llegado a percibir si se mantenía con audífonos puestos. Por suerte se los quitó para estar atento ante cualquier peligro que pudiera cruzarse. Dejando sus audífonos colgando en su cuello, y con algo de miedo, se acercó al basurero del cual provenía aquel extraño llanto, lo abrió escuchando el chillido de oxidación en los pernos de la cerradura, y no vio nada fuera de lo normal. Solo había bolsas negras, restos de comida, una mochila. "Un momento, esa mochila acaba de...". Se sobresaltó un poco al ver a la mochila moverse, pero suelo se espabiló y la sacó rápidamente del basurero. Sabía que había algo dentro gracias a que se movía y que el llanto había aumentado su volumen. Abrió la mochila, dejando ver a un bebé de pocos meses de nacido ahí. Timba lo cargó, arrullándolo para que se calmara. A los pocos segundos en sus brazos, el pequeño se relajó, mostrando sus ojitos color café. Timba preocupado empezó a revisarlo, por suerte se veía intacto, no presentaba ninguna herida visible. Estaba pensando donde podría llevar al infante antes de ir a su casa, pero de repente sintió como el pequeño empezó a reír.
Timba: -Sonriente al ver aquello- Hola pequeño -Saludó algo inocentemente al bebé. Por algún motivo, a pesar de la tristeza de haber presenciado aquella muestra de crueldad humana, se sentía en la necesidad de cuidar de ese pequeño. Algo dentro de él le decía que debía quedarse con él. Decidió llevarlo a casa con él- No te preocupes por nada pequeño, yo me encargaré de todo. Nunca más serás olvidado o abandonado así -Cargó de una forma más cómoda al pequeño y lo llevó consigo a su casa-
Fue una discusión en casa con su madre, hasta el punto que tuvo que salir de ahí e irse con su abuela. Al crecer y tener mayoría de edad, Timba estuvo metido en muchos papeleos por darle un certificado de nacimiento al menor y obtener su tutoría, pero al final lo consiguió. Era legalmente padre del pequeño, el niño pasó a ser oficialmente "Sparta VK", y ya con eso resuelto, tuvo que pasar otras dificultades para conseguir trabajo estable, para encontrar una buena escuela para el menor, asegurarse de ganar dinero para ayudar a su abuela a hacer pagos en la casa que compartían y varias otras cosas que vinieron con la responsabilidad de ser padre y adulto en general. A veces era sofocante hasta el punto de llegar a pensar si fue una buena idea o si hizo lo correcto. En esos momentos de debilidad emocional y duda, Sparta iba con el mayor, le daba un abrazo y con un simple "Te quiero papá" le hacía ver que hizo lo correcto y lo animó a seguir todos esos años. Orgulloso de lo que iba logrando y cómo iba creciendo y evolucionando aquel niño que rescató, su hijo.
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¿Error de adolescente? [Timba y Sparta]
FanfictionHabía una muy corta diferencia de edades entre Timba y Sparta. Esto hacían correr rumores por doquier. De parte de extraños, de parte de otros padres de los alumnos en la clase del menor y más que nada de parte de los compañeros de Sparta. Algunos p...