3.Errores.

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Camino a un pequeño pueblo rural de Guadalajara, aunque cerca de Madrid, el profesor pensaba en cómo iba a explicarles a los demás la presencia de Alicia y por qué se estaban yendo de Madrid.

—Profesor no sé si es usted consciente de que van a querer arrancarle la cabeza. –dijo Alicia riendo, desde el asiento de atrás del coche-

—Sierra, que estés aquí no quiere decir que te tomes la libertad de hablarme como si fuéramos amigos.

—Lo sé, profesor, pero es que me encantarla vacilarle.

El profesor decidió ignorar aquella conversación y llamar al banco.

—Profesor –respondió Lisboa- respecto al tema de Arturo...

—Espera un momento. Hay algo que quiero deciros primero. ¿Quién más hay ahí?

—Estoy con Tokio. Precisamente íbamos a llamarte nosotras.

— ¿Qué pasa profesor? –intervino Tokio-

—Nos estamos yendo hacia la casa del pueblo de Guadalajara.

—Creía que ese lugar solo estaba por si la policía descubría el otro. –dijo Lisboa- ¿Qué está pasando?

—Hola amorcito, ¿cómo estás?

La voz de Alicia provocó un silencio, tanto el coche conducido por Marsella como en el banco, haciendo que Lisboa y Tokio intercambiasen miradas llenas de asombro y preocupación.

—¿Alicia? –dijo Lisboa- ¿Qué estás haciendo ahí?

—Digamos que la inspectora Sierra y yo tenemos una especie de acuerdo.

La risa sarcástica de Tokio inundó aquella habitación.

—Profesor a no ser que esa hija de puta te esté apuntando con una pistola a la cabeza no entiendo por qué has dicho lo que has dicho.

—Alicia me encontró. Descubrió que tenía un infiltrado en la carpa y a raíz de ahí supo cómo encontrarme. El trato es que yo la ayudo a ella y ella no me entregará a la policía.

—¿Qué la ayudas a qué exactamente? –preguntó Lisboa-

—Como sabéis, Tamayo quería que ella asumiera todo lo de Río y él salir ileso. Bueno pues ella quiere que sea al revés y...

—Profesor ¿se te ha ido la puta cabeza? –dijo Tokio incrédula- ¿Vas a ayudar a la torturadora de Río a que salga ilesa de eso?

—¿Y qué prefieres? ¿Dejo que me entregue a la policía?

—A ver niñata –volvió a intervenir Alicia- ¿tú te crees que yo torturé a tu novio por qué me aburría una mañana en mi casa o qué? Que estáis catalogados de terroristas, la policía a veces tenemos que hacer estas cosas aun que no sean legales, y yo no es que esté orgullosa de ello.

—¿Y si no querías hacerlo por qué lo hiciste? Porque siempre podrías haber dejado que lo hiciera otro.

—Porque Aníbal era la única persona que yo creía que me llevaría al profesor. El hermano de la persona por la que murió mi hermana.

—Profesor ¿qué está diciendo esta tía?

—La última novia de Berlín era su hermana. No se divorciaron como Berlín decía, ella murió.

—¿No te das cuenta de que va a jugar contigo? La vas a ayudar y después te va a entregar a la policía igualmente. ¡Es que no entiendo qué haces ayudándola!

—Sergio, –dijo Lisboa- yo confío en ti. Si crees que es lo mejor, hazlo. Pero espero que de verdad sepas lo que estás haciendo.

—Raquelita, puedes estar tranquila que no me voy a acostar con él. Tú bien sabes que yo siempre cumplo mi palabra, házselo ver a la niñata de tu amiga.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2021 ⏰

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