_Espinas_

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El conejo había despertado de su casi aterrador sueño, siempre llegaba a pensar en muertes y más soledad.
Ya no era raro despertar transpirando.

Salió de su pequeña madriguera y encontro unas cuantas raíces con espinas, estás estaban oscuras y secas.
Eran muy grandes y estaban entre sus plantas, hasta habían destruido estás a su paso.

"— ¡¿Pero cómo paso esto tan rápido?! ¡Por Dios!"

El conejo fue rápidamente hacia esas raíces e intento quitarlas con su propio cuerpo.
Esto le era casi imposible, el conejo era tan pequeño y débil a comparación de la planta; sólo era un suave conejo que no sirve para nada, sólo un conejo tan cobarde que no sabe lo que quiere, un conejo tan débil que no sabe nada, un conejo tan feo que no sabe qué es lo que está haciendo.

Sólo logro quebrar casi una raíz de su jardín, sin llegar a partirla, teniendo heridas y espinas enterradas en su piel.
Si seguía así, el conejo podía morir.

Conejo sólo retrocedió para ver bien a lo que se estaba enfrentando.
¡Parecía que cada vez habían más raíces con espinas!

El conejo ya no podía solo, no podía pedir ayuda, no sabía cómo, nada de eso era digno de pedir ayuda; todo era tan confuso para el conejo.

"— Lo siento tanto, dulce jardín..."

El conejo se dió por vencido; en su pelaje blanco había sangre por las espinas en su piel, la parte de sus pequeños puntos pequeños cafés se estaba volviendo más oscura, le faltaban pelos en algunas partes, estaba casi destruido.

Los conejos siendo tan frágiles en el sentido de golpes, este logro superarlo; él pudo haber muerto al momento de dar la primera embestida hacia la raíz.

El conejo fue a ver lo poco que quedaba de sus hermosas plantas, todo estaba tan destruido por las raíces.
Estaba asustado, nunca pensó que esas raíces aparecieran en su jardín.

El conejo ya no tenía nada que hacer ahí; su jardín estaba muerto, él estaba débil.

El conejo sólo se acostó en el centro del jardín y cerro los ojos, esperando a la descomposición propia.
No sabía pedir ayuda, no sabía que hacer, ya no sabía hacia donde ir; algún día tuvo que terminar con sus propios días.
El conejo era tan débil para todo, era un completo cobarde.

"— Adiós, mi dulce jardín de espinas."










[ Fin 🥀 ]—

—[ Fin 🥀 ]—

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Mi dulce jardín de espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora