Capitulo 2: "Reencuentros"

231 12 0
                                    

- ¿Alexandra?¿Alexandra Rose?

Una corriente corrió por mi espina dorsal. Esa voz la reconocería en cualquier lugar a donde fuera, aunque haya pasado un año desde la ultima vez que la escuche. Me congele.

Comienzo del flashback.

Ian había estado actuando raro desde que llegamos a aquel parque. No quería decir absolutamente nada, tal vez solo era alucinaciones mías.

— Alexandra, necesitamos hablar seriamente, pero primero que todo quiero que sepas que te quiero demasiado, y aunque ya deberías saberlo después de todos estos años juntos, hare que nunca lo olvides, hoy te lo recordare a cada minuto.

Sus carnosos labios se acercaron lentamente y dulcemente rozaron los míos, sus besos eran como estar en el cielo. Era como besar los labios de un ángel.

Nos separamos y abri los ojos lentamente y sonreí al instante. Pensé que nada podría interrumpir ese momento, pero tiempo después me di cuenta no todo dura para siempre y que las personas no están juntas toda la vida como lo pintan en las estúpidas historias de amor, que las personas no dan todo de si por estar con la persona que quieren.
La acciones de Ian comenzaron a asustarme.

— ¿Ian, que pasa?, sabes que yo también te quiero, deberías saberlo.

El bajo su cabeza y lagrimas comenzaron a deslizarse por su mejilla izquierda. Comenzó a acariciar mis manos y susurro:

— Tengo miedo Alexandra.

— ¿Qué paso, cariño?

— Tengo miedo de no volver a verte, de no volver a abrazarte, de no volver a besarte. Siento que esto no podrá ser como antes.

Levanto su rostro y sus ojos rojos se toparon con los míos. El estaba destrozado.

— No quiero alejarme de ti, pero es el sueño de mi padre y no lo dejaré solo, no en su momento de gloria, me iré y no se si volveré.

— Pero podría visitarte, no podemos tirar todo este tiempo juntos a la basura. — lágrimas comenzaron a bajar rápidamente una tras otra por mis mejillas.

— No creo que puedas y tampoco creo en las relaciones a distancia. — sus manos se separaron bruscamente de las mías — lo siento Alexandra, no pensé que lo nuestro fuera a terminar aquí.

Cuando estamos por caer nuestro corazón se paraliza por unos segundos y reacciona cuando ya estamos en el suelo, siempre reacciona tarde.
Yo no reaccione hasta dos meses después, cuando posiblemente Ian ya estaba haciendo su vida normalmente y ya habia olvidado a la chica castaña que abandono en ese parque aquel día.

Termina el flashback.

Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente y aguanté la respiración por unos segundos y bote. Me di vuelta lentamente encontrándome con aquel chico castaño que rompió mi corazón unos meses atrás.

— Ian... — susurre y bajé la cabeza.

— Hola princesa, volví. — sentí como sonreía y sus pies comenzaron a moverse hacia mi.
Senti unos brazos envolver mis hombros e instintivamente pase mis brazos por su cuello.

— No pensé volver a verte, Ian, ¿Que haces acá?

Él posó su menton en mi cabeza y rió.

— ¿A caso no puedo venir a visitar mi ciudad natal?

Me sentí estúpida ante mi pregunta, él obviamente podia venir.

— Oh, claro que si puedes, solo me sorprende... el que estés aquí. — me separé de él y arreglé el bolso que colgaba en mi hombro.

— Alexandra...  — el me miró directamente a los ojos y tomó mis manos — te extrañé.

No podía mentirme a mi misma ni mucho menos a él, yo también lo extrañaba aunque haya sido un estúpido al momento de irse.

— Yo también te extrañe Ian, más de lo que crees.

Mi estómago se revolvió y aparecieron esos sentimientos que yo pensaba que ya habian muerto.

— ¿Haz crecido este año que he estado fuera o es mi idea, pequeña? — una sonrisa de nostalgia inundó su rostro.

Yo solo sonreí y asentí — al parecer si crecí.

— Pero aún así, nunca serás así de alta como este bombón — sonrió con autosuficiencia.

— Lo que tu digas... y, ¿Cuanto te quedarás? — pregunté curiosa.

— Aún no lo sabemos, pero me tendras por algún tiempo.

— Es bueno saberlo.

Sentí unos pasos atrás de mi y los ojos de Ian se dirigieron a mi espalda.

— Señorita Rose, ¿Por que esta usted por estos lados? — aquella voz de mujer mayor me dejó helada, estaba prohibido ir para otros lados que no sea el gimnasio el primer dia de clases.

— Lo siento, solo tenia que ir al baño y en el camino me encontre con el — apunte a Ian — y se nos paso el tiempo conversando.

Ella miró a Ian de pies a cabeza examinandolo y se atrevió a preguntar;
— ¿Y usted es caballero?

— Ian Browning — dijo firmemente y extendió su mano en forma de saludo — Me imagino que usted es la inspectora, ¿No es así?, soy nuevo en este instituto.

— Si, soy la inspectora general y solo por hoy como es el primer dia les dejare pasar este incidente, ¿Esta bien? — nos miró y ambos asentimos — ahora me hacen el favor de ir al gimnasio. — demandó.

La inspectora se dio vuelta y comenzó a caminar enfrente de nosotros mirándonos de vez en cuando.

— Hasta que llegaste, ya me estaba aburriendo. — dijo Lisa apoyándose en mi hombro sin percatarse de la presencia del chico al lado mio.

— Lo siento, me encontre con Ian, ¿Lo recuerdas? — apunté a Ian.

Ella lo analizó por unos segundos.

— Como no recordarte, Ian, tu eres el maldito que se fue a Japón y no me llevo con él, no me llevaste al maldito paraíso del yaoi.

— Oh, te traje algo, pero está en mi departamento — a Lisa le brillaron los ojos por unos momentos, Ian me miro y sonrió — a ti también pequeña.

— Silencio — ordenó la inspectora, la cual no se había alejado de nosotros.

— Le falta aparato reproductor masculino — susurró Lisa y levantó su dedo meñique.

Todos reimos, pero fuimos interrumpidos por tres sonidos provenientes del micrófono.

— Bueno chicos, darles la bienvenida a otro año escolar, espero que este año puedan no dar el cien por ciento, si no el doscientos por ciento y ganarle a los demás institutos de la ciudad.

Y dejé de escuchar, la voz de Brendon Urie inundó mis oídos en la canción "Miss Jackson".

Una vez vi que todos aplaudieron, yo los seguí. Me saqué un audífono a la vez que Ian comenzaba a hablar.

— ¿Vamos chicas? — preguntó.

Ambas asentimos y reimos.

— Pero primero tengo que buscar a mi hermano. — dije mirando a Ian.

— Oh, eso ya no es un problema, se hizo amigo de un niño y fueron a su sala hace un rato, ellos podian ir antes que nosotros para recorrer el instituto.

— Esta bien, entonces vamos.

Los tres teniamos que ir a la misma sala asi que no fue tan aburrido llegar a aquellas cuatro paredes.
Entramos y buscamos tres asientos vacíos, Lisa se sentó a mi lado e Ian atrás de mi.

— Buenos días alumnos, lo primero que haremos será presentarnos por que veo caras nuevas, ¿esta bien?, diran su nombre, su edad y sus hobbies. — ella repasó el salón con la mirada — comenzaré yo, soy la profesora Christina, tengo 37 años y soy profesora de Biología. — sonrió.

Tres golpes la interrumpieron y por la ancha puerta entró la directora con tres alumnos detrás de ella.

El chico de los tatuajes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora